Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 12 de marzo de 2002
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Cultura

Teresa del Conde

Agua-wasser

El Instituto Goethe y la Dirección General de Artes Plásticas de la UNAM dieron cabida a un proyecto citadino relacionado con el agua. La curaduría estuvo a cargo de Bernd M. Scherer, director del instituto, y de Edgard Ganado Kim. El propósito central, al igual que el que llevó a Peter Krieger el año pasado a organizar un coloquio en la Facultad de Arquitectura con el mismo tema y diferentes parámetros, es ''crear conciencia sobre el valor histórico, social y político del vital líquido''.

Ese es el propósito, pero no sé si se cumpla, pese a la buena organización, a la impecable presentación virtual de lo que es, en realidad, una exposición dispersa en varios puntos estratégicos de nuestra ciudad y a la conceptualización propuesta por algunos de los artistas.

En principio, me interesaba ver ''pintado'' el río de la Piedad, ahora inexistente, que corría por el actual Viaducto Miguel Alemán en la zona de río Becerra. Fui allí dos veces y nada hay. Pero siquiera me quedé con la idea de que César Martínez pensó en realizar Piedad entubada. Lo que más me gusta es el título, porque de inmediato surgen imágenes sobre las múltiples ''piedades'' que han acompañado la existencia, desde la de Avignon en el siglo XIV -no tan conocida como la de Miguel Angel de principios del XVI- a las piedades actuales de artistas como Nahum B. Zenil o Miguel Ventura. Debido a eso, la primera idea que me hice fue que iba a ver, desde mi auto, una ''piedad'' de la que sadrían afluentes que correrían por el Viaducto. Eso aún no sucede al escribir estas líneas, porque Agua-wasser, que quiso ser un proyecto simultáneo, no lo ha sido del todo. La realidad es que no habría, o no va a haber, textualmente hablando, ''piedad entubada'' como las que he mencionado, sino que el tramo del viaducto lecho del río de la Piedad se vería o se verá acentuado por intervención pictórica, imagino que color aqua.

Donde está hoy la palma de Paseo de la Reforma, estuvo una fuente que construyó el arquitecto Saldívar. La recuerdo muy bien. Ahora la palma ha vuelto a su sitio y sobrevive, creo, de milagro. Allí Betsabé Romero creó un ambiente desértico. Un espectacular connota el sitio para que el espectador, aunque viaje en automóvil, lo perciba. Aunque este proyecto me pareció acertado, he podido constatar que gentes que se desplazan por ese sitio casi de manera cotidiana no han percibido la desertificación de la glorieta.

Otro tanto sucede en el Museo Nacional de Antropología: al recorrer su explanada, uno puede ver los cuatro chorros erectos que se disparan desde el inframundo (es decir, desde el sotosuelo). Allí vi un numeroso grupo de estudiantes de secundaria que mostraban gran contento al verse salpicados por los chorros, al tiempo que se desplazaban para admirar el arco iris espontáneo que allí se genera. Ese sitio debió elegirse como punto de referencia, aunque no hubiera intervención artística alguna. Sí la hay, en cambio, en el estanque del gran patio, pero no vi ninguna persona observando los círculos irregulares que, movidos por el viento, se integran a partir de redomas convexas conteniendo fotografías de los citadinos. Es poética esa idea: ƑQué haces en el agua? y la realización de Anette Kuhn está bien urdida, las redomas flotan, alternan con los nenúfares y el fondo verdoso (por la lama) permite contrastar los ajolotes que se desplazan de manera incansable, pero pienso que ese espacio compite en demasía con otra fuente acuosa, la que dimana de la impresionante sombrilla cuyo fuste -tiene que ver con Tláloc- está ornado con relieves de José Chávez Morado.

No he visto todas las intervenciones. Puedo imaginarme los hidrovochos de Helen Escobedo, porque conozco sus dibujos. En cambio, sí recorrí el ámbito de San Agustín, donde estuvo el fondo reservado de la única Biblioteca Nacional que debe existir, la de la UNAM. Allí Thomas Glassford, con grandes aptitudes de ingeniero, ofrece el más ambicioso de todos los proyectos: una fuente ''tradicional'' de circuito retroalimentado, realizada con materiales de desecho. Las capillas del deambulatorio a derecha e izquierda quedan incluidas en la instalación, de lo que resulta que todo el ámbito de ese lugar, tan ad hoc para exposiciones de esta índole, quedó intervenido sin conspirar contra sus lineamientos arquitectónicos.

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