CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Otra vez el caso Digna

TODO EMPEZO el pasado diciembre en el Cereso de Acapulco, Guerrero. Un recluso de nombre Alfredo García Torres, acusado de haber dado muerte a siete agentes judiciales, señaló a uno de los caciques más importantes de Petatlán, Rogaciano Alva Alvarez, como el autor intelectual de la muerte de Digna Ochoa.

LA NOTA informativa que dio cuenta del asunto fue publicada en este diario el 12 de diciembre de 2001 y motivó, hasta donde se sabe, una nueva investigación por parte de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal.

EL CACIQUE fue citado a declarar y se presentó ante las autoridades diez días después de publicada la acusación en su contra, y en su declaración, como es natural, niega cualquier vinculación con el caso Digna Ochoa, aunque dice haberse enterado del viaje de la luchadora de los derechos humanos a las comunidades por medio de la prensa.

POR SI hubiera alguna duda, el inculpado hace su propio perfil en la declaración que rindió en Petatlán: "He ocupado cargos públicos dentro del municipio, siendo los siguientes: comisario ejidal en tres ocasiones, comisario municipal en una ocasión, presidente de la asociación ganadera local en tres ocasiones, presidente municipal en una ocasión, presidente de la Unión Ganadera del estado en dos ocasiones, y actualmente es presidente del consejo administrativo de Lácteos Costa Grande y presidente del Consejo Estatal Ganadero".

ESTE HOMBRE dice en su declaración que se enteró en los medios de la presencia de Digna Ochoa en los terrenos que domina, donde según la gente del lugar no hay nada que pudiera hacerse o decirse de lo que él no estuviera enterado.

SIN EMBARGO, en ninguno de sus cargos o sus diferentes trabajos parece estar ligado a actividades madereras, aunque es bien sabido que los ganaderos necesitan de mucho terreno para mantener a sus reses y esas tierras sólo se consiguen talando árboles.

LOS DATOS obtenidos por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal parecen no haber conseguido vincular al cacique con la explotación maderera ilegal que se efectúa en el municipio de Petatlán.

POR ELLO, según se ha dicho, la investigación no fue más a fondo, pero sobre todo porque quien hizo la denuncia, un reo, según un informe presentado por el agente del MP Franz W. Borges, "no puede afirmar que (el cacique Rogaciano Alva Alvarez) haya sido", y sólo advierte que no descarta la posibilidad de que el hombre fuerte de Petatlán hubiera mandado asesinar a la abogada Ochoa.

FRENTE A las inconsistencias de la indagatoria de la procuraduría capitalina, parece que cualquier historia podría ser digna de credibilidad, incluso la del cacique Rogaciano, quien de un momento a otro podría ser llamado a declarar una vez más.

TODO PARECE indicar que se está frente a otro lío similar al del muy famoso El Flama, el cocinero de los narcotraficantes Amezcua, quien jugó con las acusaciones a su propia conveniencia y terminó desacreditando las pesquisas de la misma PGJDF en el caso Stanley.

Así pues, hay que tener cuidado.

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