Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 17 de junio de 2002
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Cultura
El Museo de San Carlos albergará 73 trabajos del artista parisiense

Por primera vez en México se  exhibirá escultura de Degás

Entre las piezas mostrada, Bailarina de catorce años (1881), la única que expuso en vida

MERRY MAC MASTERS

Una faceta destacada de la producción artística del pintor francés Edgar Degás (1834-1917) es la escultura. Pero para hablar de la obra tridimensional del parisiense primero hay que referirse a su pintura.

El 20 de junio el Museo Nacional de San Carlos inaugurará una exposición de 73 esculturas del creador galo. Se trata de una colección perteneciente al Museo de Sao Paulo, Brasil, que sale de su recinto por vez primera para una itinerancia internacional que se inicia en México.

Pocos artistas, se ha dicho, muestran las contradiciones de su tiempo de la misma manera que Degás. Si por un lado participó en las exposiciones impresionistas, por el otro criticó los principios básicos de ese movimiento. Aunque se haya inspirado en los maestros del pasado, sus escenas rebosan modernidad. Defendía la línea sobre el color, pero se destaparía como uno de los mejores coloristas del momento en algunas obras. Odiaba los honores oficiales y quería triunfar en el Salón.

Hilaire Germaine Edgar Degás fue primogénito de un banquero que quería que su hijo estudiara derecho, aunque éste demostró tener dotes como dibujante. Durante un corto tiempo el joven accedió a los deseos paternos, matriculándose en la Sorbonne, pero pronto se cansó, abandonó el hogar familiar y se instaló en un estudio. Ante las circunstancias, su padre, un amante de la buena música y las pinturas del Quattrocento, recapacitó y decidió financiar el aprendizaje artístico de su hijo.

Así fue como en 1854 Degás ingresó al taller de Louis Lamothe, pintor de temas históricos y discípulo de Jean-Auguste Ingres. Al año siguiente se matriculó en la Escuela de Bellas Artes. Entre 1856 y 1859, viajó por toda Italia, copiando las pinturas de los grandes maestros del renacimiento y las esculturas clásicas que afloraban a la superficie gracias a las excavaciones arqueológicas.

De regreso a París, en 1862 Degás realizó su primera escena en la que se refleja la vida moderna. Se trata de Antes de la salida, cuya temática es el hipódromo y las carreras de caballos. Figura clave del círuclo impresionista, Degás organizó y participó en seis de las ocho exposiciones colectivas. Los impresionistas expresaron admiración por los grabados japoneses que cuestionaban por qué una pintura siempre debería de mostrar la totalidad o la parte relevante de cada figura en una escena. Para el historiador inglés E.H. Gombrich, el pintor que más se impresionó con esas posibilidades fue Degás.

Gombrich escribe: "En sus retratos (Degás) quiso dar la impresión de espacio y de formas sólidas vistas desde los ángulos más inesperados. Por eso le gustaba tomar sus temas del ballet, en vez de escenas al aire libre. Al ver los ensayos, Degás tenía la oportunidad de mirar los cuerpos desde todos los lados, en las actitudes más variadas. Al mirar el escenario desde arriba, vería a las chicas bailar, o descansar, y estudiaría el intricado escorzo y el efecto de la iluminación en el modelado de la forma humana.

"En las pinturas de Degás no hay ninguna historia. No le interesaban las balerinas porque eran chicas bonitas. Ni pareció importarle sus estados de ánimo. Las miraba con la objetividad despasionada con que los impresionistas miraban el paisaje a su alrededor". Sus primeras pinturas de bailarinas se remontan a 1873. A partir de entonces tantas éstas, como trabajadoras, bañistas desnudos y artistas de cabaret se volvieron su temática principal.

En lo técnico, Degás fue un gran experimentador e inovador. Además, demostró dones creativos en una gran variedad de media incluida la pintura, el grabado, el pastel, la escultura en cera y bronce, y la fotografía. Su Bailarina de catorce años (1881), que impactó por los materiales utilizados y el juego que hacía de las dimensiones, fue la única escultura que exhibió en vida. Las demás, realizadas en terracota y cera, fueron encontradas en su estudio después de fallecer, cuando fueron fundidas en bronce. De hecho, sólo existen cuatro juegos de sus esculturas en todo el mundo. 

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