Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 5 de mayo de 2002
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Política

Antonio Gershenson

Reservas petroleras

En octubre de 1999, una revista especializada del exterior daba cuenta de la noticia: Pemex había dado a conocer, en una reunión de ingenieros petroleros, una nueva cifra de reservas de petróleo crudo muy inferior a la anterior. De 45 mil millones de barriles se había pasado a 24.5 mil millones, poco menos de la mitad que la cifra anterior. En realidad, la nueva cifra se había ido construyendo a lo largo de años y se había impreso en un documento oficial distribuido el 18 de marzo de ese mismo año: la Memoria de labores. Otra cosa es que el documento no sea muy conocido, y que la forma resultara confusa para varios.

A principios de 1995, luego de las devaluaciones, el gobierno mexicano firmó los convenios del macropréstamo de 50 mil millones de dólares. Para asegurar a los bancos el pago, y de paso para imponer condiciones adicionales, en esos convenios se establecieron las entonces llamadas garantías petroleras. Todos los pagos por el petróleo crudo exportado por México se depositaron en una cuenta especial controlada por la Reserva Federal estadunidense. Si se dejaba de pagar, o si se dejaba de cumplir con los compromisos de política económica contraídos por el gobierno mexicano, el dinero del petróleo sería retenido.

La parte que prestaba, no sólo los bancos sino el gobierno estadunidense que armó el préstamo, no confiaba en las palabras de los funcionarios mexicanos, y hubo un escrito intitulado: Anexo B: disponibilidad para el público de la información estadística del gobierno federal y del Banco de México. Si la información era publicada, sería más difícil que ésta se falseara, pues alguien se podía dar cuenta de si era incongruente con otras cifras, o con hechos de su conocimiento. Aunque no se habla en particular de la información de Pemex, poco tiempo después se inició una revisión a fondo de las reservas petroleras "oficiales".

Esas reservas habían sido consideradas como sospechosas. En tiempos del llamado auge petrolero, las reservas probadas oficiales de crudo pasaron de 10.4 miles de millones de barriles al final de 1977, a 25.6 miles de millones un año después. Y eso, sin que en ese año hubiera habido más perforaciones que en otros momentos. Y el yacimiento más importante, Cantarell, había sido descubierto desde 1976. El aumento a dos veces y media en un año no era muy creíble.

Se emprendió una revisión a fondo de las reservas, sobre la base de una metodología presentada por una empresa especializada estadunidense, Netherland, Sewell & Associates, Inc. (NSAI). En 1996 se atacarían las regiones marinas, fuente de las tres cuartas partes de la producción de petróleo crudo del país. En 1997, la región Sur, y en 1998, la Norte. En la Memoria de labores 1996, se habla de que se empezó a aplicar una nueva metodología para la evaluación de las reservas petroleras, sin dar información de la mencionada compañía, "aplicando las definiciones, métodos y procedimientos aceptados por la industria petrolera internacional".

La Memoria de 1997 ya habla de la citada empresa, no sólo por los trabajos de ese año en la región Sur, sino por los anteriores en las regiones marinas. Y en el documento análogo de 1998 ya se habla de la entrada, adicionalmente, de una segunda empresa, en una parte de las zonas de la región Norte. Mientras tanto, se seguían publicando las cifras "viejas" como si fueran igual de válidas que las "nuevas", y de ahí que en el exterior se les siguiera citando y publicando como buenas. En el cuadro de cifras viejas de 1998 se aclara que esas cifras no son comparables con las de los cuadros siguientes. Y en el primero de éstos, con un resumen de las cifras "nuevas", se repite la frase de que son aceptadas por la industria petrolera internacional. Aquí ya es obvio que los datos de la metodología "tradicional" no lo son.

Además de estos saltos, las reservas oficiales han bajado poco a poco. Entonces, de principios de 1996 al primero de enero de 2002, las reservas de crudo por región pasaron, en las regiones marinas, de 33 años de la producción del momento, a 13 años. Y, como dijimos, de aquí salen tres cuartas partes de la producción nacional. Pero eso no es todo: el gas natural asociado al crudo es el que lo impulsa hacia afuera, además de su propia utilidad. Y las reservas de ese gas pasaron, en el mismo lapso, de 23 años a ocho en las mismas regiones marinas, y en la región Sur, de 28 a 13 años. Entre estas dos regiones están casi tres cuartas partes de la producción nacional de gas natural.

Preocupante, Ƒno?

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