Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 22 de junio de 2002
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Política

Llaman a impedir que la censura y el control se conviertan en política de Estado

Irresponsables afirmaciones de Gil Díaz; denotan su ignorancia de lo que es cultura: intelectuales

ANASELLA ACOSTA Y CARLOS PAUL

Hay que frenar a Francisco Gil Díaz antes de que acabe con lo que queda del país; sus declaraciones de que "a excepción de las revistas pornográficas, que son las que más circulan, en México casi no se lee" son extraordinariamente irresponsables; estamos perdidos con este secretario de Hacienda; en el fondo, existe en el gabinete una misma mentalidad de censura y de control que no podemos permitir que se convierta en una política de Estado. Reacciones de este tenor provocaron las palabras del funcionario entre la comunidad intelectual, vertidas todavía con estupor y por encima de la cortina de humo que intentó tenderle Diego Fernández de Cevallos ("los intelectuales a veces no tienen un modo honesto de vivir"). Estos son los testimonios:

José Emilio Pacheco: Hay que frenar a Francisco Gil Díaz antes de que acabe con todo. Nunca ha habido un secretario de Hacienda tan ignorante y tan irresponsable. Declara que México va hacia el abismo argentino y al día siguiente el peso está en 10.07 por dólar. Es el peor enemigo de Vicente Fox y ha hecho lo imposible por presentarlo y hacerlo pasar a la historia como el exterminador de la cultura en México.

Decir que aquí sólo se lee pornografía es una demostración de ignorancia sin límite. Gil Díaz no sabe nada de lo que se ha escrito y publicado en México. Cuando vemos las devastaciones que nos causa la falta de lectura (de la feroz ignorancia del idioma que padecen nuestros gobernantes, al nivel intelectual de Big Brother) Gil Díaz asesta golpes mortales a la industria editorial y al pensamiento y la expresión literaria mexicanas.

Hace 30 años México era para el resto de Hispanoamérica el país de Alfonso Reyes y José Vasconcelos. Hoy nos consideran el país de los narcos y los ladrones. Estremece pensar adónde llegaremos si no se frena la carrera destructiva de Gil Díaz. No es posible que toleremos sus atentados contra el presente y el futuro de México y contra nuestra propia dignidad ciudadana. Si de aquí al lunes no ha renunciado o no lo han corrido, habrá que encadenarse frente a Hacienda para impedir que él siga destrozando lo que queda de México.

José Agustín: Las declaraciones del secretario de Hacienda son extraordinariamente irresponsables. Denotan una enorme falta de sensibilidad e información. No se puede decir que en México se leen buenos libros en la proporción que quisiéramos, pues se leen todo tipo de cosas, desde comics y fotonovelas hasta los libros de superación personal que lee el gabinete de Fox.

La política editorial por parte de este gobierno ha sido la más insensible y terrible para el desarrollo de la cultura que se haya dado en la historia del país. Jamás se había visto a personas tan desinteresadas por el desarrollo de la verdadera lectura, no de la pornografía, que seguro es la que lee Gil Díaz, pues es lo único que se le ocurre mencionar. Yo viajo por toda la República y presencio gran hambre de literatura. En todo el país hay una necesidad muy grande de desarrollo cultural que este gobierno está negando y obstaculizando de una forma tremenda.

Nunca se habían dado golpes tan severos contra las posibilidades de la lectura y al mismo tiempo el Presidente se permite lanzar programas de aliento a la lectura; es la esquizofrenia absoluta del régimen. Hay una disociación absoluta entre el país y el gobierno. Mientras en el primero hay un grado de desarrollo y conciencia muy grandes -como lo demostraron las elecciones de 2000 en busca de un cambio-, el gobierno ha provocado una enorme desilusión debido a su inexperiencia, torpeza y falta de cultura, no nada más política sino cultura en general.

Hay muy pocas personas en el gobierno -todavía no detecto quiénes- que sepan lo que es la cultura y aprecien su función. Lo que hay son vendedores de botas, de Coca-Cola y de todo tipo de mercadotecnia política; no tienen ninguna sofisticación para poder ver la complejidad social que está ligada de manera estrecha a la cultura. Todas esas medidas que el gobierno está realizando se van a revertir en su contra por su ignorancia respecto a lo que significa la cultura.

Víctor Hugo Rascón Banda: Me parece que es un imbécil, que por fin ha revelado su verdadero rostro. Ahora entendemos por qué gravó los derechos de autor y retiró las exenciones fiscales a los editores y a los libros, porque si su mente sucia considera que es pornografía lo que leen los mexicanos, pues entonces en su juicio de valores está haciendo lo correcto porque está evitando que el país entero se contamine y peque leyendo pornografía. Creo que Gil Díaz está enfocando de una forma miope su razonamiento, porque está sólo mirando los kioscos de los periódicos y no las bibliotecas, librerías ni las aulas escolares. Considero que no existen libros pornográficos en este país, lo más que existe en esos tirajes, a los que se refiere el secretario de Hacienda, son revistas ingenuas con desnudos que muestran la naturaleza humana, y las revistas supuestamente "eróticas" tienen tirajes mínimos y se venden en bolsas de plástico cerradas para que los niños no acudan a ellas. Creo que todo lo que se vende en los puestos de periódicos es cultura popular y es el primer paso para que de ahí pasen a leer libros. El señor cree que lo único que hay en el país son revistas como Tv Novelas, Lágrimas y Risas, el Libro Vaquero, el Libro Policiaco, la Novela Semanal, y cree que sólo eso lee el mexicano. No puede el señor aplicar una línea personal a una política de Estado. Su moral y sus juicios personales respecto al valor o no de esas publicaciones que se expenden en los puestos de periódicos, debe evitar trasladarlos a una política de Estado y llevarse entre las patas a los escritores y a los editores, quienes hacen otra literatura que merece tanto respeto como la popular.

Me indigna, pero cuando menos entiendo, ahora sí, por qué su patología, su odio a todo lo que sea escritor, libro, literatura y cultura nacional, porque si para él esa es la cultura nacional, solamente, pues es un hombre equivocado con una mente perversa, cochina y obscena. Creo que sólo una mente así es la que ha podido crear estos gravámenes este año y amenazarnos con ellos. Creo que es torpe el razonamiento de que por perseguir los tirajes millonarios de literatura popular, a la que él llama pornográfica, esté llevándose entre las patas a la poesía, la literatura, la novela, el ensayo y hasta el libro de texto gratuito y a los educativos en las universidades, sólo porque él considera que hay evasores fiscales que producen una literatura que él no considera decente. Estamos perdidos con este secretario de Hacienda, pero qué bueno que ya develó y reveló su verdadera imagen.

Hugo Argüelles: Para hablar de la cultura también se tiene que ser culto. A las personas se les conoce por sus obras. Un médico para hablar de cualquiera de las enfermedades que aquejan al ser humano, tiene que tener conocimiento de ellas. Igual cualquier especialista en su rama. Y la cultura es una especialidad. Es obvio que (Gil Díaz) no tiene esa especialidad. Por eso, para hablar de la cultura, también se tiene que ser culto.

Alberto Ruy Sánchez: Las declaraciones de Francisco Gil son significativas en muchos sentidos. Primero, demuestran la ineptitud de nuestro gobierno por reconocer los temas que son del Estado y que no deben ser regidos por una sola secretaría, es decir, Gil Díaz demuestra su incapacidad para hacer política cultural. Es una aberración que el presidente Fox permita que los asuntos culturales, en sus fundamentos, estén regidos por Francisco Gil, y eso es una demostración más, no sólo de su inexperiencia, sino de la indiferencia y hasta desprecio que tiene este gobierno por la cultura. Además es una enemigo de las políticas culturales que por conducto del CNCA el mismo Fox ha dicho que apoya, pero en el fondo boicotea. Sus declaraciones también nos demuestran que los incentivos que le ordenó hacer el presidente Fox para compensar el ataque que hizo quitando la tasa cero a las editoriales, no serán un apoyo fundamental, porque de nuevo el problema de todo esto es que Fox reposa en Hacienda, y le encarga la solución a la misma institución que ha creado el problema, lo cual es un círculo vicioso. Lo que dijo también demuestra que existe una congruencia desgraciadamente muy grande entre la idea de la educación y la cultura que tiene el secretario del Trabajo (Carlos Abascal) que ya se atrevió a ejercer una censura contra libros que considera no aptos para sus hijos y para los niños de México, y la idea de Francisco Gil Díaz que piensa que la cultura debe ser controlada, que sólo se deben dar incentivos a lo que el Estado controle. En el fondo en el gabinete existe una misma mentalidad de censura y de control que no podemos permitir que se convierta en política de Estado.

En sus declaraciones Gil Díaz sostiene algo que ha venido repitiendo desde que es secretario. El piensa que no hay un vínculo entre la política fiscal y las prácticas y la frecuencia de la lectura en México. Para empezar, el secretario de Hacienda confunde el índice de lectura con la fuerza de la cultura mexicana; ningún país de América Latina tiene la gran ventaja que tiene México, de haber considerado a su cultura como un patrimonio que hay que preservar e incentivar. Eso ha hecho que nuestro país sea líder cultural en toda América Latina, y en ese ámbito uno de los países más importantes a escala internacional. El señor Gil Díaz se confunde completamente, creyendo que si en México falta lectura y educación, es lo mismo dar incentivos que no darlos. Esta muy equivocado y demuestra una vez más su ineptitud para definir la política cultural del Estado.

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