Eduardo Galeano
El uniforme de trabajo
Ciento treinta y cinco años después de su
muerte, Abraham Lincoln andaba por las calles de Baltimore, Annapolis y
otras ciudades de Maryland.
Lincoln entraba en cualquier comercio. Tocándose
el ala del sombrero de copa, inclinaba el cuerpo en una leve reverencia.
Estudiaba el panorama con sus inconfundibles ojos melancólicos,
mientras se rascaba la barba grisácea sin bigotes, y después
extraía de la levita negra una pistola Magnum 357. En su estilo
directo, de hombre que va al grano y no se anda con vueltas, decía:
-La bolsa o la vida.
Durante el mes de mayo del año 2000, Kevin Gibson
asaltó once tiendas, siempre disfrazado de Abraham Lincoln, hasta
que la policía lo atrapó y lo metió en la cárcel.
Gibson está preso desde entonces. Tiene cárcel
para rato. Él se pregunta por qué. Al fin y al cabo, no estaba
haciendo nada más que imitar a algunos exitosos políticos
de su país.