Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 21 de junio de 2002
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No ha habido paro en España; sólo 17 por ciento lo acató, asegura José María Aznar

Exito democrático con 84% de apoyo, la huelga general, afirman sindicatos

Acusa máximo líder socialista al gobierno de "desinformar de manera evidente" a la ciudadanía

Califica el PSOE al vocero gubernamental como "mentiroso oficial del reino"; le pide decencia

ARMANDO G. TEJEDA ENVIADO

Sevilla, 20 de junio. La huelga general convocada para hoy en España fue apoyada por "84 por ciento de los trabajadores, por tanto ha sido un éxito democrático", proclamaron Comisiones Obreras (CO) y Unión General de Trabajadores (UGT).

Pero para el presidente del go-bierno, el conservador José María Aznar, "no ha habido huelga", ya que el seguimiento "ha sido escaso, de sólo 17 por ciento".

El líder del opositor Partido So-cialista Obrero Español (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero, acusó al gobierno de "desinformar de manera evidente a la ciudadanía" sobre la incidencia de la protesta, por lo que exigió su rectificación pública y el retiro inmediato del decretazo, ya que la actitud del Ejecutivo supone "un escasísimo respeto a lo que es la veracidad, a lo que es la información y a lo que los ciudadanos sin duda alguna están viendo en la calle".

Durante la jornada se registraron algunos incidentes violentos, los más graves en Barcelona; fueron detenidas al menos 70 personas.

La primera huelga nacional que convocan las organizaciones sindicales en los seis años de gobierno de Aznar se convirtió en una guerra de cifras que provocó confusión e indignación entre trabajadores y oposición, que vieron có-mo se decretaba desde el gobierno la inexistencia de una manifestación global contra las reformas al desempleo que reducen la ayuda que perciben personas en paro.

Si para los sindicatos el día de hoy fue una "fecha histórica" en la lucha de los trabajadores españoles por la defensa de sus derechos sociales, para el gobierno pese al paro el aparato productivo funcionó con "relativa normalidad", por tanto la huelga "no existió".

Guerra de cifras

Una vez comparados los datos de diversas organizaciones se puede señalar que el paro respetó los servicios mínimos fijados por Ma-drid, pero también que se paralizó la producción de sectores estratégicos como el de la construcción, las grandes empresas industriales, aeropuertos, transporte público, mercados mayoristas, gas, puertos y la educación.

Además, la mayoría de los diarios de circulación nacional o no salieron o bien su edición fue de apenas unas ocho planas.

En Sevilla, la ciudad que acogerá a partir de este viernes la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea, la última que presidirá Aznar como su presidente de turno, quedó totalmente paralizada, aunque abrieron algunos pequeños comercios, co-mo cafés y tiendas para turistas.

Cándido Méndez y José María Fidalgo, dirigentes de UGT y CO, dieron una rueda de prensa en Sevilla en la que estuvieron acompañados por una delegación de di-rigentes sindicales europeos, me-xicanos y argentinos.

Los líderes sindicales se dijeron perplejos por las cifras que difundía el gobierno y ante una serie de hechos que despertaron sospechas de los movimientos sindicales.

El más grave de ellos, según los dirigentes obreros, fue la suspensión súbita, a dos horas de iniciada la protesta, del servicio por In-ternet que muestra el consumo de energía eléctrica en tiempo real, un dato clave para conocer la verdadera incidencia de la huelga.

El caso fue que a las dos de la madrugada se retiró de la red el citado servicio y unas horas más tarde el ministro del Interior, Ma-riano Rajoy, informó que el consumo eléctrico se había reducido sólo 20.4 por ciento, es decir que fue de la mitad que en la última huelga general, en 1994.

Méndez afirmó que "ha sido un paro laboral máximo, en el que ha participado 84 por ciento de los trabajadores de nuestro país, por tanto haga lo que haga el gobierno la huelga general del 20 de junio es un éxito, sobre todo porque ha sido un acto de afirmación de un derecho democrático fundamental, que es el ejercicio de la huelga, que ha sido secundada de ma-nera masiva y pacífica".

Reiteró que la protesta es en defensa del derecho a la protección por desempleo y a un juicio laboral justo en caso de despido improcedente, "en tanto que son estos los derechos que Aznar ha eliminado a través del decretazo".

El líder de UGT añadió: "Que no piensen que hoy es el punto y final de nada. Esperamos que el señor Aznar no se ciegue con su arrogancia y prepotencia ni se equivoque con su autopropaganda, y que reconozca que ésta es una advertencia seria que debe aceptar con buen talante y cambiar el rumbo. Porque al final el señor Aznar pasará, mientras que los sindicatos españoles seguirán siendo un elemento determinante de la vida de este país".

Movilización invisible

Fidalgo señaló que el gobierno nacional "nos ha querido borrar del mapa, diciendo que no existimos, parece que somos invisibles para este señor", pero tiene que saber que "España no va bien y usted va por muy mal camino con su gobierno antisocial".

En cuanto a una futura convocatoria para recomponer la mesa de diálogo entre gobierno y sindicatos, el dirigente de CO dijo que su central acudirá, "pero para solicitarle que articule la medida institucional que considere oportuna y permita la derogación del decretazo, lo que significa restituir a los trabajadores el derecho a la protección por desempleo, garantías para un juicio laboral justo en ca-so de despido improcedente y que restituya el subsidio agrario."

Mientras, el vocero del gobierno, Pío Cabanillas, sostuvo que la jornada ha sido de total "tranquilidad y se ha caracterizado por el deseo de trabajar, hasta el punto de que no ha habido huelga".

A su vez Rajoy sostuvo que "la huelga no ha sido general, sino muy parcial", ya que los "grandes servicios públicos, la mayoría de los medios de comunicación, el gas, la energía, los transportes, aeropuertos y hotelería han prestado servicio con cierta normalidad". Añadió que el gobierno tiene "la mano tendida a los sindicatos", pero también "tiene el respaldo de las urnas y compromisos electorales que cumplir".

El vicepresidente segundo del gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, señaló que la huelga ha sido "muy menguada, lo que significa el mayor fracaso político del Partido Socialista Obrero Español en los pasados 20 años".

Y Aznar se limitó a señalar que la huelga general había sido "un rotundo fracaso", e incluso redujo la cifra inicial del gobierno de seguimiento del paro, al sostener que fue "ligeramente superior" a 16 por ciento.

El vocero del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, calificó a Cabanillas de "mentiroso del reino. El vocero del gobierno ha dicho que en España no hay huelga. Le pido decencia democrática. Que deje su coche oficial y vaya a la Puerta del Sol para explicar a los españoles lo que está ocurriendo", manifestó el diputado socialista.

Según un recuento por comunidades dado al Ejecutivo, las zonas en las que se registró el menor seguimiento a la huelga son Ceuta, con 3.2 por ciento, seguida de Murcia con 6.5 por ciento y Cantabria con 8.9 por ciento.

Las comunidades en que hubo mayor seguimiento son Andalucía con 35 por ciento; Asturias, con 30 por ciento, y el País Vasco, con 25.8 por ciento. Mientras que en las administraciones públicas el seguimiento fue de entre 13 y 14 por ciento, y en el sector financiero fue de entre 5 y 10 por ciento. En las grandes empresas hubo una adhesión de 8 por ciento.

Estas cifras, según los sindicatos, superan en todos los casos 85 por ciento de seguimiento a la huelga general.

El líder de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, consideró que esta "desinformación" creada por el gobierno español "nos remite a épocas que creíamos olvidadas", en alusión a los años de dictadura de Francisco Franco, ya que a su juicio la administración "está intentando confundir la normalidad y organización con la que se secunda la huelga con una escasa incidencia, que no es tal".

Los sindicatos españoles contaron para esta jornada con el apoyo de diversas organizaciones internacionales, entre ellas la Confederación Europea de Sindicatos, cuyo secretario general, Emilio Gabaglio, advirtió que "Aznar hace unos días dijo en Alemania que soplan vientos nuevos en Europa, referiéndose claramente a la llegada al poder en muchos países europeos de gobiernos neoliberales, conservadores y de derecha.

"Pero se equivoca; esos vientos y esas ideas son viejas, y nosotros vamos a vigilar con mucha atención lo que pase en la cumbre de Sevilla, y si hay un cambio de rumbo y se adoptan decisiones autoritarias y antisociales, entonces la respuesta coral del movimiento sindical europeo será imprescindible. Llamaremos a una jornada de lucha en la que cada país hará lo máximo para sumarse a esta acción dentro de las limitaciones legales que existen, porque hay que saber que no en todos los países la legislación permite la huelga general."

En cuanto a los incidentes, el Ministerio del Interior cifró en más de mil las acciones perpetrados por piquetes sindicales, a los que acusó de coaccionar a los trabajadores para secundar la huelga general.

Sin embargo, los hechos más graves ocurrieron en Barcelona, donde después de una multitudinaria manifestación, un reducido grupo de jóvenes radicales arremetió contra la dirección del gobierno autonómico.

En total hubo 70 detenciones hasta el cierre de esta edición. Además, la UGT denunció el bloqueo de sus instalaciones en Madrid, donde un dispositivo policial impidió el acceso y la salida del inmueble. Por último, un inspector de la policía nacional murió después de sufrir un paro cardiaco mientras dirigía una acción contra los huelguistas.


"Franco ha vuelto", gritaban entre pancartas y banderas en las principales ciudades

Cientos de miles salen a las calles en repudio a las reformas laborales de Aznar en España

Trabajadores proclaman su solidaridad con los 500 inmigrantes atrincherados en Sevilla

ARMANDO G. TEJEDA ENVIADO

Sevilla, 20 de junio. Cientos de miles de personas reiteraron hoy su rechazo a las reformas laborales emprendidas por el gobierno español en las calles de las principales ciudades del país. Las mayores movilizaciones ocurrieron en Barcelona y esta ciudad, donde se manifestaron 500 mil y 100 mil trabajadores, respectivamente. El gobierno de José María Aznar aplicó el mismo criterio estadístico que en los datos del paro nacional y redujo las marchas a menos de 50 mil personas.

Posiblemente el caso que mejor demuestra la guerra de cifras que se vivió en este paro nacional sea la masiva protesta en Barcelona, de la que se dieron al menos tres estimaciones del número de asistentes: para los sindicatos la marcha superó las 500 mil personas, según la Guardia Urbana (adscrita al gobierno autónomico catalán) hubo más de 400 mil, mientras que el gobierno español afirmó que no hubo más de 15 mil personas.

La manifestación de Sevilla fue un caso similar: más de 100 mil personas, según Comisiones Obreras (CO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), y menos de 9 mil para la administración pública. Las cifras difundidas por el gobierno resultan, en el mejor de los casos, difíciles de creer, ya que sólo en Sevilla una avenida de tres kilómetros se atiborró durante dos horas de sindicalistas y huelguistas cuyo número, con toda probabilidad, era de decenas de miles.

La protesta de Sevilla, secundada por una decena de organizaciones sindicales europeas y latinoamericanas, fue el primer aviso que quisieron lanzar las organizaciones de cara a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) de Sevilla, la última de Aznar en calidad de presidente de la UE y en la que se acordará la nueva política migratoria de la región y se ahondará en las reformas laborales.

Encabezaron la marcha de Sevilla el líder de la UGT, Cándido Méndez, y José María Fidalgo, de CO, que en ese momento ya conocían las cifras difundidas por el gobierno de Aznar, que consideró "inexistente" la huelga.

Pero los miles de manifestantes, rodeados de un hermético dispositivo policial, convirtieron la protesta en un acto reivindicativo de al menos tres derechos que consideran suprimidos por las medidas reformistas de Aznar: el de la protección al desempleo, la garantía de un juicio justo por despido improcedente y la eliminación del subsidio agrario, que afecta a miles de familias de los campos del sur del país.

Con pancartas, banderas y tambores, los trabajadores repetían sin cesar sus consignas, entre las cuales hubo al menos dos que se repitieron con insistencia: "Aznar, cabrón, trabaja de peón" y "Españoles, Franco ha vuelto".

Una vez que la inmensa columna llegó a la Plaza de España de la capital andaluza, los dirigentes obreros se dirigieron a sus correligionarios, a quienes les advirtieron que vista la postura del gobierno, "vosotros no existís, pero nosotros estamos aquí y esta huelga general es para decirle al gobierno que nosotros, que nos organizamos hace más de 100 años, queremos trabajar mejor".

Los manifestantes proclamaron su solidaridad con los más de 500 migrantes norafricanos que realizan un encierro en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, donde mañana comenzarán una huelga de hambre para protestar porque el gobierno quiere expulsarlos del país en acatamiento a la Ley de Extranjería.

Los trabajadores reclamaron el cumplimiento de los derechos humanos de los que "tanto hablan" los mandatarios europeos, y advirtieron que si no se escuchan sus reivindicaciones esta movilización será el principio de una larga lucha contra los criterios neoliberales emprendidos por la UE.

En Barcelona ocurrió sin duda la mayor movilización social de la jornada, en la que también se gritaron consignas contra Aznar y sus reformas, y contra "la Europa del capital y la guerra". Al final de la concentración, un grupo de jóvenes radicales rompió varios escaparates y se enfrentó a las fuerzas antidisturbios.

En Madrid los sindicatos movilizaron a más de 100 mil personas, en Galicia a más de 50 mil, en Valencia a más de 40 mil, en Granada y Málaga más de 30 mil, en Oviedo y en Bilbao cerca de 10 mil en cada localidad, y en Extremadura se movilizaron más de 30 mil personas. Sin embargo, para el gobierno estas manifestaciones de protesta lograron reunir, a los sumo, a 50 mil personas, un dato que refleja con nitidez que la huelga general se convirtió para el gobierno en una guerra de cifras.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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