Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 1 de julio de 2002
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Política

ASTILLERO

Julio Hernández López

EL PRESIDENTE FOX está a la defensiva, irritable, molesto, intolerante. Tiene a la puerta el 2 de julio mítico y necesita encontrar culpables externos del desencanto popular y de los signos de desgobierno que se multiplican. Por ello fue capaz de caer en excesos bananeros en Mérida frente a representantes populares pertenecientes a un partido distinto al suyo, a los que pretendió descalificar como si fuera un deslenguado candidato con botas en campaña y no el jefe del Estado mexicano, que debe ser respetuoso y respetable.

EMBRIAGADO CON SUS propios sueños y discursos, Vicente Fox salía gustoso el viernes pasado de una reunión más de las realizadas en la capital yucateca con gobernantes centroamericanos y empresarios del primer mundo, que se reunieron en una especie de venta de garaje relacionada con el Plan Puebla-Panamá. Se topó entonces con diputados federales y locales y regidores priístas de Yucatán que pretendían entregarle una relatoría escrita en siete cuartillas de los problemas que ven en su entidad y su exigencia de que sean atendidos y resueltos. El Presidente de México se comportó como jefe de pandilla, pues de inmediato les preguntó de qué partido eran y, al saber que eran priístas, les reclamó que hasta ahora se preocuparan por el país. Desde luego no les recibió el documento incómodo, les dio la espalda y los dejó a la amable consideración de los miembros del Estado Mayor Presidencial, que arremetieron físicamente contra ellos cuando pretendieron desplegar una manta en la que exigían resultados de la investigación sobre el asesinato del compañero de esos manifestantes representativos, el diputado local Pánfilo Novelo Martín, muerto el 9 de enero del presente año (junto con su hijo, Miguel Angel Novelo Burgos, y su chofer, Pedro José Yam Pech) en circunstancias no aclaradas y entre rumores de que la causa real podría encontrarse en las indagaciones que hacía respecto a asuntos de narcotráfico y a una banda de ladrones de automóviles en la que había sido involucrado Antonio, el hermano incómodo del gobernador panista-foxista Patricio Patrón Laviada. Horas después del incidente, Fox respondió, a una pregunta sobre el tema, que él normalmente no pierde el buen humor, "salvo cuando los priístas se atraviesan". El gobernador Patrón Laviada, por su parte, resumió en cuatro palabras la filosofía política del foxismo: "Yo soy gente decente", dijo, y con ello consideró irrevocable la carta de honestidad, buena fe y veracidad que a toda persona de buena cuna y correcta educación debe acompañar por derecho natural.

NO DEBE CONFUNDIRSE el señalamiento de la peligrosa intolerancia del Presidente de la República con una defensa del cerverismo. Tampoco deben dejarse de lado los muchos agravios que en su momento recibieron Fox y su gabinete, sobre todo el secretario de Gobernación, Santiago Creel, de tierras yucatecas cuando eran gobernadas por el cacique apodado El balo, que mediante triquiñuelas jurídicas se mantuvo más de diez años en el gobierno, seis de ellos continuos. A lo largo de ese periodo sombrío del cerverismo los panistas denunciaron el permanente uso del erario para favorecer al PRI, de corrupción para beneficio del gobernador y su grupo y de una serie de maniobras típicas del priísmo más atrasado que se cometían para mantener una base social clientelar y para apuntalar al mapachismo electoral más tradicional. En las elecciones en que habría de dejar el poder, Cervera pataleó cuanto pudo, orillando por primera vez al gobierno foxista a analizar la posibilidad (que desechó) de ordenar el uso de la fuerza pública contra cerveristas que tomaron las oficinas electorales estatales durante largas semanas y que mantenían secuestrado el proceso comicial, tratando de impedir el reconocimiento de la rencarnación local de Fox, Patrón Laviada, un empresario de alturas físicas y planicies intelectuales parecidas a las del ex gobernador guanajuatense. Pero nada de ello justifica el comportamiento inmaduro, intolerante y faccioso del Presidente de México a la hora de recibir un documento que contiene los puntos de vista de representantes populares tan legítimos como el propio mandatario nacional, así provinieran de una formación política corrupta y atrasada como sería la del PRI, al que meses atrás el propio Fox había invitado en Los Pinos a cogobernar el cambio. Tampoco debe alegrarse nadie de que diputados y regidores le griten al Presidente de México, en el contexto de una reunión internacional, farsante, mentiroso, vendepatrias y Mussolini, como lo hicieron los despechados priístas a los que, desde luego, y como es natural en la lid política, el incidente de Mérida les permitirá continuar a nivel nacional la guerra de desgaste contra un Presidente empeñado en retroceder a los niveles de rijosidad de un candidato con botas.

LAS CALENTURAS DEL sureste no corresponden solamente a Yucatán. En Campeche, por ejemplo, la semana pasada, la mayoría priísta del Congreso local aprobó las cuentas públicas del gobierno estatal y de los ayuntamientos. Fue tal el pleito entre las visiones negativas de los panistas y las desbordantemente optimistas de los diputados del PRI respecto al uso del dinero público, que un diputado tricolor llamó "Blanca Nieves y sus 11 enanos mentales" a la coordinadora de los legisladores panistas, Yolanda Valladares, y a sus compañeros. En respuesta, un panista leyó a los priístas un párrafo literario de la antigüedad clásica: "Un día, Diógenes le dijo a Arístides: si aprendes a ser lambiscón, dejarás de comer lentejas. Y éste le contestó: el día que tú aprendas a comer lentejas, dejarás de ser lambiscón".

EL PRESIDENTE NACIONAL del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, parecería estar en camino de dejar de comer lentejas, según se desprende de los discursos y declaraciones que ha hecho en estos días para elogiar la gestión del presidente Fox, con quien se reunirán este 2 de julio en la sede nacional panista para celebrar la presunta victoria conjunta de dos años atrás. Lentejas o lingotes de oro, según se quiera ver, serían a su vez los 4 mil millones de dólares que el Banco Interamericano de Desarrollo ha puesto a disposición de los gobiernos de la región para el plan del traspatio ordenado que al inglés se traduce como Plan Puebla-Panamá. Lentejas expansivas, mientras tanto, ha prometido México que dará a Estados Unidos a propósito de las deudas líquidas que han llevado a funcionarios mexicanos a negociar en Washington la manera en que se pague tantito ahora y se comprometan mayores pagos a futuro. Lentejas también sienten grupos de mexicanos indocumentados que han sido las promesas que les ha hecho el presidente Fox cuando los ha visitado en Estados Unidos. Al pobre Juanito Hernández le fue como en feria con tanto reclamo por el incumplimiento de ofertas verbales: el presidente habla mucho pero hace poco, le dijeron los miembros del Centro Azteca en San Bruno, California, y le dieron un plazo de diez días para que envíe a alguien a que les ayude a gestionar licencias de manejar, antes de que empiecen a denunciar que en nada se les ha auxiliado de verdad.

ENTRE LENTEJAS E intolerancias, y no entre batucada política, a unas horas del segundo aniversario del cambio que no llega.

Fax: 55 45 04 73 [email protected]

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