Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 11 de febrero de 2002
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Economía
El incremento de la burocracia, obstáculo para el crecimiento económico, asegura

Graves deficiencias en el ejercicio del gasto en México: BBVA-Bancomer

Se percibe ausencia de voluntad para cumplir con funciones primordiales del Estado

ISRAEL RODRIGUEZ J.

Existen importantes deficiencias en la asignación y efectividad del gasto público, aseguró el Grupo Financiero BBVA-Bancomer, al precisar que ello se debe al crecimiento de la burocracia, el escaso gasto en rubros esenciales y el gasto excesivo en conceptos relacionados con bienes y servicios privados. Además, la productividad de la administración pública es decreciente y su contribución al valor agregado de la economía es cercana a cero.

Por ejemplo, si el gasto social, que fue de 517 mil millones de pesos en 2000, se le otorgara directamente a los 40 millones de mexicanos más pobres (9.6 millones de hogares con menos de tres salarios mínimos), su ingreso anual aumentaría en casi 3.6 minisalarios.

Estos mexicanos tendrían, además, la libertad de gastar el ingreso adicional conforme a sus preferencias, y el gobierno podría eliminar la burocracia de los diversos programas que impiden que el gasto social llegue en su totalidad a la población objetivo y obtener importantes ahorros para incrementar el gasto esencial.

Entre 1980 y 2000, el gasto público esencial estricto (seguridad nacional y procuración de justicia) nunca rebasó 1 por ciento del producto interno bruto (PIB). En 2000 este porcentaje fue 0.7 por ciento, equivalente a 385 pesos anuales por habitante. Además, en ese año el gasto fue menor en 22 por ciento al ejercido en 1996.

Al comparar el gasto esencial ampliado (defensa nacional, procuración de justicia, educación y comunicaciones y transportes) en diversos países, se observa que México destina menos de 5 por ciento del PIB, 66 por ciento menos que el promedio de ocho países de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), lo que denota una ausencia de voluntad para cumplir con las funciones primordiales del Estado en nuestro país.

El análisis, denominado Asignación y efectividad del gasto público, señala que estos factores explican que el sistema de justicia de México sea evaluado como ineficaz, tortuoso, corrupto, que no sea plenamente autónomo y que las familias mexicanas hayan incrementado su gasto en vigilancia casi 40 por ciento en términos reales entre 1998 y 2000.

Por otra parte, estudios de la OCDE sobre la calidad de la educación en 31 países ubican a México en el lugar 30. Para compensar la baja calidad y una oferta menor a lo óptimo, los hogares mexicanos incrementaron su gasto en este rubro 41 por ciento en términos reales entre 1998 y 2000.

El grupo financiero indica que esta situación es similar en los servicios de salud, dónde el incremento en el gasto de las familias ha sido cercano a 30 por ciento real en el mismo periodo.

Los analistas consideran que la deficiente asignación del gasto tiene implicaciones alarmantes, ya que al destinarse un menor gasto a la protección de los derechos de propiedad y a la inversión en bienes y servicios públicos, los ciudadanos enfrentan mayor incertidumbre jurídica y una deficiente aplicación del estado de derecho; el país registra mayores costos de transacción, menos inversión y baja productividad, lo que se traduce en un menor crecimiento económico.

Explican que una razón de esta deficiente asignación del gasto público ?es decir, el suministro de bienes y servicios públicos inferior al óptimo y de bienes y servicios privados por parte del gobierno, con baja calidad y servicio? es la ineficiencia del proceso y de las instituciones políticas.

Por una parte, el incentivo que tienen los políticos de realizar transferencias redistributivas a grupos que les aseguren ganar las elecciones o cobrar rentas extraordinarias y, por otra, que una vez dentro del gobierno no necesariamente cumplen sus promesas de campaña.

Aumentó el déficit de las finanzas públicas el año pasado, a pesar de los recortes

JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.

El déficit del sector público al cierre del año pasado ascendió a 42 mil 50 millones de pesos, cantidad equivalente a 0.73 por ciento del producto interno bruto (PIB), y superó en 2 mil 116 millones de pesos la meta de alcanzar en 2001 un desequilibrio equivalente a 0.69 por ciento como proporción del tamaño de la economía, indican informes oficiales de la Secretaría de Hacienda.

El incremento en el déficit de las finanzas públicas se dio a pesar de que durante el año pasado se realizaron cuatro ajustes a la baja en el gasto público, y de que el combate a la evasión fiscal reportó al erario mil 850 millones de pesos, con los que no contaba.

La Secretaría de Hacienda explicó: "la ligera desviación en el déficit público se debe a que el menor gasto presupuestario por 31 mil 701 millones de pesos, con relación a lo aprobado por la Cámara de Diputados, no logró compensar la caída en los ingresos presupuestarios por 33 mil 816 millones de pesos respecto a su nivel estimado en la Ley de Ingresos para 2001".

Con todo, el déficit público de 0.73 por ciento como proporción del PIB fue menor en 34.8 por ciento en términos reales al registrado en el último año de la administración encabezada por Ernesto Zedillo, que se ubicó en 1.12 por ciento respecto al tamaño de la economía en 2000.

La totalidad del desequilibrio de las finanzas públicas fue cubierto con deuda interna, y se explica fundamentalmente por una pérdida de 31 mil 332 millones de pesos en los ingresos petroleros estimados para el año pasado.

Sin emabrgo, la desviación de los cálculos también se observó en otros rubros. Entre las causas del incremento del déficit sobre la meta prevista sobresale también una recaudación tributaria permanentemente baja para cubrir los gastos de la administración pública federal.

El monto de la recaudación por el cobro de impuestos fue de 654 mil 355.3 millones de pesos, lo que representó 11.3 por ciento del PIB, un nivel similar al registrado en los dos sexenios precedentes.

Además, los ingresos impositivos quedaron a una distancia de 11 mil 692.7 millones de pesos, respecto a la recaudación estimada en la Ley de Ingresos de 2001, debido a los menores ingresos captados por la aplicación de Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) en cuanto a lo originalmente estimado. La diferencia fue de 10 mil 315 millones de pesos.

Esta disparidad fue "consecuencia del mayor precio de la gasolina y diesel en el mercado spot de Houston, respecto al programa, además de las menores ventas de cigarros, cervezas y bebidas alcohólicas, respecto a la estimación original", argumentó Hacienda.

 El impuesto a la importación también quedó debajo de las estimaciones originales, pero en 5 mil 353 millones de pesos, "como resultado del menor crecimiento de la actividad económica y de la fortaleza del peso, que reduce el valor expresado en pesos de los ingresos denominados en otras divisas".

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