viernes 3 de mayo de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
El sabor de la vida

Las pócimas del desamor

n Catalina Pérez Osorio

Dedicado para los que se van y para los que no se atreven a quedarse.

En situaciones como éstas es difícil encontrar remedios; no siempre que nos reunimos es para hablar de cosas alegres, hoy necesitamos algo más fuerte que un té, a lo mejor recurrir a la magia.... Y acordarnos de esa amiga que siempre tiene una respuesta y conoce los poderes de las hierbas.
Reunidas en la cocina de la casa, el lugar con más calor, en este ambiente una de nosotras se quedó atrás, con unas hojas de tomillo entre las manos, frotándolas con fuerza para darse valor, para tomar una decisión, de esas amorosas, que tanto trabajo cuesta tomar, que requieren coraje y un pequeño empujón.
El tomillo no era suficiente, mi amiga por fin habló:
-No sólo necesito valor, díganme, hay algo para ahuyentar esta tristeza, para poder dormir, para olvidar los males de amor que me aquejan.
Entonces todas parecíamos tener el remedio. Una aconsejó "por qué no te bañas con medusa"; y otra levantó la voz "no, la medusa la va a calmar, lo que queremos es que se atreva", "mejor tómate un té de borraja, puede que te embriagues"; una más romántica dijo:
-Mejor hagamos una pócima de pelargonia, claveles antiguos y pétalos de rosas rojas.
Mi amiga pareció despertar, y contestó:
-No, no quiero nada que tenga que ver con la pasión.
-Entonces necesitas, como lo recomienda mi madre, un té de mejorana dulce, porque lo que tú tienes es una inmensa tristeza, ya ves por abusar del romero y de la bebida del toronjil y ahora qué hacer para que olvides, si primero le pediste a las varitas de romero que quemabas todas las mañanas que el amor fuera eterno, si pudieras lavar con lavanda tu corazón podrías curar tus heridas, pero la lavanda sólo cura las heridas de la piel.
Como buenas brujas inexpertas nos hace falta saber grandes remedios para grandes males.
Visité a Eloína, mujer delicada, de voz pausada, abre las puertas de su vivero en San Andrés Cholula, en él cultiva más de 700 especies de hierbas, para todos los usos. Comenta que cuando niña su pasatiempo era cultivar y cuidar plantas, ahora, doctora en Ciencias, deja su profesión por su pasión, desde hace más de seis años junto con otras personas deciden trabajar la naturaleza para poder proporcionarnos alternativas naturales.
Entrar al mundo de Eloína fue mágico: conocer las hierbas, saber cuál es su función, cómo pueden emplearse, cómo pueden influir en nuestros estados de ánimo.
La melancolía, la tristeza, la aflicción, el desencanto, el desamor, qué hacer para mitigar aquello que nos produce angustia, dolor, depresión. Ella me contó para qué sirven y de qué manera se utiliza las hierbas, la próxima vez seguro les daré remedios. Y así podremos ser mejores brujas.