Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 21 de junio de 2002
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Política

Comentan la declaración del secretario de Hacienda

El que hambre tiene en porno piensa, coinciden intelectuales

El que hambre tiene en porno piensa, bien podría ser el resumen jocoso de la reacción de la comunidad intelectual a las declaraciones del titular de Hacienda, Francisco Gil, sobre la lectura en México. De manera lamentable, lo dicho por el político tiene en realidad poco de hilarante, como se desprende de la percepción de personalidades de la cultura que ofrecen aquí su punto de vista. Tal como lo consigna la nota, a la pregunta de la senadora priísta Laura Alicia Garza sobre el paradero de la cultura, Gil Díaz respondió contundente: ''A excepción de las revistas pornográficas que son las que más circulan, en México casi no se lee''. La sintaxis y la gramática de la declaración no se pusieron a prueba, sino su intencionalidad. Este es el resultado.

Carlos Montemayor. Lo grave de estas declaraciones es que revelan que el Presidente de la República, el secretario de Hacienda, el del Trabajo y el de Educación viven en países diferentes. Unos creen que es posible crear un país de lectores y otros saben que no hay lectores en el país y que por tanto es ilusorio pensar en un proyecto así. La explicación de por qué cada uno vive en diferentes países quizá es compleja. Tal vez se trata de una incapacidad congénita para enfrentar la realidad social. Tal vez se trate de una incapacidad cerebral para afrontar los retos de una lectura de libros más allá del nivel elemental que supone la excitación adolescente ante una revista pornográfica. Tal vez se trate de la seguridad personal que da el no haber leído un solo libro completo a todo lo largo de su vida. En todo caso, es trágico que estos dislates se den tan contradictoriamente en un gabinetazo que prometía el gran cambio de México y que está demostrando solamente la capacidad del gran hundimiento cerebral, social y político de México. Quizás el secretario de Hacienda puede entender más a fondo la utilidad de los criterios pornográficos aplicables en la corrupción de las aduanas que dependen de él; en la corrupción de la banca que depende de él; en la corrupción de los grandes deudores fiscales que son exonerados por él, y en las demás tareas de entrega del país a intereses que no tienen nada que ver con los mexicanos que no saben leer las revistas en que logra ponerse al día en los temas de la economía mundial.

Margo Glantz. La que me parece pornográfica es su declaración. No es posible que una persona que está al frente de una secretaría tan importante para el país se niegue a reconocer que México es un país donde la cultura es uno de los elementos sociales distintivos e importantes. Con su declaración refleja que no tiene ni idea de lo que es la cultura. Sería muy importante que el secretario de Hacienda definiera de manera clara cuáles van a ser las reglas con las que se va a enfrentar a la cultura, desde el punto de vista impositivo en lo que se refiere a la industria editorial, a los autores y al patrimonio cultural. Qué va a pasar, por ejemplo, con el patrimonio cultural que tiene Banamex, Ƒpor qué (a ese banco) no le piden impuestos y sí se los exigen a los escritores y a las editoriales?

Elena Poniatowska. Seguramente el que no lee ha de ser el secretario de Hacienda. En la UNAM se lee. Yo vivo cerca de tres librerías y casi siempre están llenas. Lo que pasa es que no hay que gravar los libros y la cultura para que la lectura prospere aún más. Creo que lo mejor que México le puede ofrecer al mundo es su cultura, y si el país no tiene esa oportunidad y esa posibilidad, se afixia. No sé dónde vamos a quedar. Vamos a ser ''los condenados de la tierra''. Me parece que nunca la cultura había sido tan atacada en la forma en que lo está siendo ahora con la actual administración.

Carlos Monsiváis. A excepción del presidente Fox, casi nadie lee en los medios panistas. Si no es así, en todo caso los panistas deberían aclarar. El desdén, la arrogancia y la falta absoluta de preocupación por lo que es una república caracterizan la declaración de Gil Díaz. Y lo que es peor, caracterizan la política fiscal del gobierno de Vicente Fox en todo lo tocante a cultura y vida editorial. No es de extrañarse si se recuerda que el propio don Vicente alguna vez, ante intelectuales, confesó que él se había formado leyendo las nubes. No es de extrañarse oyendo y leyendo las declaraciones de los políticos panistas, y para el caso, de cualquier otro partido. ƑQué quiso decir el señor Gil, aparte de exhibir su menosprecio? Quiso decir su confianza en que nada se pierde donde nada se lee. Quiso decir que generaliza su propia experiencia de lector, de lector nonato. Quiso decir que está convencido que nada puede pasar en un mundo donde, si alguien lee, eso no se manifiesta ni en las votaciones ni en la comprensión política del país. Es muy triste a estas alturas ver que a la incomprensión absoluta agregan el choteo. Para información del señor Gil, lo que más se lee no son las historietas semiporno. Lo que más se lee, sin necesidad de palabras, es el culto a la ignorancia de un gobierno que llegó a horcajadas del cambio. No tiene sentido que el señor Gil entable un pleito con el sector intelectual, porque lo importante ahora no es la exhibición de sus prejuicios sino la discusión dentro de la Cámara de Diputados. Si los legisladores ratifican el proyecto exterminador de la lectura del señor Gil, les quedará por lo menos el consuelo de hojear el material pornográfico que el secretario de Hacienda salva, despreciativo, de su hoguera fiscal.

Bárbara Jacobs: Ese dato de Gil seguramente es cierto, pero precisamente por eso el gobierno no debe ensañarse con los libros, que no son porno ni basura. Debería encontrarse la forma de gravar estas publicaciones y de favorecer a las que no lo son.

Jesusa Rodríguez: Podríamos recomendarle a Gil Díaz una nueva publicación pornográfica de todo el gabinete foxista, para ver si así funciona. Propongo que en lugar de ejercer el presupuesto publiquen revistas pornográficas del gabinete, que es lo único, por lo que se ve, que él conoce. Por supuesto quiero agradecerle la aclaración, porque eso demuestra lo que es vox populi: estamos gobernados por analfabetas. Es bueno saberlo ya de una fuente directa. Y también deseo proponer un concurso abierto a la nación para ver quién produce la mejor máquina cuentachiles, que en estos momentos le hace mucha falta a Hacienda. Que meta, como lo hizo en su momento Pedro Aspe, unas máquinas de impuestos, que hizo gastar al país millones de pesos y después nadie las usó y no sirvieron para nada; él (Gil Díaz) podría revertir esa historia y volverse un héroe metiendo esas máquinas cuentachiles en todas las empresas mexicanas, sería una revolución mundial.

Gerardo de la Torre: En México se lee poco, pero Pancho Gil tiene una idea muy equivocada del tema seguramente porque sólo lee revistas de ese tipo. Puedo asegurar que muchos estudiantes leen a grandes autores, mexicanos y extranjeros. Lamento mucho que Gil lea sólo revistas porno. ƑCómo va a incrementar la cultura en el país si parte de un supuesto así? Estoy seguro de que en el gabinete son muy frecuentes las revistas pornográficas y, desde luego, preferiría que el país tuviera mejor suerte con sus gobernantes. Lástima que los intelectuales no tengamos poder para echar a estos canallas desvergonzados, que lo único que saben hacer es aumentar impuestos o vender empresas estatales estratégicas.

Rafael Ramírez Heredia: De alguna manera este hombre por primera vez en su vida está diciendo algo de verdad, sólo que lo hace mal: precisamente toda la batalla que damos en diferentes partes para la mejoría de autores y editoriales tiende a llevar el libro a un mayor número de lectores. Pero con la premisa de Gil y los movimientos que realizan Hacienda y los legisladores, en el país no se va a leer jamás. Lo que deben tomar en cuenta los legisladores y el Poder Ejecutivo es que un país que no lee está sujeto a la manipulación, algo que es peligroso no sólo para la ciudadanía, sino para el gobierno mismo.

Raquel Tibol: Creo que la batalla en contra del libro ha sido bastante irracional, porque no sólo las revistas pornográficas, todos los libros de guía de conducta, que indican triunfalismo, líneas de conducta, los libros religiosos, de sectas, todo eso tiene altas ventas. De modo que no se puede llamar cultura todo lo que está en los libros. No se puede llamar cultura todo lo que está en revistas. CARLOS PAUL ESPINOZA, ARTURO GARCIA HERNANDEZ, CESAR GÜEMES, ARTURO JIMENEZ Y MERRY MAC MASTERS

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