Lunes 25 de febrero de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Maestros

Buenas intenciones

n Gustavo Santin Nieto

Carlos Alberto Julián y Nacer, secretario de Educación Pública en el estado, anunció el día de su toma de posesión, 21 de febrero de 2002, un programa de 10 puntos para elevar la calidad de la educación en la entidad. Planteado por el funcionario recién designado como un compromiso personal, el programa de 10 puntos se parecería más a un catálogo de buenas intenciones que a un proyecto de gobierno para el sector educativo, si para el logro de su objetivo final no estuviera acompañado por medidas de tipo presupuestario y de innovación administrativa que permitieran regularizar el funcionamiento de una dependencia cuya marcha rutinaria ya es por sí misma bastante compleja.
Para el efecto valdría la pena aportar puntos de reflexión que deberían tomar en cuenta quienes a partir del día de la toma de posesión tienen a su cargo el funcionamiento del sector más importante para la sociedad poblana, nos referiríamos en primer instancia, efectivamente, al proceso de enseñanza aprendizaje, señalado en el punto número uno del programa en referencia a su evaluación, y considerado como uno de los puntos más importantes del programa de transición del gobierno foxista, elaborado por eminentes pedagogos y educadores, consideran que, objetivo central del programa educativo de la presente administración federal, se hará relevancia en el aprendizaje de los niños y jóvenes como el núcleo central del proceso, a diferencia de los anteriores, que privilegiaban la enseñanza y al maestro y sobre ellos a la administración del sector educativo.
En consecuencia, y si efectivamente la elevación de la calidad de la educación preocupara realmente al nuevo secretario, la vuelta a la legalidad del aparato administrativo del sector educativo, su eficacia y eficiencia se tornarían indispensables, ajustando la administración, lo autorizado a su norma -el reglamento interior de trabajo- y no a la inversa, como sucediera desde hace tres años en los que funcionó creando puestos para los compromisos al margen de lo establecido reglamentariamente, entre ellas, algunas Cordes; regresándole a la supervisión escolar su papel de agente transformador del proceso educativo y no el peyorativo asignado hasta ahora, en el que se desempeñan como simples recopiladores de información, ajustando el funcionamiento de las áreas centrales, en particular el área jurídica, a lo establecido en la normatividad, evitando burócratas de cuarta de ese y otros departamentos que se erijan en años, y señores de un proceso en el que son sólo un elemento de apoyo; generando manuales de operación en todas las unidades que eviten caprichos a la hora de realizar trámites, dándole sustento a lo que se pretende: incrementar la calidad de la educación en nuestra entidad, una de las peor posicionadas hasta ahora en contexto del sector educativo nacional.