![]() ![]() |
Lunes 25 de febrero de
2002 |
Semanálisis Distorsiones varias n Horacio Reiba |
De farsa en farsa.
En plena debacle moral, los Juegos Olímpicos de Invierno
por algo celebrados en una ciudad que lleva la sal desde
el nombre están concluyendo sin que cese el desaforado
protagonismo de árbitros y jueces, instrumentalizados
para distorsionar resultados y despejarle el terreno al
país sede como un gesto globalizador de buena voluntad
por parte de los pillastres del COI y las federaciones.
Como corresponde a la ley del péndulo, esta semana tocó
turno a la finta complementaria, tan tramposa como la
primera aunque desde luego menos rotunda, con movidas
como la descalificación a última hora del mismo
velocista gringo beneficiado antes con el oro a través
de la eliminación del coreano Kim Dong Sung en la prueba
de 1500 metros, o el manejo político y con gotero de
ciertos casos de dopaje. Como es natural, tan burdo mea
culpa no rescatará el crédito de un evento que nació
manchado y en el camino no ha hecho más que seguirse
enlodando. ¿Ganamos, Kemo Sabe? Sin discusión, la figura de los Juegos y único ganador de tres medallas de oro ha sido un fondista alemán -Johan Muehlegg-que compite por España. Pero puede que se convierta en una figura trágica: al parecer, su concentración de glóbulos rojos se encontraba muy por arriba de lo permitido en el análisis sorpresa que le hicieron la víspera de ganar su tercera medalla -50 kilómetros libres-y ahora todo está dependiendo del análisis confirmatorio. Por cierto, los hispanos se llenan la boca festejando "esta gesta sin precedentes del deporte español", cuando la realidad es que Muehlegg está más cerca de ser un free lance sin arraigo en ninguna patria, alguien que paga entrenadores y consigue patrocinios por cuenta propia, y que no tiene con España más vínculo que la doble nacionalidad -obtenida en 1999-, a la cual se acogió para poder competir sin trabas luego de serias desavenencias con el deporte oficial de su país. Por lo demás, ya se verá qué tan celosa es la defensa que haga de su caso el Comité Olímpico Español, y también si Alemania es capaz de terminar los juegos a la cabeza del medallero, cosa que sin duda habría acontecido de haber conservado a Muhlegg en sus filas. Gritos y quejumbres. El fiel lector de "Semanálisis" seguramente lleva cuenta puntual de las numerosas contradicciones en que nuestro futbol se ha especializado, burlando los reglamentos de la FIFA lo mismo mediante sus ilegales tianguis de verano que al permitir que un mismo consorcio sea dueño de varios equipos, o favoreciendo la existencia de un mercado subterráneo de futbolistas, donde un solo "club" o holding de "clubes" posee cartas de propiedad por centenares en un negocio paralelo de enorme cuantía. Eso sin contar el irregular seguro contra el descenso que supone la libre compra-venta de franquicias, combinado con los periódicos amagos de cancelar de una vez por todas tan incómoda ley del futbol mundial, luego de suavizarla al máximo con el recurso al porcentaje. No es de extrañar que, al anunciar la Fifa que este año "sí va en serio" lo de hacer respetar su normativa, la reacción de federativos, rameros, dueños y prestanombres sea esa especie de cruzada patriótica cuyo único objetivo consiste en conseguir de las autoridades del futbol internacional las concesiones, exenciones y prórrogas sin las cuales su ilegal negocio se vendría abajo. Empatito. Tampoco esta semana tocó fondo la Franja: lo impidió un cabezazo sobre la hora de Coimbra, bueno para rescatar un punto frente al desaprensivo Atlas. Pocos se enteraron del hecho, pues en el Cuahutémoc sólo estaban unos cuantos recalcitrantes. |