viernes 28 de junio de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
Mundianálisis

Sí, pero...

n Horacio Reiba

Sí, Alemania y Brasil, enfrentados por fin en una final, representan el paraíso secreto del aficionado, el encuentro de las dos selecciones más ganadoras de la historia, la sombra benefactora de los Pelé, Beckenbauer, Müller, Gerson, Garrincha, Didí, Seeler, Rivelino, Zico, Overath, Maier, Rahn, Fritz Walter, Sócrates y Tostao, el sueño de generaciones y generaciones de futbolómanosÉ
Pero: Ni esta Alemania ni este Brasil ni esta Copa del Mundo están a tono con la abstracta grandeza del encuentro. Todos los títulos que entre ambos suman, los lauros que reúnen, las gestas que protagonizaron, son un peso muerto gigantesco sobre este par de finalistas de ocasión, cuya llegada a la instancia definitiva se explica más que por méritos propios por falta de una oposición de calidad. En un mundial donde los llamados "grandes" defeccionaron clamorosamente y los pocos que ofrecieron algunas ráfagas de buen futbol -España, Turquía, Corea, Senegal, México, Irlanda, Bélgica y nadie más-, es normal, pero no especialmente meritorio, que estén en la antesala del título los dos que navegan con la mayor inercia histórica de su favor.
Sí. Brasil está lanzado tras el pentacampeonato y Alemania brega en pos de su cuarta corona. En el futbol mundial nadie los iguala. Los amazónicos fueron finalistas derrotados en Brasil 50 (por culpa de Uruguay) y en Francia 98 (final cuyas sospechas salpicarían por igual al vencedor y al vencido); de ahí en fuera, final juegada ha sido para ellos ganada (Suecia 58, Chile 62, México 70 y EU 94). Como semifinalistas, su única derrota se registró en Francia 38 (a pies de Italia, el futuro campeón), sin olvidar el grandísimo equipo de España 82 y los invictos, pero prematuramente eliminados, de Argentina 78 y México 86. Tales son las credenciales que el tetracampeón mundial llevará al estadio de YokohamaÉ
Pero: El Brasil de Scolari, que pasó apuros mortales para calificar de panzazo en la zona sudamericana, que viajó a Oriente sin provocar mayor ruido, que se ha beneficiado de las ventajas del grupo más fácil y un par de arbitrajes sospechoso -contra Bélgica y Turquía-, no acaba de convencer, a pesar de sus justas victorias sobre ingleses y turcos, y de la evidente calidad de varios de sus hombres. Empezó practicando un 3-3-3-1, que ha cambiado a 3-4-2-1 a partir de los cuartos, incluyendo al contención Cleberson por Juninho. Hasta el momento recibió cinco goles -uno solo bajo el nuevo dibujo táctico, el que le regaló Lucio a Owen-y anotó 16, de los cuales seis de Ronaldo, que mal recuperado y todo es la estrella del mundial. Cuenta, además, con la mejor revelación -Ronaldinho, que reaparecerá en la final- y con la magia, algo apagada, de Rivaldo, cualquiera de ellos con capacidad para resolver cualquier partido. Los laterales son excelentes, la contención cumplidora y Marcos es un arquero confiable. A semejante equipo sólo le haría falta para ser arrollador que le permitieran crear y jugar a la brasileña, pero Scolari prefiere un ritmo europeo.
Sí. Alemania, que sólo ha faltado a dos mundiales en la historia, es a Europa lo que Brasil a América. Díganlo si no sus tres títulos (Suiza 54, Alemania 74, Italia 90), y la presencia en otras tres finales, perdidas ante Inglaterra (1966), Italia (España 82) y Argentina (México 86). De la fuerza intrínseca de sus representativos puede dar fe quienquiera que haya tenido enfrente la camiseta germana en Copa del Mundo. Sus virtudes técnicas pueden discutirse, pero las morales, nuncaÉ
Pero: VŔller llegó declarando: "Si alcanzamos los cuartos, misión cumplida". Seis partidos y 15 goles después -por un solo en contra- su joven y correoso equipo es finalista. La de goleo es una cifra inflada por los ocho a los árabes, pues después sacaron la calculadora y el gotero: tres 1-0 los instalarían en la instancia definitiva. Se trata de un conjunto duro, frío y organizado, cuyo mejor hombre -Ballack- se perderá la final.
Sí. Brasil -con los escasos astros de este mundial en sus filas- es el lógico favoritoÉ
Pero: Alemania, fiel a su imagen de orden y tenacidad sin tregua, podría sorprender.