Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 29 de abril de 2002
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Política
INFANCIA

Envía recomendación al gobernador Patrón Laviada; exige cese de la violencia

Derechos Humanos documenta torturas en escuela yucateca para menores infractores

"Qué tanto afecta a los niños si los hincamos en el pasillo", pregunta sicólogo del plantel

VICTOR BALLINAS

En la Escuela de Educación Social para Menores Infractores del Estado de Yucatán, ubicada en Mérida, los internos ?niños y adolescentes? viven "situaciones aberrantes", que van de "castigos inhumanos, consistentes en golpes y segregación", a suministro "indiscriminado de sicotrópicos para mantenerlos dormidos", así como "amenazas y abuso sexual", asegura la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en su recomendación 10/2002, dirigida al gobierno de Patricio Patrón Laviada.

"A un niño con tendencias homosexuales se le vistió de mujer y se le obligó a dormir en el área de niñas; a otra menor se le castigó encerrándola dos días en el criadero de cerdos, sin alimentos; tres niñas más fueron sedadas (dormidas) durante tres días; a otros niños se les obligó a comer alimento de cerdos y a beberse sus orines; niños y niñas fueron molestados sexualmente (con) pellizcos en los senos, apretones en testículos y penes y mano-seos", revela la CNDH.

Las violaciones a los derechos humanos de los menores -malos tratos, humillaciones, golpes y amenazas- fueron cometidos por María del Rocío Martel López, ex directora del plantel; por su chofer, Martín Espíndola; por el sicólogo Víctor Canché May; por los vigilantes Bernardo Marco Acevedo Pool, Armando Gómez Yama y Eduardo Can Tun; por el coordinador Fernando Canché Tec, y por profesores como Gerardo Guardián Pérez.

También tienen responsabilidad en el trato cruel que aún padecen ?sostiene la comisión? el Consejo Tutelar para Menores Infractores del Estado de Yucatán, porque no vigiló el respeto a las garantías de los niños; la Procuraduría de Defensa del Menor y la Familia, porque no los asistió en las violaciones a sus derechos, y la Procuraduría de Justicia del Estado.

La CNDH destaca en la recomendación que se comprobaron violaciones a los derechos humanos relativos al respeto a la integridad física, a recibir trato digno, a la libertad, a la legalidad, a la seguridad jurídica, a un debido proceso penal y a la protección de la salud, en perjuicio de los menores internos en dicho plantel.

El presidente de la comisión, José Luis Soberanes, solicitó al mandatario panista Patrón Laviada "el cese de violaciones a los derechos humanos de las niñas y los niños internos en esa escuela; que se dé vista al procurador general de Justicia estatal para que inicie la investigación correspondiente respecto a las conductas de servidores y ex servidores públicos, porque tienen responsabilidades, así sea por omisión".

Asimismo, "que se inicie una investigación para determinar la responsabilidad administrativa en la que pudiesen haber incurrido los servidores actuales y ex servidores públicos de la mencionada escuela, del Consejo Tutelar para Menores Infractores, de la Procuraduría de Defensa del Menor y la Familia y de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), porque incumplieron las medidas cautelares que se les ordenaron y aceptaron, ya que en la visita que personal de éste órgano realizó los días 10, 11 y 12 de enero de este año, aún se aplicaban castigos".

La comisión también pidió al gobernador yucateco que se dote a la PGJE y el DIF de lugares adecuados para albergar a menores víctimas de delitos, de violencia intrafamiliar y desamparados; además, que se instruya a las autoridades de dicha escuela para que se impida el ingreso de menores que no estén a disposición del Consejo Tutelar; que se proporcione una adecuada atención médica y se prohíba el uso indiscriminado de medicamentos para controlar problemas de conducta, y que a la brevedad se expida el reglamento interno y demás disposiciones aplicables.

La CNDH explica que realizó una investigación in situ a raíz de una queja presentada por María Cristina Muñoz Menéndez, del centro Indignación, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, en la que denuncia a la ex directora y demás personal por violaciones a las garantías de los menores recluidos.

La queja fue recibida por la comisión el 23 de julio del año pasado, y el día 30 del mismo mes hubo una ampliación. Los días 6 y 7 de agosto del mismo año, personal de la CNDH realizó una investigación y recibió informes del Consejo Tutelar, de la PGJE, de la escuela y del DIF.

En septiembre de 2001, Sylvia Zenteno Ruano, quien declaró ser coordinadora del Programa de Salud Integral para Grupos Adolescentes, de la jurisdicción número uno de la Secretaría de Salud estatal, denunció la existencia de malos tratos en dicha escuela.

"En una ocasión observé, durante una visita que realicé al plantel, en el campo de futbol, a cuatro menores, sin saber quiénes eran, amarrados con una soga alrededor de un árbol, del pecho hasta las piernas; al acercarme y preguntarles qué les pasaba me dijeron que tenían dos días en esas condiciones porque la directora, María del Rocío Martel López, los había castigado", detalle la CNDH en un extracto de la queja presentada por Zenteno.

Los visitadores de la comisión entrevistaron a decenas de niñas y adolescentes; para proteger sus nombres, en la recomendación los cita sólo por números.

Una de las víctimas denunció: "la directora nos golpeaba con un zapato en la cabeza y nos daba cachetadas; nos encerraba en un cuarto ?segregados? hasta por tres días y no nos daba alimentos; nos hincaba en el piso de una cancha que tenía piedras pequeñas en el piso, con un bloque de concreto en cada brazo y otro más amarrado a la nuca con una soga.

"En ocasiones nos introducía una pastilla de jabón de baño en la boca para obligarnos a decir quién había cometido alguna falta, y estando ahí nos baja los pantalones y nos apretaba los testículos y el pene; nos obligaba a desyerbar las áreas verdes de la escuela y nos dejaba sin comer varios días. Su chofer (de la directora), Martín Espíndola, nos pegaba con un tubo de poliducto."

Dulce María Alavez Soberanes y Magdalena Pitzé, ex trabajadoras de dicha escuela, localizadas por los visitadores de la CNDH, declararon: "nos tocó ver que en una ocasión a la menor (3) la mantuvo varios días sin comer y la obligó a lavar la ropa de todos los niños; observamos también cómo golpeó a una joven (20), quien salió de la oficina de la directora con sangre en la ropa y llorando; muchas veces vimos cómo la directora alzaba las blusas de las menores (20), (22), (23) y (24) para apretar sus senos; suspendía las visitas a los internos con el pretexto de que estaban castigados, pero en realidad era para que sus padres no se dieran cuenta de que habían sido golpeados".

Lourdes Quijano Sánchez, coordinadora del área de mujeres de la escuela ?quien durante la investigación de la CNDH aún laboraba ahí?, manifestó a los investigadores del órgano nacional: "son ciertos los hechos descritos por los niños".

Agregó que en varios ocasiones vio cuando las niñas "regresaban llorando de la dirección, con su cabello tijereteado (...) La menor (3) me dijo que la directora le metía la mano en sus partes íntimas".

En la investigación el sicólogo Víctor Canché May preguntó a los visitadores: "¿Qué tanto podemos afectar los derechos humanos de los niños si los hincamos en el pasillo?", y agregó: "los vigilantes están a la deriva en cuestiones de disciplina, porque es muy difícil controlar a los menores".

Como prueba de que esos castigos siguen imponiéndose en esa escuela, la CNDH cita parte de la entrevista con Gerardo Guardián Pérez, sicólogo, quien dijo: "a los menores se les tiene que imponer límites, deben existir premios y castigos, y por esa razón no hay nada de malo en imponer sanciones; el hecho de hincarlos en los pasillos no les afecta en nada".

La comisión cita también parte del informe del ex director Antonio Osorio Vázquez, quien el 23 de agosto de 2001 hizo llegar a ese órgano nacional un informe, en el que manifiesta: "la menor (5) dijo que la directora las insultaba, que las golpeaba con el tacón de su zapato y con la rodilla en el estómago; que las amenazó con inyectarles sangre con VIH-sida".

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