Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 26 de junio de 2002
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Sociedad y Justicia
ENTREVISTA

Irene Khan, secretaria general de AI

En la lucha contra el terrorismo, perdieron los derechos humanos

Lo interesante de las normas internacionales en esta materia es que todos los gobiernos son puestos al mismo nivel, todos tienen responsabilidad de respetarlos... y uno de los peores efectos del 11 de septiembre es que los estándares han sido pasados por alto, con impunidad...

Londres, 25 de junio. La secretaria general de Amnistía Internacional (AI), Irene Khan, sabe que a raíz de los ataques a Estados Unidos en septiembre pasado, los países poderosos han pasado por alto el respeto de los derechos humanos, lo cual le inquieta, porque sienta un peligroso precedente para el mundo.

Además, la Comisión para los Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aceptó tácitamente el enfoque exclusivista de la seguridad impuesto por los países occidentales. Según Khan, en la lucha contra el terrorismo las normas internacionales salieron perdiendo.

En entrevista exclusiva con La Jornada, Irene Khan se refiere asimismo a la selectividad en los casos de quienes pretenden acusar sin aceptar ser acusados; "estamos ante la promoción de una hipocresía cultural", dice.

Seguridad y garantías individuales

-La CDH de la ONU fue muy criticada por AI, ¿cómo interpreta el desequilibrio mostrado y su impotencia para enfrentar la presión de las superpotencias?

-Este año fue dramático para esta comisión. No tuvo recursos, ni tiempo para los relatores especiales ni para las organizaciones no gubernamentales (ONG); así que si en los años anteriores estuvo politizada, en 2002 lo ha sido mayormente, y cada vez más se muestra como foro usado por los gobiernos para sus discursos políticos, puesto que más jefes de Estado se presentan ante ella -lo cual es positivo, pero dista de ser efectivo-, convirtiéndola en una suerte de mini Asamblea General de la ONU, en detrimento del trabajo sustantivo para el que ya no tiene tiempo. Su agenda ha crecido al grado de que resulta imposible abordarla y le resta claridad en los objetivos que pretende lograr y para los cuales fue creada.

"Este año era de importancia vital, dado que el tema más inquietante en los ocho meses anteriores ha sido el del terrorismo versus los derechos humanos, y existe el temor bien fundado de un retroceso, dado que éstos son pasados por alto en nombre de la seguridad. La CDH no pudo enfrentar el debate sobre el respeto a los derechos humanos en esta guerra contra el terrorismo ni establecer un mecanismo de vigilancia global cuando, precisamente, el Consejo de Seguridad de la ONU fijó que los temas de derechos humanos se tratarían en este foro, y sin embargo no se hizo. Fue su mayor fracaso en los 50 años que tiene de establecida.

"El camino frente a ella es la evaluación de sus alcances y metas, definiendo claramente sus temas y propósitos."

-En 2003 se cumple una década de la Conferencia de Viena sobre Derechos Humanos, ¿debería convocarse a una revisión?

-Esta efeméride debe llevarnos a la reflexión; es una ocasión importante para examinar hasta dónde hemos llegado. La Conferencia en Viena tuvo entre sus logros establecer la oficina del Alto Comisionado.

"A diez años de distancia, ciertamente deben revisarse sus mecanismos de trabajo. Los principios y estándares deben mantenerse intactos por su validez; no es que hayan perdido actualidad sino que se percibe una erosión debido al uso discriminado que le han dado los gobiernos.

"No pienso, sin embargo, que otra conferencia sea necesaria -francamente no le tengo confianza a este tipo de eventos-, pero sí es esencial que los actores principales, es decir, los gobiernos, la ONU y la comunidad no gubernamental, se reúnan para una reflexión conjunta sobre la definición de cómo trabajar juntos. Debemos encontrar un mecanismo más confiable para la incorporación constructiva de las ONG, que han crecido en número, en defensa de temas particulares, con intereses específicos, con una increíble variedad; debe capitalizarse esta cooperación.

"La oportunidad es propicia, dado el relevo de la alta comisionada Mary Robinson dentro de dos meses y el clima de crítica social sobre una comisión que trabaja como lo hacía en los años 70."

-¿La guerra contra el terrorismo agravó la politización y selectividad de la comisión, o era un mal añejo?

-Ha sido la combinación de ambos factores, además de que, al expandirse la agenda temática de acuerdo con los intereses de las grandes potencias, la energía se disipa y se enturbian las prioridades. Se vio con énfasis en el tema de la seguridad y en la forma en que rápidamente se olvidaron los verdaderos casos de violaciones, a pesar de que la agenda de trabajo contenía una lista enorme. La comisión no pudo resistir la presión.
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-¿Cuál debería ser el perfil del nuevo titular de la CDH?

-No tenemos a nadie en mente, pero sí las cualidades que debiera tener: alguien que tenga un claro compromiso con los derechos humanos, el valor para levantarse y decir las cosas claramente, aun las menos placenteras, en el momento preciso y a quien se deba -muchas veces las dificultades son con los gobiernos-, y la sabiduría para presionar por los cambios de manera apropiada. Así lo hemos expresado al secretario general de la ONU.

-El mundo ha visto una proliferación de ONG, de informes sobre derechos humanos, ¿hacia dónde debe ver un Estado con voluntad política de respetar las garantías elementales?

-La prioridad de los gobiernos es ver a su propia gente, la forma en que gozan o no de tales derechos. Las ONG ciertamente los vigilan, pero los gobiernos no deben actuar en esto como si fuera un ejercicio de relaciones públicas sino que es un tema de realidad pública.

"Tiene razón acerca de la proliferación de las ONG , pero esto es positivo porque se han vuelto globales a fuerza de cobrar fuerza local y nadie las puede ya ignorar. Soy optimista en que permanecerán a pesar de lo ocurrido el 11 de septiembre, porque son parte de las agendas nacionales y, como en México, las ONG vigilarán por que los derechos humanos no sean pisoteados. La experiencia en las campañas contra las minas personales, contra el reclutamiento de niños como soldados y por la creación de la Corte Penal Internacional han demostrado que su conformación en alianzas y coaliciones da resultados importantes."

Propiciado por EU, se alimenta el cinismo

-Vivimos también, sobre todo en los meses recientes, a merced de una superpotencia a la cual se le critica pasar por encima de las libertades fundamentales.

-Cierto, pero lo más peligroso es ver cómo los Estados promueven la selectividad, que tiende a la hipocresía cultural. Por ejemplo, hablan de defender los derechos humanos de las mujeres en Afganistán, pero no en Arabia Saudita. De esta manera, propiciado por Estados Unidos, se ha alimentado el cinismo en el mundo.

"Estados Unidos no le hace un buen servicio a los derechos humanos. Una crítica común a la que me enfrento es que estos derechos son vistos como un producto occidental, a pesar de que muchas civilizaciones aportaron sus valores y tradiciones a la dignidad humana. La mayoría en el mundo desconoce el importante papel que tuvieron varios pequeños países en la elaboración de la Declaración Universal de 1948, como Líbano, Paquistán, India y muchas naciones latinoamericanas; no, no fue solamente producto de la señora Eleonor Roosevelt. No es un concepto occidental, pero la forma en que se presentan y promueven como parte de la agenda política de Occidente puede ser muy peligrosa.

"Estados Unidos tiene la gran responsabilidad de esta percepción equivocada y los hechos recientes envían mensajes negativos para los derechos humanos. Veamos un ejemplo: su rechazo a la Corte Penal Internacional debilitó el mensaje contra la impunidad."

-¿Estos tribunales son la opción para confrontar a un Estado violador de derechos?

-Lo interesante de las normas internacionales en materia de derechos humanos es que todos los gobiernos son puestos al mismo nivel, todos tienen responsabilidad de respetarlos. Por eso la batalla continúa, para no permitir que los principios sean subvertidos por los países poderosos. Uno de los peores efectos del 11 de septiembre es que los estándares han sido pasados por alto, con impunidad. Esta es una señal peligrosa, pues indica que pueden ser violados sin que nadie los castigue.

-¿Qué tan lejos se puede ir en esta batalla?

-Se ha ido lejos, hay progresos. En los años 60 la campaña de AI contra la tortura fue recibida con sorpresa, porque se veía como un hecho medieval y no cotidiano, como ahora es aceptado. De la campaña contra la pena de muerte podemos decir que una mayoría de países la tiene en desuso o la ha abolido. Pero los derechos humanos no están garantizados para siempre; cada logro trae otro reto, el trabajo no acaba. AI ha marchado en este combate durante 40 años y seguirá haciéndolo.

-Ahora las alianzas de los otrora enemigos complican los avances, ¿no es así?

-Antes también había alianzas, lo que impresiona ahora es la forma tan ruda como se forman hasta entre países con regímenes democráticos, y todo en aras de la seguridad. Recientemente, en una misión a un país europeo, se me dijo que, a pesar de la veracidad de las denuncias de AI contra Rusia en Chechenia, nada podría hacerse porque es más importante utilizar el territorio ruso como base militar para el envío de soldados contra Afganistán.

Debe aceptarse que la seguridad es global

-Estos son los casos conocidos, pero de los que no lo son tanto, ¿quién se ocupa?

-Otro de los impactos del 11 septiembre y de la influencia de los grandes medios de comunicación es la atención a los casos principales, pero porque son del interés de las superpotencias. AI ha informado que en 152 países hay violaciones, pero el mundo cree que sólo ocurren en los cinco identificados por Estados Unidos; pero, ¿quién se ocupa de los 20 asesinatos diarios en Colombia, o de la devastadora de guerra civil en la República Democrática del Congo? En Nepal hay un conflicto interno de graves consecuencias, pero la atención está enfocada en Cachemira, hay más muertes de disidentes pero no se les da atención debido a que lo principal es la guerra contra el terrorismo. Resulta irónico, pues las potencias no aprenden las lecciones de la historia; la crisis afgana se produjo por ser un país olvidado donde había graves violaciones a los derechos humanos y nadie reaccionaba hasta que llegó el 11 de septiembre.

"Las grandes potencias deben aceptar que en el mundo no puede haber una parte segura y otra no, que la seguridad es global. La globalización de la economía no es la respuesta para obtener seguridad; lo que mantendrá compacto al mundo es el respeto a los derechos humanos, a los valores fundamentales, y la aplicación de los estándares jurídicos internacionales."

-Finalmente, siendo la esfera política de donde emana el respeto de los derechos humanos, dirigida por hombres y para hombres, ¿la escuchan a usted?

-Sí. Nos escuchan porque nos hemos presentado clara y fuertemente. El próximo año AI lanzará una campaña global contra la violencia hacia las mujeres, que esperamos sea fructífera.

"Los políticos nos escuchan por lo que decimos, porque nuestro movimiento es de miembros individuales. Los políticos nos escuchan y reaccionan porque, como en el caso de México, el reto está en escuchar para actuar, no con discursos sino en los hechos."

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