Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 22 de junio de 2002
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Mundo
La prensa europea, preocupada por la "manipulación manifiesta" de La Moncloa

Controversia en España por cifras de Madrid y sindicatos sobre el acatamiento a la huelga

Mientras que para Aznar protestaron sólo 50 mil, las centrales hablan de más de un millón

ARMANDO G. TEJEDA ENVIADO

Sevilla, 21 de junio. Un día después de la huelga general que paralizó parcialmente el aparato productivo español, las divergencias so-bre la verdadera incidencia de la protesta sindical sigue siendo hoy una incógnita al no haber datos fiables, toda vez que las instituciones públicas han emitido cifras "es-candalosamente falsas", como las referidas a las manifestaciones o al porcentaje de los trabajadores que secundaron el paro.

El presidente del gobierno español, José María Aznar, insistió en su tesis de que la "huelga no existió", a pesar de que durante la víspera se movilizaron en España más de un millón de personas en rechazo a las reformas neoliberales emprendidas por su administración.

Los datos difundidos por sindicatos y gobierno son tan dispares que hacen imposible tener un registro medianamente fiable de lo acontecido el jueves reciente, un día en que, pese a lo dicho por el jefe de gobierno español, una buena parte del país se paralizó y no funcionó ni siquiera con "re-lativa normalidad".

Un dato que ejemplifica esta divergencia, por no hablar de visiones diametralmente opuestas, es la manifestación que se llevó a cabo en Barcelona, concentración de trabajadores que para el gobierno sólo fue de 15 mil personas, mientras que para los sindicatos superó las 600 mil y para la Guardia Urbana (adscrita al gobierno catalán) fue de al menos de 400 mil.

Existe otro hecho que la prensa nacional registró también con divergencias: si bien para la prensa oficialista ?El Mundo, ABC y La Razón? la huelga no existió, para el resto de los rotativos -El País, La Vanguardia y decenas de diarios regionales- las cifras esgrimidas por el Ejecutivo español son "escandalosamente falsas".

Una postura, ésta última, que coincide con la mayoría de la prensa europea, que registró en las ediciones de hoy su preocupación por la "manipulación manifiesta" del gobierno español con respecto a la huelga, algo que pone en entredicho, a su entender, las informaciones que emite esa administración, escrutadas por decenas medios ante la celebración de la cumbre de la Unión Europea en Sevilla.

En todo caso, la ruptura del diálogo social es hoy más patente y la postura de Comisiones Obreras y la Unión General de Trabajadores, los sindicatos mayoritarios convocantes del paro nacional, es aún más firme: o se retira el decreto -o decretazo- con el que se aprobó la reforma a la ley de protección al desempleo o las organizaciones de trabajadores no se sentarán a una futura mesa de diálogo.

A pesar de que el gobierno evoca reiteradamente una política de "mano tendida", al mismo tiempo acusa a las formaciones sindicales de haber convocado a una huelga general que "no existió" y, sobre todo, que no había motivo alguno para convocarla.

Josep Piqué, ministro español de Asuntos Exteriores, reconoció que la huelga general antineoliberalismo no tuvo un "seguimiento importante, pues cualquier observador ecuánime tiene que aceptar que la pretendida huelga general no lo fue".

A su vez, Rodrigo Rato, ministro de Economía, reiteró que la huelga "no existió" y que los sindicatos intentan manipular a los trabajadores mientras hay en "España prosperidad y progreso".

Realidades evidentes

Pero no piensan así las organizaciones sindicales ni los partidos políticos de la oposición, que mantienen firme su postura de que el presidente Aznar y su gobierno niegan realidades evidentes, como la del paro nacional y el respaldo social a esta iniciativa de movilización social.

Sólo hay que tener en cuenta un dato: para Aznar el jueves sólo se manifestaron 50 mil personas en España, mientras que para los sindicatos, los partidos políticos de oposición y la mayoría de los medios de comunicación -incluso los oficialistas- superó el millón de personas, un dato que pone en entredicho esta "guerra de cifras" abierta por el gobernante.

El editorial del periódico El País explicó este viernes que "también es cierto que las centrales sindicales se cerraron a la negociación, exigiendo la retirada sin más del proyecto para sentarse a la mesa. Y que tal vez vieron en la actitud del Ejecutivo conservador el pretexto que buscaban para lanzar, ocho años después del relativo fracaso de la última huelga general contra el go-bierno del socialista Felipe González, una gran movilización que diera verosimilitud a sus amenazas".

Añadió, incluso, que "sería injusto no ver en los desplantes del gobierno una voluntad simétrica de llevar a la práctica el pulso antisindical que venía proponiendo el sector más derechista del Partido Popular (en el gobierno) y sus seguidores en los me-dios de comunicación, desde que logró la mayoría absoluta".

También en El País, el articulista Antonio Elorza hizo una analogía interesante: "Al anunciar en uno de sus teatrales discursos desde el balcón del Palacio Venecia la en-trada de Italia en la Segunda Guerra Mundial, Mussolini cerró su intervención con una orden. A partir de ese momento sólo debía pronunciarse una palabra: vincere (vencer)".

Agregó que "con la misma consigna afrontó el presidente Aznar la crisis desencadenada por la convocatoria de huelga ge-neral. En el partido imaginario frente a los representantes de los trabajadores, o mejor, frente a unos sindicatos que a su entender amparaban la pretensión de los vagos de vivir a costa de los activos, no le valía el empate, sino la victoria".

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