Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 18 de mayo de 2002
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Espectáculos
El hombre que nunca estuvo realiza su periplo en México

Como a Cain, nos interesa la vida de la gente de trabajo en el cine: Ethan Coen

JORGE CABALLERO

El hombre que nunca estuvo (The man who wasn't there, EU 2001), nuevo trabajo cinematográfico de los hermanos Joel y Ethan Coen, comenzó su recorrido comercial en nuestro país. Situada en el verano de 1949, la historia presenta a su protagónico, Ed Crance (Billy Bob Thornton, espléndido), un gris peluquero que vive en una pequeña ciudad del norte de California. Insatisfecho con su vida, la infidelidad de su esposa, Doris (Frances McDormand, encantadora), ofrece a Ed la oportunidad de practicar un chantaje, el cual supone lo ayudará a cambiar su triste situación. Sin embargo, a medida que sus planes se van desplegando, se descubren secretos cada vez más oscuros, hasta llegar al asesinato.

El hombre que nunca estuvo es una historia de pasión, crimen y castigo, presentada por completo en un glorioso blanco y negro. El filme reúne a los hermanos Coen con muchos de sus frecuentes colaboradores creativos a ambos lados de la cámara, entre ellos la señora Frances McDormand (quien obtuvo el premio de la Academia a la mejor actriz por Fargo) y al fotógrafo Roger Deakins. En su presentación mundial en la edición pasada del Festival Internacional de Cine de Cannes, El hombre que nunca estuvo ganó el premio al mejor director.

A primera vista parecería que la cinta remite nuevamente a Joel y Ethan Coen a su género iniciático que exploraron en su debut cinematográfico, Blood simple (EU, 1984); sin embargo, este filme representa un viraje en su trabajo, que incide en un aspecto particular del género que los Coen describen como: el mundo de James M. Cain.

La literatura en el cine

Cain fue un autor de literatura amarillista por excelencia. Sus historias de crímenes aún son admiradas por la agudeza de sus diálogos y de sus caracterizaciones, así como por el estilo directo e inmediato de su narración. Sus novelas más famosas sentaron la base de tres clásicos de la época: Double indemnity (1944), de Billy Wilder; Mildred Pierce (1945), de Mi-chael Curtiz, y The postman always rings twice (1946), de Tay Garnett.

Al igual que en la obra de Cain, El hombre que nunca estuvo ocurre en los cuarenta: "La película está fuertemente influida por la obra de Cain; es el mismo tipo de historia", declara Joel Coen, y agrega su hermano: "Con la excepción de que aquí hay un tipo que no es precisamente un héroe. Pero cuando se piensa en ello, las historias de Cain casi siempre tienen como protagonistas a estos antihéroes: perdedores, personajes que llevan una existencia monótona y banal. A Cain le interesaban las vidas de gente de trabajo, de vendedores de seguros, de empleados de bancos, de constructores de puentes. Esa fue la clave que nosotros tomamos".

Sin embargo, la inspiración para El hombre que nunca estuvo no proviene de una obra en particular de Cain, sino de una película que los hermanos Coen filmaron hace algunos años en Carolina del Norte, The hudsucker proxy (1994). Así lo recuerda Joel: "Filmamos una escena en una peluquería, y en la pared había un póster donde se veían diferentes estilos de cortes de cabello de los años cuarenta. Era un decorado fijo del set y nosotros siempre lo mirábamos; empezamos a pensar en una persona que realizara esos cortes de cabello, y así la historia comenzó a cobrar forma. Realmente surgió a partir de ese póster.

"Escribimos sobre el personaje de Ed Crane, que trabaja en la peluquería de su cuñado, quien no está conforme con su vida pero no sabe cómo cambiarla. De lo que está seguro es de que no desea pasar el resto de sus días cortando el cabello. Cuando un cliente le hace saber que hay una forma de enriquecerse invirtiendo en la limpieza en seco, se siente intrigado. Y a partir del momento en que se entera de que su esposa tiene un affaire con su jefe -casado-, el dueño de una tienda, se desencadena una serie de eventos con trágicas consecuencias para todos los involucrados."

A pesar de que en la historia se perpetra un crimen, continúa Joel: "Nos interesaba mostrar lo que el personaje realiza como peluquero". Agrega Ethan. "Deseábamos examinar con exactitud cómo era estar día tras día cortando el cabello una y otra vez, y ese fue el telón de fondo de la historia del crimen. La mayoría de las historias de crímenes tienen lugar en submundos. Son historias de gente pequeña, mezquina, que realiza acciones repugnantes y donde nadie termina feliz. En parte, el filme se trata de eso, y en parte no. El hombre que nunca estuvo se trata de gente común, americanos medios que se ven embarcados en una espiral incontrolable. El crimen es una especie de circunstancia involuntaria y el héroe tropieza con ello."

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