Los proyectazos de
Ochoa Pineda
En la Secretaría
de Turismo ya no hallan la forma de disimular la
ineficiencia de muchos de sus funcionarios,
empezando por la del titular de la dependencia,
Alberto Ochoa Pineda. Esto quedó evidenciado
durante la gira que el gobernador Melquiades
Morales hizo por el municipio de Tepeyahualco el
pasado martes.
Ese día, al salir de un desayuno que el
ayuntamiento de aquella localidad le ofreció a
la comitiva del mandatario estatal -acto en el
cual no se faltó a la añeja tradición de
llevar acarreados y lambiscones de sobra-, una
reportera comenzó a interrogar al mentado
secretario sobre los planes gubernamentales para
hacer de Cantona uno de los atractivos
turísticos más importantes de la entidad
El funcionario, visiblemente nervioso, tuvo que
aceptar que, a excepción de la carretera que se
construirá entre Tepeyahualco y Cantona, no
existe un proyecto concreto para impulsar el
desarrollo turístico de la zona, cosa que
resulta bastante extraña pues, como usted
recordará, desde hace varios años en la
dependencia dirigida por Ochoa Pineda se habló
de desarrollar una zona hotelera en cinco
antiguas haciendas del Valle del Salado.
Cuando la periodista le pidió al secretario que
explicara el avance del proyecto y el costo del
mismo, el funcionario sólo respondió que por
ser propiedad de particulares las haciendas, el
gobierno no podía saber si el proyecto hotelero
se hará realidad algún día.
Sin embargo, el burócrata de primer nivel dijo
estar esperanzado en que cuando se termine la
carretera, y el Instituto Nacional de
Antropología e Historia haga más exploraciones
en pos de encontrar vestigios de interés en
Cantona, quizá una gran cantidad de turistas
nacionales y extranjeros llegue al lugar y al
notar esto, probablemente los dueños de las
cinco haciendas piensen en hacer prósperos
negocios convertiéndolas en hostales o
restaurantes que den servicio a los fuereños.
Es decir, traduciendo lo que Ochoa Pineda quiso
dar a entender, el florecimiento turístico de
Cantona dependerá del trabajo de una instancia
federal y de particulares ajenos al negocio de la
hotelería.
Otro de los proyectos que el funcionario planea
para dar lustre a su nombre y el de su jefe
inmediato es el de Piedras Encimadas, en
Zacatlán. Si bien es cierto que ese proyecto
tiene -en apariencia- muchas más bases que el de
Cantona, el día de la presentación del mismo
ante ediles de la Sierra Norte y el propio
gobernador del estado, la apoltronada víctima de
esta columna tuvo que aceptar que aún no se ha
realizado el estudio de costos ni se ha terminado
de diseñar la figura jurídica que regirá al
proyecto.
De todo corazón, los cuitlanautas esperamos que
algún día Alberto Ochoa logre terminar aunque
sea uno, ¡sólo uno!, de los proyectos que ha
tenido a bien anunciar y que a más de la mitad
del sexenio no presentan gran avance.
|
¡Chucho
el veloz!
La ilustración
que hoy adorna este relleno sanitario
periodístico -¡que hiede peor que el de
Chiltepeque!- hace alusión a la insensibilidad
con que el líder de la Sección 23 del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación, Jesús
Huerta Carrera, ha tratado a los miles de
maestros que diariamente tienen que pedir
aventón para ir a trabajar.
|