Lunes en la Ciencia, 25 de febrero de 2002


Para explotar el mundo durante la vigilia es indispensable descansar

Dormir y soñar, cuestión de salud

Oscar Prospéro García

Soñar es uno de los sucesos que ocurren mientras dormimos. Los sueños siempre han tenido un valor mágico y místico para los humanos. Todo mundo sueña, aun los que dicen que no sueñan. Pero ¿son importantes los sueños?, ¿todos realmente soñamos?, y cuando no recordamos haber soñado, ¿también soñamos?

Los científicos que se dedican a investigar lo que ocurre en nuestro cuerpo mientras dormimos, especialmente en nuestro cerebro, han descubierto que todos soñamos, aunque no nos acordemos. Además, se ha encontrado que soñamos mucho más por noche de lo que recordamos. Todas las personas que duerman aproximadamente ocho horas diarias, sueñan durante dos horas. Si usted recuerda un sueño en este momento, recréelo y calcule el tiempo que le haya tomado soñarlo. Verá que son sólo unos segundos, ni siquiera minutos. Entonces piense cuántos sueños puede tener en dos horas y sabrá cuánto ha olvidado.

Soñar es una actividad que nuestro cerebro realiza todas las noches. Si suma usted 2 horas diarias, por 60 años, llegará al total de cinco años. Pero sólo soñamos dos de las ocho horas que permanecemos dormidos.

¿Cómo sabemos que una persona está soñando? Utilizamos una técnica que la llamamos de polisomnografía, que nos permite detectar las diferentes ondas eléctricas que el cerebro, los ojos, los músculos y el corazón generan, así como varias otras que nos permiten saber en qué momento una persona está soñando. El cuerpo humano funciona basado en electricidad y el registro de la intensidad con se expresan las diferentes ondas nos permite saber cuándo está usted despierto o soñando, aunque no le viéramos.

Así, mientras soñamos, el cerebro genera ondas eléctricas que se parecen a las que generamos cuando estamos despiertos y poniendo máxima atención a algo. También movemos los ojos como si viéramos y persiguiéramos algo con la mirada y nuestro corazón late como si estuviéramos corriendo o asustados. A este momento lo llamamos sueño de movimientos oculares rápidos, porque movemos los ojos. Lo llamamos abreviadamente "sueño MOR".

Si despertamos a la persona en ese momento siempre nos dirá qué estaba soñando. También nos contará con mucho detalle su sueño, aun quienes dicen que nunca sueñan. Soñamos dos horas diarias, en periodos de 10 a 20 minutos, pero ¿qué pasa en las otras seis horas cuando no estamos en sueño MOR? Nuestra mente parece más quieta. Si despertamos a un sujeto de un estado de sueño "no sueño MOR" o "NoMOR", entonces puede ser que no recuerde nada o nos diga que estaba pensando en algo que suena lógico: digamos algo del trabajo, o de la casa, pero no recuerda haber tenido imágenes visuales como durante un sueño.

¿Y para qué sirve dormir, para qué sirve soñar? Dormir es un placer y despertar de un sueño reparador es también un placer. Si decimos que dormimos para descansar, tenemos que saber qué quiere decir "descansar" en términos del cerebro. Porque cuando una persona no duerme, por voluntad o por enfermedad, necesitamos saber cómo se afecta su cerebro. Todos sabemos que no dormir nos hace ser menos hábiles física y mentalmente. ¿Por qué? ¿Qué le pasa al cerebro?

El cerebro despierto es diferente del que duerme. Mientras estamos despiertos disfrutamos del universo al que pertenecemos y para ello el cerebro se activa y, como he comentado, como el resto de nuestro cuerpo funciona con base en electricidad. Pero ¿cómo la generamos? Tenemos muchas sustancias en nuestro cerebro (neurotransmisores) que utilizamos cuando pensamos, recordamos, hacemos la lista para el supermercado, trabajamos, acariciamos a nuestros hijos o a nuestra pareja, cuando manejamos... pero esas sustancias pueden reducirse y también las células del cerebro pueden haberse dañado por el uso y, en este caso, mientras dormimos, nuestras células liberan moléculas que cumplen con funciones que incluyen el descansar que, para el cerebro, significa repararse, reacondicionarse, consolidar la información aprendida para que al otro día el cerebro esté nuevamente listo y eficiente

¿Sirve para algo soñar? Mientras soñamos, los sueños recrean estrategias, incorporan lo que aprendimos durante el día anterior a lo que ya sabíamos y que nos hace ser nosotros. Ese sueño de anoche que recordamos o no, nos permitió saber, un poco más, cómo lidiar con la vida. La persona que se acuesta a dormir esta noche no es la misma que se despierta en la mañana, la diferencia es tan sutil que nos pasa desapercibida si no ponemos atención.

¿Qué pasa con las personas que no duermen?, ¿y con quienes a pesar de dormir no descansan?, ¿y los insomnes?

El insomnio frecuentemente es el resultado de una subestimación del sueño, porque de una manera u otra se cree que este se puede posponer, que la vigilia es más importante. Cafeína, nicotina, estimulantes adquiridos por prescripción, cualquier cosa es buena con tal de prolongar la vigilia y, al final, el sueño se va. Pero también es posible que la razón no sea tan clara y que la causa pueda ser la vida con mucho estrés que llevamos.

Incluso puede ser algo más, por ejemplo, roncar. Sí, ese ruido que equivocadamente se asocia con el buen dormir. Roncar es el grito de auxilio del sueño: la persona se queda dormida y los músculos de su garganta se relajan y le impiden respirar. Entre mayor es el esfuerzo de los pulmones más sonoro es el ronquido. Y el resultado es que la persona no llega a las fases de sueño que el cerebro disfruta y, a pesar de que la persona "durmió", no es un sueño reparador.

¿Cuál es el criterio para saber si usted duerme bien o no? Todo mundo lo sabe y es el más confiable: si usted se siente bien mientras está despierto. Si esto no es así, busque ayuda médica especializada.

El dormir nunca será una pérdida de tiempo, siempre será una inversión. Si usted le dedica el tiempo que debe a dormir, disfrutará de su vigilia y el mundo le parecerá diferente.
 

Investigador del Departamento del Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM

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