Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 9 de junio de 2002
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Sociedad y Justicia
Los sindicatos muestran resistencia; no se quitarán cláusulas, sólo se adecuarán: patronos

Preparan dueños de llanteras revisión exhaustiva de contrato ley para salvar la industria del hule

Extranjeros, 66% de los neumáticos que hay en el país y no sirven para la mayoría de las carreteras En 22 meses cerraron tres firmas La regulación, gasto millonario: fabricantes

 FABIOLA MARTINEZ /I

La industria hulera mexicana, en particular la que produce neumáticos, se encuentra en "estado de sobrevivencia" debido a la creciente importación de llantas y el alto costo laboral derivado del contrato ley.

De acuerdo con los empresarios de este sector, dos de cada tres llantas que circulan en México son de origen extranjero, particularmente de países asiáticos y de Estados Unidos, situación que ha causado el cierre de tres empresas (Uniroyal, Goodyear y Euzkadi) en 22 meses, y el despido de por lo menos 6 mil trabajadores de 1994 a la fecha.

Tan sólo el año pasado se permitió la importación de 1.4 millones de llantas para camión y camioneta, que representan 67 por ciento del consumo nacional, al tiempo que ingresaron al país -pagando un arancel mínimo- 4.2 millones de neumáticos para automóvil, cifra equivalente a 60 por ciento del consumo doméstico.

Las tres llanteras que operan en México se encuentran en una severa desventaja respecto de su competencia directa, porque sus principales clientes, incluida la industria automotriz, optan por un neumático barato importado, aun cuando la calidad de este producto no se adecue a las características de las carreteras del país.

Costos de producción y empleo

En México hay 314 mil kilómetros de carreteras, de los que 100 mil (31.8 por ciento) corresponden a autopistas y el resto a caminos deficientes o no aptos para las llantas de origen asiático. Sin embargo, la importación va ganando la batalla a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de otros acuerdos comerciales firmados por el gobierno federal.

Por ejemplo, una llanta para un auto compacto Tsuru, fabricada por Euzkadi, tiene un costo de producción (sin utilidad) de 260 pesos en promedio, mientras que una similar traída de Estados Unidos se vende en un supermercado en 245 pesos. Igual ocurre con las llantas importadas de Corea, Taiwán, India y China, donde se pueden abaratar costos de producción mediante salarios de tres dólares diarios.

En materia de empleo, el cierre de las plantas de Uniroyal (Distrito Federal y Querétaro), Goodyear (Tultitlán, estado de México) y Euzkadi (El Salto, Jalisco) causó la pérdida de unas 3 mil 700 plazas de base, equivalentes a más de la totalidad de la planta actual (3 mil 186 empleos) en las empresas que subsisten, a saber: Tornel, de capital cien por ciento mexicano, con mil 786 sindicalizados; Firestone, de origen japonés, con 720 empleados, y General Tire, subsidiaria de la alemana Continental, con una plantilla de 680 obreros.

Información de la industria hulera precisa que existen alrededor de mil empresas, principalmente micro, pequeñas y medianas, dedicadas a la manufactura del hule en cualquiera de sus formas y en conjunto agrupan a 50 mil trabajadores. Sin embargo, sólo negocian con base en las prerrogativas del contrato ley unas 38 empresas.

En el caso particular de las llanteras, la plantilla de este sector -antes del Tratado de Libre Comercio- era de 9 mil empleados, incluido personal de confianza, con prestaciones superiores a lo que marca la Ley Federal del Trabajo, pero en los pasados ocho años la planta laboral ha disminuido más de 60 por ciento.

En opinión de los empresarios, al ingreso masivo de llantas al país, incluso su comercialización en el mercado negro, se agrega el problema de la "carga excesiva" del costo del contrato ley.

Ese documento tiene poco más de 70 años de existencia y fue firmado como alternativa para igualar los beneficios y prestaciones para todos los obreros de cierta rama industrial.

Sin embargo, hoy más que nunca el contrato ley de la industria hulera es impugnado por los dueños de las llanteras, al señalarlo directamente como culpable de elevar los costos de producción y, en particular, de ser un elemento que impide el desarrollo de las empresas y su competencia con el exterior.

Jorge de Regil, representante de la coalición patronal de la industria hulera, señaló que en la próxima revisión de este documento, que debe comenzar en octubre próximo, "se buscará por todos los medios la modernización" del mismo y se hará "un exhaustivo análisis de su aplicación en cada fábrica" de manufactura del hule. "El contrato ley no le sirve a la economía del país", aseguró.

Por su parte, Oscar Romero, gerente de relaciones industriales de Tornel, afirmó que el contrato "es una carga para una industria llantera que está en agonía y que sobrevive a diario ante la competencia desleal".

Ante la resistencia de los sindicatos de aceptar mutilaciones al contrato, los industriales afirman que no se eliminarán beneficios ni se quitará "de un plumazo" cláusula alguna, pero sí se "adecuará" a las necesidades de cada planta, en especial para modificar la jornada laboral, rolar turnos y trabajar los domingos y días festivos, de acuerdo con las necesidades de producción.

El contrato ley incluye beneficios como aguinaldo de 44 días, prima vacacional de 31 días, 13 por ciento de fondo de ahorro, semana laboral de 40 horas con pago de 56, derecho escalafonario, vales de despensa, recursos para el sindicato y 2 por ciento de fondo de previsión social, que, en opinión de los dueños de llanteras, significa una erogación millonaria que no se compensa con la productividad de los obreros.

La producción diaria de las llanteras que sobreviven es de 12 mil llantas en promedio y el salario diario base es de 429 pesos al día, aunque con las prestaciones y la especialidad de cada obrero, la remuneración puede elevarse hasta mil 374 pesos.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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