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8 de Marzo, historia y realidad actual de las mujeres

 

Aunque en general se cree que 8 de marzo tiene su orígen un incendio que en 1908 provoca el dueño de la fabrica neoyorkina Cotton ocasionando la muerte de 129 obreras, las investigaciones de la historiografía feminista, demuestran que su orígen es más variado y ligado al movimiento socialista.
Sí hubo un incendio con muchas muertes de trabajadoras en lucha pero fue en 1909 y en la fabrica "Triangle Shirtwaist Company" el cual fue recordado por las obreras por muchos años. Pero la decisión de crear una festividad internacional fue de Clara Zetkin (1857-1933), lider del movimiento alemán de mujeres socialistas, quién se inspiró en el Woman's Day que el último domingo del mes de febrero celebraba, desde el 28 de febrero de 1909, el Partido Socialista Americano y únicamente para reivindicar el derecho de las mujeres al sufragio. La primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se produjo el 19 de marzo de 1911 en países de Europa. Es bastante después y, a propuesta de las alemanas, que el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 8 de marzo en Alemania, Suecia y Rusia, fecha que se elije para recordar que en el año 1917 las mujeres rusas se amotinaron ante la falta de alimentos, dando inicio al proceso revolucionario que acabaría en el mes de octubre de ese mismo año.
Es muy interesante resaltar que Naciones Unidas, con ocasión de la celebración en 1975 del Año Internacional de la Mujer, en su informe, hace una breve historia del 8 de marzo en el cual silencia de manera absoluta los sucesos vividos en Rusia en 1917 que precisamente fueron los que harían del 8 de marzo el día elegido para celebrar el Día Internacional de la Mujer.


¿Cómo estan las mujeres ocho o nueve décadas después?
Las mujeres constituyen más de la mitad de la población, gran parte del trabajo que realiza el sexo femenino no es asalariado y sigue sin ni siquiera ser reconocido. Según datos del INEGI, Secretaría del Trabajo y Conmujer, de los 28.4 millones de personas económicamente activas, el 76.3 por ciento son mujeres, el 50 por ciento de la producción de alimentos en el campo depende de ellas, así como el 85 por ciento de la economía fronteriza, pero los salarios se mantienen entre el 25 y 50 por ciento por debajo del de los varones. Trabajan 35 horas fuera de casa y 31 horas en actividades domésticas a la semana, y después de los 60 años siguen laborando en casa, mientras que al varón se "jubila". Miles de ellas viven presas de la violencia intrafamiliar.
El 49 % de los analfabetos pertenecen al género femenino; de los 25 millones de mexicanos en pobreza extrema más de 15 millones son mujeres; el 16 por ciento de los nuevos seres nacen de madres adolescentes, los intentos de suicidio son 12 veces más frecuentes entre mujeres que han sufrido violencia que las que no la han tenido; 70 por ciento de los refugiados en el mundo son mujeres; anualmente se invisibilizan 11 mil millones de dólares de la economía global correspondientes al trabajo no remunerado realizado por mujeres; con frecuencia las mujeres son víctimas de torturas, desapariciones y abuso sexual sistemático como arma de guerra; en varios países, las pruebas para detectar problemas genéticos se usan para determinar el sexo y decidir si se aborta cuando se trata de una niña, y así podría seguir la lista de las cifras que nos deberían hacen reflexionar.
La lucha de las mujeres no es nada más el movimiento organizado que busca reivindicaciones específicas, tal vez el mayor reto sea cambiar las estructuras mentales que se arrastran desde hace siglos: la revaloración de la mujer en la cultura humana. (Con información de Ana Isabel Alvarez González, consignada en el sitio http://www.pangea.org/dona/publica/mito8demarzo.htm y Maria de Jesús Espinoza)

 

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