El técnico exigirá más orgullo y entrega
La receta de Guus Hiddink hace soñar a los aficionados de Corea
AFP, DPA Y REUTERS
Busan, 5 de junio. Sólo es cuestión de afinar los ingredientes. He aquí la receta: cinco defensas y un líbero que proteja el área, mientras los delanteros corren detrás del balón. Cuando se hacen de éste, todos suben para ofrecerle más opciones a quien lo tiene en posesión, definen los especialistas el sistema de juego aplicado por el timonel holandés Guus Hiddink para el triunfo 2-0 de Corea sobre Polonia la víspera.
El técnico recordó que cuando los coreanos fueron a solicitarle sus servicios, hace 18 meses, sólo le pidieron que les diera su primer triunfo -no hubo eliminatoria por ser país sede-, pero ahora está sorprendido con lo logrado y exigirá más orgullo y entrega orientales para llegar adonde sea posible.
Guus traza su deseo: "Corea, así como España, pueden ser las revelaciones del campeonato, los dos caballos negros escondidos".
Orgulloso del encabezado de un rotativo que propone "Hiddink para presidente", se sabe provocador de que 500 mil coreanos hayan invadido las calles del país de las grandes maquiladoras y de la ola roja de 55 mil privilegiados que vivieron, en el Busan Asiad Main Stadium, la gloria del primer juego ganado.
Hubo concierto de cláxones, caravanas de autos, saludos entre coreanos y visitantes extranjeros; aquéllos gritaban desenfadados "We are the champions", para cerrar el festejo regalándose dosis de jinron (licor coreano) o cerveza ligera.
El sorpresivo resultado influyó en los momios. Quienes apostaron 10 euros (9.30 dólares) a Corea campeón recibirían 500, de lograrlo. Pero la historia aún no termina. El equipo rojo jugará en los próximos días contra Estados Unidos y Portugal, todos del Grupo D.