Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 14 de febrero de 2002
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Política

La idea fue mía, afirma Avila Camberos; deslinda a AN

La estatua a Díaz, homenaje al constructor, no al dictador

No se trata de avivar rencores, sino de perdonarnos, dice el creador de los festejos por la modernización de Veracruz

ROSA ELVIRA VARGAS

Artífice de los festejos para conmemorar el primer centenario de la modernización del puerto de Veracruz, que incluye develar una estatua de Porfirio Díaz, la cual se colocará en el malecón de aquella ciudad, Francisco Juan Avila Camberos, coordinador general de Puertos y Marina Mercante, desafía: "šLa idea fue mía! Yo mismo escogí, incluso, cómo estará vestido".

Dispuesto a refutar uno a uno los argumentos de quienes censuran la intención de rendir homenaje al dictador que gobernó a México durante treinta años, el funcionario se toma todo el tiempo del mundo para la entrevista.

Afirma que ha leído la historia de México y que, "gracias a Dios", ha viajado mucho, lo que "me ha permitido abrir un poco mi cabecita". No está dispuesto a juzgar "si el señor fue el héroe del 2 de abril o si es el de 'šMátenlos en caliente!' šPor favor! Yo quiero despojarme de esto y pensar en el puerto de Veracruz, nada más".

Avila Camberos fue alcalde del puerto de Veracruz en el trienio anterior, postulado por el PAN. Pero niega que su partido esté detrás de la iniciativa de erigir un monumento a Porfirio Díaz o que el proyecto sea parte de un movimiento nacional para reivindicar la imagen del general oaxaqueño.

"Le doy mi palabra que no. La idea fue mía. Asumo štotalmente! la responsabilidad. Sé lo que hago; me conozco. Y se lo digo claro: no se trata de avivar rencores sino de que los mexicanos nos perdonemos. Esas divisiones que se han creado entre nosotros, cómo nos han dado en la torre."

En sus oficinas de la colonia Condesa, Avila Camberos recibe a La Jornada con un provocador: "pregúnteme lo que quiera. Todo". Enseguida propicia una charla cargada de conceptos propios, vertidos con tal efusividad, que de principio a fin sus palabras podrían ir entre signos de admiración.

Así, para rebatir que en la decisión de erigir una estatua al general oaxaqueño exista "alguna conjura" o campaña partidista, dice: "ƑSabe qué pasa? Que a los panistas no nos dan muchas veces la oportunidad ni siquiera de hablar".

Y vuelve a su teoría de la necesaria unidad nacional. Refiere hechos de discordia que registra la historia y que él ha obtenido de sus lecturas: "Llegan los españoles a conquistarnos y en lugar de que los tlaxcaltecas se unan con los aztecas para darles en la torre, šse unen con los de fuera! šPorque los de fuera saben aprovechar las divisiones que tenemos! Ahora -sejuan_avila_k88 queja-, vienen y nos dicen, šN'hombre, están reconociendo al dictador!

"No es así. Yo no estoy reconociendo a la dictadura. Pedí que a Porfirio Díaz no lo pusieran con uniforme militar porque era una afrenta. Pedí que lo vistieran de civil. šYo escogí cómo lo iban a vestir! Esto, para que realmente hagamos un reconocimiento al Díaz constructor. Acuérdese de que la historia la escriben los vencedores y la rescriben otra vez."

Al comenzar la entrevista Avila Camberos solicitó: "Ayúdeme escuchándome". Explica que el conjunto escultórico que realiza Humberto Peraza -pero del que no quiere mostrar ni una fotografía, "porque queremos que sea una sorpresa"- incluye no sólo una pieza dedicada a Díaz, sino que es una obra de diez elementos.

"Queremos reconocer a los constructores del puerto. Díaz se apoyó en dos personalidades: el inglés Pearson y un ingeniero mexicano, Lavid. Pero tampoco podemos olvidar a los obreros mexicanos que hicieron esto. Están también los ferrocarrileros, pues un puerto sin ese medio de transporte está condenado al fracaso. Y están los buzos y todos los trabajadores de los muelles."

Comenta que con la obra de Porfirio Díaz, Veracruz fue el primer puerto del país que se modernizó. Antes de esa obra, para llegar a este punto que ve al Golfo de México, los barcos tenían que ubicarse por los rumbos de San Juan de Ulúa, y los pasajeros y mercancías tenían que llegar en lancha a los muelles.

Así, la obra ordenada por el entonces presidente de México dio mayor calado y consiguió hacer un puerto lo suficientemente profundo para el arribo de barcos grandes y con ello, "independientemente de cómo pensara -yo quién soy para juzgarlo-, él tiene la visión de llevar al país a una posición adelantada".

Lo que se hizo ahí, afirma con inspiración Avila Camberos, fue la concreción de un sueño y construyó 24 mil kilómetros de líneas de ferrocarriles, más que ningún gobierno posterior.

-ƑPero a quién beneficiaba todo esto?

-Le aseguro que beneficiaba a México. šOiga, pues ni modo que Porfirio Díaz se iba a andar paseando en tren todo el tiempo!

Con bonhomía, Avila Camberos alcanza a conceder que si las demás obras con que el dictador distinguió a Veracruz -el faro, la escuela naval, los edificios de Correos y Telégrafos, y la Aduana, entre otros- no se licitaron o alguien cobró las comisiones, "pues en primer lugar eso de someter a concurso šni se acostumbraba!" Y acerca de si algún político ganó comisiones indebidas, dijo: "pues es muy probable".

Sobre todo, destaca la introducción del agua potable al puerto de Veracruz, también ordenada por Porfirio Díaz. "Pero yo quiero decirle que el agua potable no se la tomaba Díaz solo cuando iba a la ciudad. Créame que he leído mucho de la historia de Veracruz y ahí se dice que la población no crecía por las epidemias. Para un puerto o para una ciudad que está en la costa, la insalubridad es terrible."

En resumen, insiste, se trata de reconocer la obra ordenada por Díaz en el cuatro veces heroico puerto de Veracruz. Y rechaza que detrás del proyecto de la estatua estén los descendientes del dictador con su plan de repatriar los restos que, desde su muerte, están en Francia. "šPara nada! šNo hay nada de eso!"

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