Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 5 de junio de 2002
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Capital

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Los afanes de Ebrard

SI NO puedes, reprime.

LA MAXIMA podría inscribirse en el ideario del jefe de la policía capitalina, Marcelo Ebrard, pero no nada más porque hay mar de fondo.

EL JEFE de la policía, inspiración de Manuel Camacho Solís, decidió hacer lo que siempre pensó, pero nunca dijo Alejandro Gertz Manero, y ahí es donde el Gobierno del Distrito Federal se desdibuja.

NO ES posible entender las intenciones de Ebrard, quien se ha meneado en las entrañas de la política de la capital, cuando supone que es él y nadie más que él quien puede imponer nuevas leyes, por demás inútiles.

AUNQUE SI lo pensamos bien el jefe de la policía, avezado en esto de las grillas, podría buscar en las declaraciones que vierte día con día una buena dosis de publicidad o un engaño monumental hacia la gente.

LAS TENTACIONES del poder en muchas ocasiones pervierten las buenas intenciones y tal vez eso le pase ahora al jefe de la policía, que olvidó su cargo y de pronto saltó a legislador o a procurador o a jefe de Gobierno y propone modificaciones a la ley, cuando su función es prevenir la delincuencia.

PERO ADEMAS la brillante idea del jefe de la policía nos anuncia ya la incapacidad del Estado para recobrar a los ciudadanos que por alguna razón, fuera de las siquiátricas, han delinquido. Se confiesa entonces el gobierno sin posibilidad de reintegrarlos a la sociedad, después de cumplir con la sentencia que les impuso un juez.

PERO ADEMAS, y no es raro, Ebrard contradice la filosofía con la que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pretende hacer gobierno. Por vez primera y abiertamente, y digo que no raro porque Ebrard se montó en uno de los anhelos de la derecha más conservadora del país, que desde hace buen tiempo reclama la muerte o la reclusión perpetua de quienes delinquen, aunque ellos sean la razón, en muchas ocasiones, de la transgresión de la ley.

EL JEFE de Gobierno, por su parte, encara el problema de manera distinta. Para él lo urgente es atacar las razones que impelen a un ciudadano a delinquir. Para el Ejecutivo local lo primero es erradicar la injusticia; para Ebrard la solución es simplemente reprimir.

DE CUALQUIER manera las preguntas son: Ƒpor qué el jefe de la policía se atreve a proponer lo que no está dentro de sus funciones? ƑPor qué si sabe que para sus intenciones confesas debe haber un cambio constitucional, ni siquiera está dentro de las facultades de los legisladores locales?

LA EXPLICACION es fácil de entender: o nos quiere engañar o pretende para sí todos los reflectores con el fin de hacerse notar como candidato prematuro para algún puesto de elección popular, pero cualquiera que sea su razón causa pánico.

ALGUIEN DEBERA darle un pellizco al jefe policiaco para que regrese a la realidad antes de que su sueño se convierta en una pesadilla para la población y los remedios sean demasiado costosos.

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