Luis Paredes: barco a la deriva

Pocos como Luis Paredes Moctezuma han logrado sólo en tres meses la animadversión y el descrédito público. Empeñado en imponer el lema "comunicar es gobernar" como base de la administración pública, el panista y ex líder empresarial no ha tenido siquiera una victoria mediática, mucho menos a nivel popular, pese al afán desmesurado por ganar espacios en la prensa, radio y televisión, anunciando obras que sólo han generado repudio y haciendo filtraciones a algunos diarios que las presentan a manera de hallazgos periodísticos espectaculares.
No descartamos para nada los cuitlanautas que el más reciente escándalo mediático promovido por Paredes y compañía tenga buena parte de sus fundamentos en la realidad. Hay sospechas sobradas de que funcionarios del trienio anterior cometieron actos de corrupción y beneficiaron sus arcas personales a costa del erario. Pero gobernar no es materia de supuestos, así que Luis Eduardo del Sagrado Corazón de Jesús y sus amiguitos tendrán que comprobar todas y cada una de las acusaciones que hicieron contra los funcionarios de primer nivel en el gobierno de Mario Marín Torres, so pena de quedar evidenciados como mentirosos, aventurados o en el mejor de los casos ingenuos, tontos y faltos de oficio político.


Si a la hora de la verdad el îrgano de Fiscalización Superior no da por buenas las "observaciones" -antes de ayer los panistas del ayuntamiento les llamaron irregularidades y hasta sugirieron que sus antecesores habían incurrido en delitos- o el equipo de Paredes negocia una "salida digna" para quienes incurrieron en anomalías, dé usted por hecho, querido lector, que la credibilidad de los albiazules se irá por completo a pique.
Por lo pronto, y sin aparente intención -aunque nada es seguro con ésos que se creen sabelotodo, como Paredes y sus secuaces-, los de la Comuna ya pasaron a embarrar a su correligionario Gabriel Hinojosa Rivero, por quien el mismísimo gobernador Melquiades Morales Flores ha dicho que metió las manos para que, en su momento, la administración de Mario Marín no lo perjudicara, pues el primer alcalde poblano emergido de la oposición no entregó cuentas claras hace tres años, al legarle la presidencia municipal al priista.
Ahora ya hay dos asuntos que deben esclarecerse a satisfacción: el estado en que Luis Paredes Moctezuma recibió la administración pública municipal de su predecesor, Mario Marín Torres, y las anomalías que, a decir de Melquiades Morales Flores, el panista Gabriel Hinojosa Rivero heredó a su vez al político oriundo de Santa María Nativitas Cuautempan.

Y entre todo esto algo queda ratificado: los políticos son todos iguales, independientemente de la ideología que presuman o los colores que digan defender. Por algo son vecinos primigenios de Cuitlatlán.