martes 18 de junio de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Editorial

Se avizora una mayor crisis en el agro

El próximo año habrá una apertura total a los productos agropecuarios provenientes de Estados Unidos y Canadá, tal como lo estipula el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLC). Con ello, podrán ser importadas mercancías del campo que en precios son muy inferiores a las que genera el agro mexicano, como resultado de los subsidios agrícolas que se otorga, principalmente, a los productores de la Unión Americana.
Si actualmente el campo enfrenta una crisis aguda y difícil de solucionar, con la entrada en vigor del TLC en el área agropecuaria la situación se volverá insostenible, ya que representará la quiebra total de la mayoría de las actividades agrícolas del país que en costos no pueden competir con los socios comerciales de México.
En los últimos años, las sequías, los desastres provocados por inundaciones y la erosión de la tierra, aunados a problemas de comercialización, de descapitalización y falta de tecnología, han agravado la situación del agro. Los campesinos no han contado con un apoyo decidido del gobierno para enfrentar esta crisis, ya que los programas destinados para mejorar la producción son solamente paliativos y parecen estar diseñados para lograr que los labriegos respalden a grupos políticos durante procesos electorales.
Esta situación demanda del gobierno federal y el Congreso de la Unión una redifinición de las políticas agropecuarias para buscar mecanismos urgentes que reactiven al agro, e intentar una revisión del TLC para frenar los efectos nocivos de este tratado comercial; mientras que a nivel estatal es necesario diseñar proyectos alternativos de trabajo para los campesinos que enfrenten el desplome del precio de sus productos.