Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 10 de marzo de 2002
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Política

Antonio Gershenson

Las jubilaciones y la bolsa

Está planteado, incluso en una iniciativa presidencial, cambiar la ley para que los fondos de jubilación de las Siefore (sistema que, a diferencia del Seguro Social, que tiene un carácter público, depende sobre todo de los bancos) puedan usarse para jugarlos en la bolsa de valores. Se proponen también otros cambios que han causado polémica, pero queremos referirnos a éste por ahora.

Lo primero que queremos mencionar es un antecedente importante: el caso de la empresa estadunidense Enron. Ya hemos hablado de esta empresa, dedicada a la energía, y sobre todo al gas natural y la generación de electricidad con el mismo, a menudo comprando ambos a productores para venderlos al público. De ser la número siete en ventas, Enron entró en estado de quiebra y su caso dio lugar a que se revelaran muchas irregularidades: "regalitos" y apoyo a las campañas electorales de políticos importantes, empleo de empresas fantasmas para simular una salud financiera que permitiera que subieran de valor sus acciones en la bolsa y... la ruina de miles de trabajadores jubilados o por jubilarse.

Esta ruina se debió a que el fondo de jubilación de Enron se invirtió en acciones de esa misma empresa, las cuales perdieron casi todo su valor al entrar en quiebra. Esto también afectó a un número de trabajadores aún mayor, de empresas y dependencias que invirtieron los fondos de jubilación en acciones de Enron, "para que rindieran más". Ahora hay varios juicios en el país vecino, investigaciones del Poder Legislativo y de su brazo técnico, y toda una discusión nacional sobre el asunto Enron, que hacen difícil ignorar estos hechos.

Es muy improbable que, después de esta experiencia, las dos cámaras legislativas mexicanas aprueben semejante propuesta. La seguridad de los fondos de jubilación no debe ser sacrificada para que algunos financieros tengan su casino bursátil. De por sí, el haber puesto tal cantidad de dinero en manos de algunos banqueros fue parte del regalo que les hizo el gobierno federal anterior con el nombre de rescate bancario. Ese mismo dinero, en el sistema público de seguridad social, hubiera tenido muchos efectos benéficos. Pero el que se quiera darles poderes para arriesgar un dinero que no es suyo, sino de los trabajadores, eso ya es demasiado.

Un comentario. En mi artículo del domingo 24 de febrero, sobre la nueva legislación eléctrica, hubo un par de errores a los cuales soy ajeno. Primero, al describirse la propuesta del PRD, se menciona la autonomía de gestión, que incluye el que la Secretaría de Hacienda deje de controlar las empresas y de recortarles el presupuesto a voluntad. Pero luego aparecieron las palabras: "Pero no". Esto da a entender que lo antes dicho no era así, sino sólo lo que sigue. No es así, lo de antes y lo de después de esas dos palabras es cierto. En segundo lugar, se dice en el segundo párrafo del artículo que la propuesta fue dada a conocer por el PRD. Aunque así se le considera en lo general, y no hay otra de ese partido, en ninguna parte de la intervención vi que la propuesta fuera hecha en nombre del PRD (a diferencia de la del PAN, que sí fue presentada en nombre de su grupo parlamentario en el Senado).

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