Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 2 de marzo de 2002
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Contra
Sin empleo y con tendencia suicida

En Chimalhuacán, un sujeto se prendió fuego como protesta por ser despedido

RENE RAMON ALVARADO CORRESPONSAL

Chimalhuacan, Mex., 1º de marzo. ¿Para qué son esa botella de alcohol y esos cerillos? "Para encender una antorcha humana", respondió Melquiades Gutiérrez González a un agente de Gobernación estatal. Y ante la duda de éste, agregó: "Si usted estuviera en mi situación, tendría el valor que ahora tengo yo".

Sin más, el hombre se impregnó con el antiséptico y con un cerillo se prendió fuego a las puertas del palacio municipal de esta localidad. Es la segunda ocasión, en menos de 15 días, que Melquiades Gutiérrez atenta contra su vida. Apenas el 15 de febrero, tras crucificarse amarrado a unos maderos, intentó cortarse las venas de las muñecas con una navaja de rasurar.

Al igual que ahora, la rápida intervención de la policía evitó que ocurriera una desgracia. Pese a ello insiste: "Estoy dispuesto a dar mi vida, volvería a prenderle fuego a mi cuerpo si no se me hace justicia". Su exigencia es una: ser reinstalado en su puesto de auxiliar bibliotecario del ayuntamiento de Chimalhuacán, de donde fue despedido "de manera injustificada" en enero pasado.

Expone que los mil 600 pesos que ganaba al mes los necesita para pagar los estudios de sus tres hijos. El es de los cientos ?¿miles?? de personas de escasos recursos que llegaron a vivir aquí cuando Guadalupe Buendía Torres, La Loba, fraccionó gran parte de la zona baja de Chimalhuacán.

Durante dos décadas trabajó como chofer, pero ya no puede manejar por problemas en la espina dorsal. Desesperado ante la situación económica buscó futuro vendiendo tacos. "Pero es el oficio con más competencia en las calles polvorientas de Chimalhuacán, y me llevaron a la quiebra", dice.

Refiere que en los últimos meses la dieta de su familia consta de tortillas, frijoles, arroz y huevo, pues con los mil 600 pesos que le pagaban en el gobierno priísta de Chimalhuacán tenía que destinar 50 diarios a su hija Ocotlán Gutiérrez Cárcamo, quien cursa el primer semestre en la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

También tiene que sostener los estudios de Alicia, la más pequeña, quien apenas entró a la secundaria. De Javier, su único hijo varón, señala: "Lo tuve que sacar de la preparatoria porque el dinero no alcanza. Ahora trabaja de obrero en una fábrica de veladoras, pero tiene la esperanza de regresar a la escuela y concluir sus estudios, para que no sufra lo que hoy sufre; yo no tuve estudios".

Como el dinero es insuficiente, su esposa Yolanda Cárcamo Mora lo apoya en el sustento de la familia. Durante parte del día recorre infinidad de casas esperando que alguna vecina le compre los productos domésticos que comercializa para obtener algún ingreso.

Sin embargo, desde hace un mes la situación económica de Melquiades y

compañía parece que tocó fondo. El gobierno de Chimalhuacán lo despidió junto con otros 100 trabajadores municipales. El argumento que expuso a la prensa el alcalde Jesús Tolentino Román Bojórquez fue que los ceses obedecieron a la situación financiera por la que atraviesa su administración.

Pero para los trabajadores no hubo explicación, sólo un "¡entrega tu gafete, que estás dado de baja!" Melquiades Gutiérrez insiste en que su despido fue injustificado. "Se violó el artículo 94 de la Ley de los Servidores Públicos. Se nos corrió por los conflictos que el alcalde tiene con el regidor perredista Jorge González", asegura.

Las quemaduras

Ahora apenas puede caminar. Las quemaduras le afectaron las piernas, un tobillo, el brazo izquierdo y el abdomen. De acuerdo con el parte médico, las lesiones fueron de primer grado, por lo que fue dado de alta en una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social a la que había sido trasladado.

Reconoce que gracias a policías municipales y tres agentes de Gobernación mexiquense su situación no es peor. "Al principio no sabían cómo apagarme, me dieron muchos golpes. Ya después fue con una chamarra como sofocaron el fuego", narra mientras saca de una bolsa negra su ropa abrasada.

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