Lunes 21 de enero de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
n México no es inmune al problema sudamericano, consideró Jaime Estay
La crisis de Argentina puede repetirse en otros países, dicen expertos

Marissa Sánchez Hernández n

Consecuencia de la crisis económica global, de malas decisiones internas que generaron el mayor descontento de la población en los últimos años, y de exceso de confianza en la buena situación que se vivía, la crisis argentina podría repetirse en otros países de América Latina que dependen del exterior y de la llegada masiva de capitales.
Las secuelas de esta crisis se viven ya directamente con la suspensión de exportaciones a aquella nación del cono sur, y mientras hay quienes sugieren que para resolver el problema se requiere de un trabajo de conjunto entre países ricos y los centros de decisión internacional, otros advierten sobre el riesgo que vive el resto de los países de la región, incluso México, de no buscar alternativas de crecimiento.
La empresa multinacional Volkswagen, a través de su representante en México, Francisco Bada Sanz, informó que la crisis argentina no ha afectado directamente a la armadora. De aquella nación reciben un número importante de cajas de velocidades y el modelo Derby, sin que hasta el momento hayan sufrido ninguna variación.
"Creo que la crisis más importante en Argentina es dentro del mercado interior argentino, y por lo mismo no vemos ninguna posibilidad de exportar autos este año", aseguró el directivo de la armadora alemana, quien reconoció que esta suspensión de exportaciones afectará el crecimiento que tenía programado la planta de México. Este año planeaban exportar a Argentina 2 mil unidades de los modelos Bettle y Jetta.
Por su parte, la rectora de la Universidad de las Américas (UDLA), Nora Lustig, indicó que en una situación como la que vive Argentina, lo más común es buscar quiénes son los culpables, y "creo que a través del análisis cuidadoso es como se encuentra que los errores no sólo son de los encargados de la política económica en aquel país, sino también de los organismos multilaterales y el gobierno de Estados Unidos".
"Pero también lo que se va a encontrar es que hay cuestiones que no tienen nada que ver con errores, sino con situaciones de la economía global, esto es muy importante resaltarlo". En un breve resúmen de la situación histórica de Argentina en los úlitmos años, la rectora destacó la de finales de la década de los ochenta y principios de los noventa.
La manera en que se decidió romper con cuarenta años de inflación, "fue mediante la introducción del llamado plan de convertibilidad, donde por ley el gobierno se cortaba las manos en su posibilidad de emitir moneda, y al no emitirla, no se iba a permitir que el gobierno contribuyera al proceso inflacionario". Este compromiso hizo creíble la paridad pesodólar, y sí bajó la inflación y durante muchos años Argentina tuvo las tasas más altas de crecimiento en la historia del siglo XX.
Pero, ¿qué pasó? En 1997 vino la crisis asiática, y el primer país afectado fue Chile, pero también la caída de los precios de materia prima le pegó a Argentina, nación que basa gran parte de sus exportaciones en este tipo de productos. éste fue un primer choque.
"Posteriormente llega la crisis en Rusia. Aquí el choque sí fue financiero; luego Brasil, que había seguido también una política antinflacionaria tratando de tener un tipo de cambio más o menos fijo, pero no a través de un compromiso como el caso argentino, decidió que esto no era congruente con sus posibilidades de crecimiento y se registra una devaluación en 1999. Argentina, al estar en proceso de integración con Brasil, resulta afectada por la devaluación, y éste es otro choque adverso. Finalmente la recesión económica global del año pasado".
En esta serie de acontecimientos provocados por razones sistémicas, no hay culpables, continuó Nora Lustig. "La gran discusión que ha habido es si hubo irresponsabilidad fiscal en el pasado. Lo que puede decirse que hubo fue un gran optimismo, por pensar que el crecimiento que vivió Argentina en siete años iba a poder continuar, por lo que se expandió el gasto fiscal, sobre todo en el último año de la administración de Carlos Menen. Hay que señalar que cuando se expande el gasto durante un boom, es difícil recortarlo en una situación de recesión".
La rectora de la UDLA indicó que la otra gran discusión en torno al problema argentino es que si esta nación debió salir de la política cambiaria de uno a uno, de la ley de convertibilidad, "y a lo mejor sí, pero no es fácil, porque un país que tiene ya un contrato establecido con la sociedad provocará mucha confusión".
Sin embargo, hizo hincapié en la necesidad de una visión estratégica para aplicar medidas que permitan a Argentina retomar el rumbo, visión que no puede ser exclusivamente de un gobierno en forma individual, sino que debe articularse con los centros de decisión a nivel internacional, los organismos multilaterales y los países con liderazgo económico.
De ahí que para encontrar una solución se necesite un trabajo conjunto, donde las partes que intervienen tengan conciencia sobre los mensajes económicos, y cuál es la situación política y social en el país para encontrar una opción viable desde cualquier punto de vista. "Si se piensa tabajar en secuencias, creo que la estrategia que se plantee puede ser atractiva desde el punto de vista económico para los mercados, pero tal vez cause una mayor explosión social, y viceversa, si se hacen cosas destinadas al apacigüamiento social no recibirá apoyo, por eso se requiere algo integral".
Nora Lustig descartó que México sea vulnerable a una situación como la de Argentina, porque el país tiene un tipo de cambio flexible, y porque se ha cuidado la estructura de su deuda internacional. Además, la economía mexicana no es vulnerable al contagio, porque está muy pegada a la economía estadounidense, entonces lo más importante para la economía mexicana es lo que ocurra en Estados Unidos.

La crisis argentina, con el sistema de hace 20 años

En este sentido, el investigador y catedrático de la UAP Jaime Estay Reyno aseguró que uno de los factores que influyó para que Argentina llegara a la situación que vive actualmente fue la situación de deterioro realmente impresionante relacionada con el nulo crecimiento, la caída de la recaudación fiscal y la forma en que ha enfrentado la crisis, que es el mismo sistema de los últimos 20 años en América Latina "en mi opinión, enfrentaron el problema de una manera bastante equivocada, que consiste básicamente en disminuir compras al exterior y tratar con poco éxito de aumentar las ventas al exterior".
Es la manera en que el gobierno argentino, hasta ahora, enfrenta la crisis. Lo cual significa trasladar todo el peso de la situación al funcionamiento interno y significa, desde luego, quedarse sin posibilidades de mantener funcionando la planta productiva, además de disminuir las importaciones, comentó el investigador, quien añadió que son maneras de enfrentar las crisis en América Latina que para nada han arrojado resultados positivos, sino al contrario, "creo que esta parte del continente lleva dos décadas tratando de enfrentar el deterioro económico a través de recetas que no han dado resultado, y que desgraciadamente Argentina hoy sigue poniendo en práctica".
"Por otro lado, vale la pena destacar el gran descontento popular que tiene que ver con el tipo de estrategias políticas que condujeron a la crisis, y que desde la perspectiva de los gobiernos latinoamericanos debería ser un llamado de atención y un aviso de que existe una cierta toma de conciencia de lo dañino que han resultado las estrategias aplicadas. Creo que este (el grado de inconformidad) es un componente nuevo que no se notó en la crisis mexicana de 1994".
Estay Reyno consideró que difícilmente la inconformidad popular que se ha manifestado desde las últimas semanas del año pasado en Argentina, se aplacará sólo con un nuevo presidente que siga aplicando las viejas reservas. "Creo que aquí es una exigencia a un cambio de estrategia y hasta el momento ninguno de los partidos políticos en aquella nación podrá aparecer a la cabeza de un cambio. Esto resulta difícil de imaginar, ya que existe mucha desilusión entre las promesas electorales y las acciones de gobierno".
"Es por ello que no veo que exista una verdadera salida para la crisis argentina. Porque en mi opinión, para salir de una crisis como la de Argentina se necesita un cambio profundo, y sólo se notan intentos que no auguran mucho éxito, porque en términos económicos se habla de un funcionamiento (como el resto de la región) extremadamente dependiente del exterior, de una llegada masiva de capitales, y de los mercados internacionales, pues hay que recordar que también la economía mundial influyó para que Argentina llegara hasta donde está".
Entrevistado en sus oficinas, el investigador no descartó que en México y en cualquier otro país de América Latina pueda estallar una situación así. "Creo que México y Argentina tienen muchas cosas en común, en términos de estrategia económica y política de apertura. Son muchísimos los elementos en común".
"Todo esto debía llevar a una conclusión: de que para nada México está inmune al tipo de problemas que hoy se viven en Argentina. Se podrán discutir cosas más específicas y coyunturales, pero hay coincidencias de fondo en el grado de vulnerabilidad en que se desenvuelve la economía, en los niveles extremos en que la economía interna depende de variables externas y esto es lo que se debe atender".