La Jornada Semanal,  3 de febrero del 2002                         núm. 361
José Clemente Orozco

Posada

José Guadalupe Posada ante la puerta de su taller en la Ciudad de México
Los papelerillos se encargaban de vocear escandalosamente por calles y plazas las noticias sensacionales que salían de las prensas de Vanegas Arroyo: "El Fusilamiento del Capitán Cota" o "El Horrorosísimo Hijo que mató a su Horrorosísima Madre".

Posada trabajaba a la vista del público, detrás de la vidriera que daba a la calle y yo me detenía encantado por algunos minutos, camino de la escuela, a contemplar al grabador, cuatro veces al día, a la entrada y a la salida de las clases, y algunas veces me atrevía a entrar al taller a hurtar un poco de las virutas de metal que resultaban al correr el buril del maestro sobre la plancha de metal de imprenta pintada con azarcón.

Este fue el primer estímulo que despertó mi imaginación y me impulsó a emborronar papel con los primeros muñecos, la primera revelación de la existencia del arte de la pintura. Fui desde entonces uno de los mejores clientes de las ediciones de Vanegas Arroyo, cuyo expendio estuvo situado en una casa ya desaparecida por haber sido derribada al encontrar las ruinas arqueológicas de la esquina de las calles de Guatemala y de la República Argentina.

En el mismo expendio eran iluminados a mano, con estarcidor, los grabados de Posada y al observar tal operación recibí las primeras lecciones de colorido.

Y en otra parte lo describe de la siguiente manera: "Posada es, al igual que los verdaderos grandes artistas, una admirable lección de sencillez, humildad, dignidad y equilibrio. Fuerte contraste, por supuesto, con las actitudes odiosas y serviles, tan comunes hoy."

Cronología de José Guadalupe Posada

1852. La noche del 2 de febrero nace en el barrio de San Marcos de la ciudad de Aguascalientes en el estado del mismo nombre. Son sus padres Germán Posada, de oficio panadero y Petra Aguilar, siendo el penúltimo de nueve hermanos.

1870. Después de terminar sus primeras letras bajo la orientación de su hermano Cirilo, maestro rural, asiste a la Academia de dibujo de Antonio Varela y trabaja como aprendiz de litógrafo en el taller de Trinidad Pedroza, donde empieza a cobrar prestigio por sus ilustraciones satíricas en El Jicote.

1871. Las elecciones del 20 de agosto provocan un cisma político en Aguascalientes en el que se ven involucrados tanto Pedroza como Posada, por editar El Jicote, periódico de fuerte tendencia política que los haría abandonar la ciudad. Muere don Germán, padre del artista.

1872. Se traslada a León de los Aldamas, Guanajuato, para seguir trabajando con Pedroza, que ha fundado una imprenta y taller litográfico en esta ciudad.

1873. Se inicia en la técnica del grabado en metal de tipo y en la de xilografía, Pedroza retorna a Aguascalientes dejándolo al frente del negocio.

1875. Casa con María de Jesús Vela el 20 de septiembre.

1876. Asume la propiedad del taller litográfico al retirarse definitivamente Pedroza de la sociedad comercial que habían establecido mancomunadamente.

1884. El 15 de enero se inicia como maestro de litografía en la escuela de instrucción secundaria de la ciudad de León. Con sus alumnos Enrique Aranda, Ramón España y otros, ilustra el periódico quincenal del plantel, La Educación.

1888. Regresa temporalmente a Aguascalientes debido a las inundaciones sufridas en León de los Aldamas. Renuncia a su cátedra de litografía el 12 de enero y meses después se traslada a la Ciudad de México, donde instala su primer taller en la que hoy es Avenida de Guatemala (antes de Santa Teresa). Más tarde se cambia a la casa núm. 5 de las calles de Santa Inés (ahora de la Moneda núm. 20-A).

1889. Ingresa a la editorial de Antonio Vanegas Arroyo, de la cual no habrá de separarse, ilustrando los textos, canciones y corridos del poeta oaxaqueño Constancio S. Suárez.

1895. Introduce en México la técnica de la zincografía, con la cual habrá de realizar la mayor parte de su obra, estimada en algo más de veinte mil grabados. Durante algún tiempo habita un humilde cuarto de las calles ahora denominadas del Lic. Primo de Verdad.

1900. Colabora en los periódicos El Argo, La Patria, El Ahuizote, El Hijo del Ahuizote, Fray Jerundio y El Fandango, de abierta posición antiporfirista.

1913. El 20 de enero, a las nueve de la mañana, muere en la mayor pobreza, víctima de una enteritis aguda, en la casa de vecindad núm. 6 de la Avenida de la Paz (ahora de Jesús Carranza), y es sepultado en el panteón de Dolores en una fosa de sexta clase.

1920. Sus restos son exhumados y arrojados a la fosa común.