La Jornada Semanal,  10 de marzo del 2002                         núm. 366
 Alejandro Pescador

La nueva poesía china a vuelo de pájaro

Al proclamarse la República Popular en 1949, mucha de la poesía china estaba refugiada en la ortodoxia formal. Los poetas académicos acaso pretendían encontrar en la tradición un remanso de permanencia ante tantos años de inestabilidad, guerras y devastación. El lushi, un poema de ocho versos, cada verso con cinco o siete caracteres, era todavía una forma muy socorrida. Años antes, sin embargo, la literatura china –en particular la poesía– había experimentado un breve florecimiento tras el Movimiento del 4 de Mayo de 1919 (llamado así por las multitudinarias manifestaciones antijaponesas de los jóvenes chinos en esa fecha). Estas protestas despertaron una conciencia social y nacional de corte moderno, opuesta por completo a la dominación extranjera. Al mismo tiempo se daban a conocer traducciones al chino de escritores europeos que influirían de modo decisivo en la idea de crear una nueva literatura nacional. Por unos cuantos años, los jóvenes poetas chinos experimentaron con formas y temas la renovación de su arte. Uno de esos poetas fue Xu Zhimo (1896-1931), quien ha sido redescubierto como uno de los fundadores de la nueva poesía china.

En realidad sólo será hasta 1976, año de la muerte de Mao y de la aprehensión de la Banda de los Cuatro, cuando la poesía habría de salir de su prolongado letargo. Desde fines de la década de los setenta se advierten cambios de fondo en la poesía china. Renovación del lenguaje, experimentación de la forma y un flagrante ánimo de libertad contribuyen a la ruptura. Ya quedó atrás el periodo de barbarie de la Revolución Cultural y la poesía supervisada por los comisarios del Partido. La perspectiva del futuro aún no se vislumbra por completo, pero en la poesía, como sismógrafo del espíritu, se vaticinan cambios.

El vuelco más notable lo constituye el Estilo Brumoso (menglong shi), definido por un anhelo libertario, composiciones inusitadas, resquebrajamiento de las normas gramaticales y en ocasiones un balbuceo emparentado con el trance. Quienes sobresalen en este movimiento poético son Bei Dao y Shu Ting.

Bei Dao (Beijing, 1949), o Isla del Norte, es el seudónimo de Zhao Zhenkai. Participó brevemente en la Revolución Cultural y pasó por un proceso de reeducación. En 1969 trabajó como obrero de la construcción. En 1970 comenzó a escribir poesía. Durante un breve periodo entre fines de 1978 y principios de 1979, publicó su revista Jintian en el Muro de la Democracia. En 1987 obtuvo el Premio 4 de Mayo, otorgado en Beijing. En 1988 recibió el Premio Nacional al Mejor Libro de Poesía Escrito en China. Tras el Movimiento por la Democracia y su violenta supresión en Tiananmen en 1989, Bei Dao partió al exilio. Ha vivido en Suecia e Inglaterra. Actualmente reside en Estados Unidos. Su obra no ha pasado inadvertida para la Academia Sueca.

Shu Ting (Fujian, 1952), o Despliegue de Gracia, es el seudónimo de Gong Peiyu. Trabajó como tornera, fogonera y obrera en una fábrica de cemento. Sus primeros poemas son de 1971. En 1980 inició su trabajo en la Federación de Escritores de Fujian, de la cual ha llegado a ser vicepresidenta.

La obra de ambos ha sido, en el terreno poético, la que más repercusión ha tenido en China en las últimas décadas. Bei Dao y Shu Ting han tenido una influencia notable en los poetas más jóvenes. Esta influencia ha sido más en el anhelo libertario de la expresión que en el estilo. La crítica china se ha dividido al comentar el Estilo Brumoso. Algunos incluso han descalificado sus obras tildándolas de caóticas. La vieja comparación entre el ruiseñor y el gorrión. Pero a final de cuentas han recibido los premios más importantes, como es el caso de Bei Dao, o han visto publicadas y frecuentadas sus obras, como es el caso de Shu Ting.

Si bien Bei Dao vive en el exilio, sus poemas anteriores a 1989 están incluidos tanto en las antologías de poesía china del siglo xx como en las de poesía china contemporánea, y se pueden adquirir en cualquier librería china que cuente con sección de poesía. Sus libros del exilio han sido publicados en Taiwán, Hong Kong, Inglaterra y Estados Unidos.

En agosto de 2000 se publicó en Beijing un volumen de casi trescientas páginas que reúne la poesía de Shu Ting.

El problema actual de la poesía china, como sucede casi en cualquier otro país, es la falta de lectores. La más nueva producción poética mantiene su anhelo de libertad; hay consistencia en el estilo, vuelo de la imaginación y abandono de todo tipo de sujeciones. Este tipo de poemas puede leerse en revistas literarias de prestigio como Shanghai Wenxue, Shi Yue, Zuo Jia, Shige y muchas otras. Pero como lo apuntaban los directores de estas publicaciones en un seminario organizado en noviembre de 2001, las revistas literarias chinas viven una crisis de lectores: o los lectores dudan entre leer literatura o textos de otra índole –por ejemplo, cuestiones relacionadas con los negocios–, o simplemente se han dado a la fuga.

Como muestra mínima de la obra de Bei Dao y de Shu Ting, en seguida se ofrecen las versiones al español de algunos de sus poemas más célebres. Ambos escritores comparten un ánimo impaciente y un repertorio de imágenes afines. Por momentos puede creerse que se trata de un diálogo, más que de una obra de estricto sentido individual. Los dos, en todo caso, llevan la huella de una misma rebelión poética.