Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 21 de enero de 2002
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24an1dep TOROS

Ť "Por incumplimiento del trato" se suspendió la corrida en la Plaza México

Viola el empresario la Ley de Espectáculos Públicos en el DF

Ť Arbitraria medida a partir de las diferencias entre Herrerías y un apoderado español

LEONARDO PAEZ

No, no fueron los verdes ecologistas, ni los protectores de mascotas, ni preocupados asambleístas por los espectáculos que ven los niños, vamos, ni siquiera alguna autoridad taurina de uno de los gobiernos del cambio.

Quien logró la histórica hazaña de cerrar la Plaza México en pleno triunfalismo de la temporada grande 2001-2002 fue... la propia empresa, gracias a su ineptitud para sobrellevar, siquiera cuidando las formas, la brutal dependencia de toreros importados en que su escasa visión ha sumido a la fiesta de toros.

La causa de tan insólito criterio empresarial -pelearse con las propias utilidades y darle una patada a quien posibilita su negocio, es decir, al público- no debe buscarse en el hecho de que por enésima vez las figuras españolas escojan ganado, fechas y alternantes, ya que en nueve años la empresa de la Plaza México no ha sacado un solo torero mexicano capaz de llenar el descomunal inmueble, sino en el protagonismo de un apoderado español y del empresario, quien no dudó en tomar como rehén a un público que no ha hecho sino soportar sus respectivas arbitrariedades.

dibujo toros-Jose TomasUn boletín revelador

Como para darle carácter legal a la irresponsabilidad de suspender por despecho el festejo del domingo 20 de enero, el empresario de la Plaza México envió a los medios un boletín no por mal redactado menos revelador, en el que asienta que dicha medida obedeció "al incumplimiento del trato para la actuación en dicha fecha, del matador español 'José Tomás', ya que hasta el día de hoy no tenemos comunicación oficial y directa por parte del señor Martín Arranz apoderado del matador".

Para corroborar la trastabillante dependencia de la empresa, el comunicado agrega: "Cabe mencionar que no programamos otro cartel ante la posibilidad de que a última hora se presentaran o bien que nos demandaran por no respetar su fecha y corrida". Pero, ¿se puede demandar sin existir un contrato de por medio?

Y en su añeja costumbre de tomar el rábano por las hojas, concluye: "En consecuencia por su falta de seriedad y respeto a toreros, ganadero y sobre todo a la gran afición de la Plaza México quedan rotas las relaciones y compromisos con cualquier torero que dicha persona represente. Atentamente M.V.Z. Rafael Herrerías O. Director General".

Así, Herrerías hace tratos o acuerdos verbales, en vez de firmar contratos que comprometan legalmente a las figuras extranjeras que necesita para darle algún atractivo a su espectáculo. Como José Tomás desestimó el trato, el empresario decidió contraponer al madrileño con el público, suspendiendo el festejo en lugar de haber dado oportunidad a otros toreros incluidos en el derecho de apartado.

Con tan singular estilo el empresario contraviene, además de un elemental sentido común para hacer negocios, por lo menos el artículo 43 fracción IV de la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos en el Distrito Federal, que obliga a celebrar contratos con los participantes por lo menos con 15 días hábiles de anticipación a la venta del Derecho de Apartado, y el artículo 45 fracción IV de la misma ley, que obliga al empresario a presentar a la delegación correspondiente, con cuatro días hábiles de anticipación a la celebración del festejo, "Contratos respectivos celebrados con toreros...". No tratos especuladores.

Ahora, como el contubernio entre la empresa de la Plaza México y la delegación Benito Juárez no tiene límite, ni aquélla presentó contrato alguno con José Tomás ni ésta exigió ningún contrato por el que se obligaba a actuar al torero pretendidamente anunciado.

Taurinos confundidos

Como bien observó un viejo aficionado: "Los taurinos españoles no respetan la fiesta brava de México porque los taurinos mexicanos no han sabido respetarse a sí mismos".

Si los promotores, actuantes y autoridades de aquí mal saben hacer su trabajo y hacer valer sus derechos o hacer cumplir la normativa, las figuras importadas de inmediato miden el nivel de valores taurinos de los países adonde llegan a hacer la América ?torear novillos despuntados por toros y escoger ganaderías, fechas y alternantes a cambio de miles de dólares por actuación, como pago por darle un poco de vida a un espectáculo semimuerto el resto del año.

Si el "trato" inicial de la empresa con la administración de José Tomás ?en su país la guerra, aquí la comodidad? fue que éste matara en la Plaza México encierros de Teófilo Gómez y de Manuel Martínez, y luego por inconfesable antojo dicha administración exigiera encierros de Fernando de la Mora y San Martín, es una cosa.

Y otra muy diferente es que el empresario haya querido "castigar" al valeroso cuanto despistado diestro dejando al público capitalino sin corrida, con lo que la importancia dada al torero rebasó su responsabilidad para con el público. ¿Se atreverá a intervenir por fin el gobierno de Andrés Manuel López Obrador o seguirán los arreglos en lo oscurito entre la empresa y la delegación panista?

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