Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 22 de junio de 2002
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Mundo
Respaldo a propuestas para establecer controles fronterizos más estrictos

Rechazan líderes de la UE castigar a naciones que no impidan la inmigración indocumentada

Pide AI tomar en cuenta la crisis por la que atraviesan los derechos de los trabajadores

Solicita España "forzar la máquina" para lograr acuerdos de control con terceros países

REUTERS, DPA Y AFP

Sevilla, 21 de junio. Los líderes de la Unión Europea rechazaron este viernes las peticiones para castigar a los países pobres que fracasen en cooperar en la lucha contra la inmigración indocumentada en el próspero bloque de los 15.

Sin embargo, alarmados por el respaldo popular a los partidos populistas (ultraderechistas) contrarios a la inmigración, los di-rigentes respaldaron las propuestas para es-tablecer controles fronterizos más estrictos y acordaron presionar a terceros países para lograr su cooperación.

Al tiempo, Amnistía Internacional (AI) emitió un comunicado de "última hora" en el que llamó a los mandatarios europeos a tomar en cuenta la crisis por la que atraviesan los derechos de los trabajadores y, so-bre todo, en relación a la demagogia que a su juicio reina en Europa sobre el tema de la inmigración.

Fuentes diplomáticas indicaron que el canciller alemán, Gerhard Schroeder, quien se enfrenta a una dura batalla por su relección en septiembre próximo, fue el que más insistió en perseguir con multas económicas a los países que no cumplan estos controles de sus ciudadanos más pobres.

Gran Bretaña y España también querían que el bloque retirara la ayuda a los países que no combatan a las mafias que trafican con seres humanos y no acojan de nuevo a los ciudadanos deportados de la Unión Europea, pero esta medida fue rechazada tras una fiera oposición de Francia, Suecia y otros países.

"No habrá ninguna sanción", dijo el primer ministro sueco, Goran Persson, a la prensa en un descanso de la elaboración de un texto final que los líderes políticos adoptarán este sábado.

Las medidas de castigo a las naciones que no controlen la emigración son "inútiles" y usar la ayuda internacional como una presión para los países en vías de desarrollo, que los inmigrantes abandonan en busca de una vida mejor en Europa, dañaría la credibilidad del bloque, sostuvo.

Negación de la negación

El ministro de Exteriores español, Josep Piqué, cuyo país preside la cumbre de Sevilla, se mostró este viernes en favor de "forzar la máquina" para llegar a acuerdos de control de la inmigración de indocumentados con terceras naciones.

"Si un país sistemáticamente infringe los acuerdos, es decir rompe las reglas del juego, entonces la Unión Europea se reserva el derecho de ver si debería haber consecuencias de tal comportamiento", afirmó.

La actitud de Madrid ha despertado severas críticas en América Latina, debido a que ese continente ha recibido durante siglos a millones de inmigrantes españoles, que sa-lieron de su país cuando había condiciones económicas adversas o persecuciones políticas y religiosas, lo que ahora parece olvidar la actual clase gobernante.

Por su parte, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, reconoció que la mayoría de los gobernantes quería que la Unión Europea se centrara en incentivos positivos para premiar la cooperación de otros países en lugar del castigo.

En este contexto, AI, a través de un co-municado, hizo un "llamado de última ho-ra, emitido la víspera de la reunión del Consejo Europeo en Sevilla, para pedir a los dirigentes europeos que no recurran a la adopción de medidas contra terceros países que distorsionen aún más el equilibrio en materia de derechos humanos en la lucha contra la inmigración de indocumentados.

Si en la cumbre se vincula la ayuda al control de la inmigración, no habrá discurso diplomático que pueda ocultar el hecho de que la Unión Europea no tiene reparo alguno en perseguir sus propios intereses a costa de los refugiados y los inmigrantes", informó el enviado de La Jornada a Sevilla, Armando G. Tejeda.

La organización de defensa de los derechos humanos consideró que "hasta la fe-cha se ha observado una contradicción flagrante entre los esfuerzos concertados de la Unión Europea para cerrar sus fronteras, mantener fuera a los inmigrantes y presionar a sus países de origen para que les impidan marcharse o los readmitan, y la ausencia de esfuerzos comparables para presionar a esos mismos países para que resuelvan las causas que obligan a huir a las personas: la negación de los derechos humanos por medio de la persecución, los conflictos violentos, la desigualdad y la privación de los mínimos económicos".

La mayoría de los gobiernos de la Unión Europea introdujo las llamadas políticas de "inmigración cero" a mediados de los años 70, debido a la crisis económica, dejando pocas vías legales para entrar aparte de los sistemas de asilo, agrupamientos familiares o matrimonio.

La inmigración legal neta al bloque de naciones europeas ?cuya población es de 375 millones de personas? era de unas 680 mil en 2000, el año más reciente del que existen cifras.

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