ƑLA FIESTA EN PAZ?
El señor tío vivo
Leonardo Páez
SOBRE UN POLICROMO caballito de madera, en el típico carrusel de feria, el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza, con vistosa casaquilla roja y zahonas, aparece reclinado en el anca, mientras con la mano izquierda sujeta la rienda de su insólita cabalgadura. Una frase publicitaria completa el anuncio y da idea de las vertientes que para algunos ases españoles de los ruedos tiene el venir cada año a México a "hacer la América", a cambio de millones de dólares.
NO ES NOVEDAD que los famosos del toreo anuncien determinados productos y servicios. Gaona, Belmonte, Silverio, Manolete o Manolo Martínez, entre otros, en su momento contribuyeron a la promoción de bebidas, máquinas de escribir, sombreros, cigarros o tarjetas de crédito.
LO QUE AHORA llama la atención es que un torero a caballo de las dimensiones de Pablo Hermoso de Mendoza, sin discusión poseedor de la cuadra más torera de que se tenga memoria, si bien anteponiendo la espectacularidad efectista a la ortodoxia de la tauromaquia hípica, incurra no sólo en el aprovechamiento de jugosas ofertas extrataurinas, sino en el agandalle sistemático durante sus redituables campañas mexicanas.
EN EFECTO, CADA año, por octubre, antes de comenzar su campaña en nuestro país, y luego de haber toreado ochenta o más corridas en el suyo, Hermoso de Mendoza reitera su disposición a apoyar, en cada cartel, a jóvenes diestros nacionales, a efecto de que tengan más continuidad en sus actuaciones, se les haga un mejor seguimiento y sean valorados por una mayor cantidad de público, tomando en cuenta la gran capacidad de convocatoria del rejoneador.
SIN EMBARGO, LA penosa realidad es que Pablo apenas si cubre ese compromiso al incluir en sus comparecencias a algunos alternantes modestos, optando en cosos de provincia por actuar con diestros que no le signifiquen mayor competencia e incluso con aquellos que paguen su toro para rejones, ya que su equipo tiene comprados infinidad de encierros "a modo", es decir, de dudosa edad y procedencia.
OTRAS LINDEZAS DE Hermoso en estas tierras de conquista son: su antojadiza modalidad de hacer número con los toreros de a pie, evitando así salir al inicio y a la mitad del festejo, cosa que en España nunca se le ha permitido, ya que la autoridad hace cumplir el reglamento. Sus rejones de muerte pulmoneros o donde caigan, en aras de un triunfalismo pueblerino. Su renuencia a sortear con sus alternantes rejoneadores. Su olímpica negativa a permitir la actuación de grupos de forcados mexicanos y, en el colmo de los abusos sin sanción, su prepotencia para sacar de carteles donde ya estaba anunciado a un rejoneador como Enrique Fraga.
NO, NO SE duda de los talentos torero y financiero de Pablo Hermoso de Mendoza, sino de su ética profesional y su respeto por los toreros del país que tan sobradamente le recompensa por su maestría ventajosa. Otro tío vivo, pues, que le toma la medida al entreguismo mexicano.
