Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 7 de mayo de 2002
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Economía

El gobierno ya no necesita probar acusaciones, dicen

La firma Andersen desaparecerá aunque evite una condena legal

AFP

Houston, EU, 6 de mayo. El gabinete de auditoría contable Arthur Andersen, herido de muerte por el escándalo Enron, desaparecerá casi por completo aunque logre evitar una condena en el proceso que comenzó este lunes en Houston, Texas.

El proceso de Andersen, inculpado en marzo de obstruir a la justicia, comenzó ante un tribunal federal de Houston con la selección del jurado y debe continuar hasta fines de mayo.

Andersen, que hasta ahora era el quinto gabinete de auditoría mundial, es acusado de haber destruido ''toneladas de documentos'' a fines del año pasado, los cuales estaban ligados a la contabilidad de Enron, cuando las autoridades federales investigaban la quiebra de ese grupo de corretaje y distribución de energía, la mayor bancarrota de la historia estadunidense.

Incluso antes que las audiencias de Houston toquen el meollo del asunto, muchos las consideran como un ''proceso póstumo'' dado el estado de desmembramiento en el que se encuentra el gabinete de Chicago. ''El gobierno no necesita probar sus acusaciones. Ya hicieron explotar la empresa'', afirmó George Shaheen, ex director general de Andersen Consulting.

Tras la acusación en su contra, Andersen perdió la mayor parte de sus vastas actividades internacionales. Estas representaban más de la mitad de su volumen de negocios (4 mil 800 millones de dólares sobre un total de 9 mil 300 millones en 2001) y más de dos tercios de sus efectivos (59 mil asalariados sobre un total de 85 mil).

Andersen ni siquiera logró vender en bloque su red internacional, que cubría 84 países, sino que debió aceptar verla estallar y cedida, en partes, a sus cuatro grandes competidores: Ernst and Young, KPMG, Deloitte and Touche y PricewaterhouseCoopers (PwC).

En Estados Unidos la situación no es mejor para el casi centenario gabinete de auditoría. Confrontado a una caída de su volumen de negocios ligada a la huída de sus clientes, Andersen lanzó en abril un plan de restructuración que prevé suprimir más de un cuarto de sus efectivos, lo que afecta 7 mil empleos.

Anunció, también el mes pasado, la venta de sus actividades de consejería fiscal a Deloitte and Touche y debería, según la prensa, ceder muy pronto el resto de sus actividades de consejería (mil 430 millones de dólares de volumen de negocios en 2001) a KPMG Consulting.

Andersen quería reorganizarse manteniendo únicamente sus actividades de auditoría, pero en ese sector las cosas también evolucionan rápidamente y mal.

Varios cientos de socios -sobre un total de mil 700 que integran la red Andersen en Estados Unidos- ya se unieron a la competencia o se preparan para hacerlo, llevándose consigo buena parte de su clientela. Esta desintegración llevó, la semana pasada, al ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, a renunciar a su plan de salvar Andersen.

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