Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 21 de abril de 2002
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Cultura
El inmueble de la colonia del Periodista también alberga el centro de investigación de la mujer

Se cumplió el sueño de Benita Galeana; ahora su casa ya funciona como museo

Habrá actividades culturales y exposiciones itinerantes y permanentes, explica la directora del recinto La biblioteca especializada en temas de género tiene un acervo de mil 345 títulos

AMALIA RIVERA

El 17 de abril se cumplieron siete años de la muerte de Benita Galeana, "la militante de la dignidad humana", como la llamó Juan de la Cabada, su compañero de lucha y de prisión en los difíciles años de clandestinidad del Partido Comunista Mexicano, allá en los treinta y los cuarenta, cuando el proletariado no tenía nada que perder y sí un mundo por ganar.

Si bien la efémeride pasó desapercibida en los medios, sus vecinos de la colonia del Periodista no la olvidaron y asistieron puntuales a ver concretado un deseo que Benita no se cansó de expresar en los últimos años de su vida: "Quiero que esta casa sea un museo para el pueblo".

Y así, remozada, pintada de negro y amarillo, dividida en áreas de exposición y biblioteca, funciona desde ahora la Casa Museo y Centro de Investigación de la Mujer y las Luchas Sociales Benita Galeana, en la calle Sutano 11, donde habitara desde la década de los cuarenta y hasta su muerte.

Tras su deceso, el inmueble se mantuvo cerrado cinco años, suficientes para que se echara a perder la ropa típica, rebozos, blusas bordadas por manos indígenas y los trajes de tehuana que vestía Benita presumiendo de que los "usó mucho antes que Frida Kahlo".

Tras la insistencia durante años del Consejo Consultivo Benita Galeana, finalmente fue inaugurada como museo el 8 de junio de 2000, durante la gestión de Rosario Robles en el Gobierno del Distrito Federal. Sin embargo, no se desarrolló ninguna actividad y la casa continuó en el abandono. Finalmente, la delegación Benito Juárez retomó el proyecto que puso en manos de María de Jesús Real García Figueroa, hoy su entusiasta directora.

"No sólo habrá cambios en la parte cosmética ?indicó Héctor Sánchez Amar, director de Educación y Cultura de la delegación, quien inauguró el recinto?, sino que habrá actividades culturales, exposiciones itinerantes y permanentes".

Real García explicó que la biblioteca y el centro de documentación con los libros personales de Benita Galeana y de Mario Gil, enriquecido con donaciones sobre el tema de género, hacen un acervo de mil 345 títulos divididos en socialismo, mujeres, movimientos sociales, lucha ferrocarrilera, literatura, arte, historia universal, marxismo, etcétera, que están a disposición de quien los solicite para consulta.

La casa fue reinagurada con una exposición fotográfica de Benita que la muestra en 18 tomas en su esplendorosa belleza y juventud, así como en diversas etapas de su fructífera vida, incluso bailando en su 88 cumpleaños; la galería permanente contiene óleos, acuarelas y grabados que inspirara a artistas como Oscar Ramírez Marzok, Juan Viguri y Luis Garzón, entre otros. Asimismo se proyectó el video Benita Galena, biografía de la luchadora social, amenizado con sus dichos y la sabiduría popular tan de Benita en voz de María Rojo. Así narra episodios de su intensa vida, como cuando donó durante la expropiación petrolera "unos aretes preciosos con la imagen de Lenin", o cuando llevó a un jovencito al Partido Comunista, que no era otro que José Revueltas, "quien se moría por obtener su carné".

Benita se reconocía orgullosa descendiente del caudillo insurgente Hermenegildo Galeana: "fui la única de mi familia con una gotita de su sangre que me dio el valor para luchar", y cómo no, si cuando, según decía, "se le trepaba lo Galeana a la cabeza", un policía era insuficiente para conducirla a la cárcel... "Claro que eran otros tiempos ?solía aclarar a sus 90 años, ya con sus trenzas blancas y unos enormes anteojos negros?, en ese entonces los polícías eran decentes. Ya que me alcanzaban, después de la corretiza, me tomaban del brazo con suavidad, ¡no me puedo imaginar cómo me iría hoy!"

Nacida en 1907, en San Jerónimo, Guerrero, llegó descalza a la ciudad de México, trabajó como sirvienta y más tarde como fichera en el cabaret El Viejo Jalisco, "pero nunca me fui con ningún hombre", aclaraba siempre con la frente muy en alto. Ahí conocería a Manuel Rodríguez, quien la reclutó al Partido Comunista, y a partir de entonces comenzó su crecimiento. Las 58 veces que fue arrestada por el gobierno mexicano sólo refrendaron su convicción de la justeza de la lucha popular. Aprendió a leer y escribir a los 29 años; tiempo después escribió sus Memorias (1940), un libro de cuentos El peso mocho (1979) y Actos vividos (1990), además de descollar como luchadora social en la causa de los pobres y de las mujeres. Jamás claudicó de su ideología comunista, ni siquiera cuando después de la caída del Muro de Berlín y la debacle de la URSS tantos se arrepintieron.

"Si el partido la hubiese apoyado más -han señalado algunos de sus biógrafos-, seguramente habría alcanzado la altura internacional de una Pasionaria".

Siete años después de su muerte, la militante de la dignidad humana, la Pasionaria mexicana, hoy tiene su sueño cumplido: una casa museo para el pueblo.

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