Se ha negado reconocimiento a la labor magisterial: Carlos Monsiváis

ELIA BALTAZAR

¿Le interesa realmente al gobierno la calidad de la enseñanza?, preguntó ayer Carlos Monsiváis al participar en la inauguración del primer Congreso de Educación Pública en la Ciudad de México. Advirtió sobre el desinterés de las autoridades federales frente a las necesidades del magisterio nacional, al que durante años se le ha negado el reconocimiento que merece su labor. En el acto también estuvo presente el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.

En un discurso de más de una hora, Monsiváis recorrió las luchas de los maestros desde el siglo XIX, pasando por la etapa de José Vasconcelos como secretario de Educación, el reconocimiento del laicismo, el papel del magisterio durante el gobierno de Lázaro Cárdenas, hasta estos días.

Según el escritor, muy poco se ha hecho en materia de educación y en favor del ma-gisterio: "el presupuesto es mínimo, los planes de enseñanza, inútiles o probadamente insuficientes, hay inercia y descuido".

Explicó que "los maestros ganan cada vez menos y la burocracia rapaz del SNTE presiona y exige la adhesión incondicional, el servicio político (o incluso) el papel de fuerzas de choque, la eliminación de las pretensiones de poseer derechos".

El desprecio y el olvido de que es objeto el magisterio sólo han traído como consecuencia que las nuevas generaciones vean esta labor ya no con vocación sino como estación de paso o como último recurso en un contexto de falta de oportunidades laborales y universitarias.

Todo lo anterior da como resultado que hoy el maestro sea visto, dijo Monsiváis, como un semiprofesionista, sin derechos políticos, sin genuinas opciones de transformación académica, condenado a repartir con inercia creciente la información parcial que un comité seleccionó en su beneficio.

Pese a las adversas circunstancias que rodean la labor del magisterio, distingue a quienes llevan a cabo su labor en la ciudad de los del resto de los estados, especialmente en los pueblos, donde son líderes naturales. "Por eso el PRI se empeña en hacer de los profesores su base persuasiva o ejecutiva, que va del pizarrón al relleno de urnas".

Agregó: "Nunca olvidaré la energía y el coraje de esas profesoras, viejas y jóvenes, enfrentándose a los granaderos, atendiendo las necesidades organizativas y alimenticias de las guardias, arrobadas con los discursos, conmovidas al cantar el Himno Nacional".

Frente a decenas de maestros capitalinos, el escritor convocó a la defensa de sus derechos y al replanteamiento de la actividad magisterial para no perder pequeñas batallas ganadas por el gremio en sus movilizaciones. Para no ser más carne de cañón electoral.