Promueven que se cumplan los acuerdos de San Andrés

Concluyó en San Cristóbal el encuentro por la paz con justicia

Respaldo a los procesos de autonomía de los indígenas

Califican de "etnocidio" el Plan Puebla-Panamá

ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL

San Cristobal de las Casas, Chis., 7 de julio. Los más de mil participantes en el Encuentro Nacional por la Paz con Justicia y Dignidad, que hoy concluyó en esta ciudad, acordaron defender los acuerdos de San Andrés y orientar todas las luchas civiles a la creación de las condiciones de paz en la entidad, al respeto a los derechos humanos y a la construcción de la democracia.

En el documento denominado Líneas estratégicas, los participantes establecieron la necesidad de "hacer visible" en la sociedad y en la opinión pública la "gravedad de la situación de guerra y de los conflictos a nivel nacional", así como la urgencia de "una verdadera paz" en Chiapas.

Otros acuerdos tomados al final de la reunión, que comenzó el viernes, fueron generar una nueva cultura política a partir de una ética que respete la diversidad y las culturas existentes en el país, así como reforzar la participación de la sociedad civil en los procesos de lucha continental ante los tratados de libre comercio, del Plan Puebla-Panamá y de la globalización neoliberal.

Asimismo, acordaron contribuir a la reconstrucción del tejido social y comunitario fortaleciendo la participación y observación civil en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra la militarización, la paramilitarización, la liberación de los presos políticos y por la creación de las condiciones para el retorno de los desplazados.

También convinieron en respaldar los procesos de autonomía y de resistencia de los pueblos indígenas consolidando sus vínculos con el conjunto de movimientos de la sociedad civil.

Actividades fuera de programa

La comisión organizadora informó que el encuentro finalizaría con una marcha por las calles de San Cristóbal, pero después se acordó que con la clausura en el Teatro de la Ciudad Hermanos Domínguez concluirían los trabajos, como ocurrió.

La asamblea plenaria estaba programada para las 13 horas, pero debido al retraso en las mesas inició hasta después de las cinco de la tarde. Antes de la lectura de los documentos que serían aprobados al final, se cantó el himno zapatista y luego intervino la banda de música del municipio de Tlayacapan, que dedicó el bolero Cuatro Vidas a "nuestro gran amigo don Carlos Payán Velver", director fundador de La Jornada, de quien dijeron "ha dado la vida por esta patria y por el mundo". Para recordarla, dedicaron a la finada Cristina Payán la canción Mi Ranchito.

Como los documentos finales todavía no estaban listos, la banda siguió tocando e incluso los integrantes del coro de Acteal, fuera de programa, subieron al estrado, a petición de los músicos de Tlayacapan, a quienes encabezó Anacleto Pedraza, presidente del cabildo zapatista.

En el intermedio, los conductores informaron que unos 300 indígenas prozapatistas tomaron una carretera y retuvieron maquinaria pesada en el municipio autónomo de Olga Isabel (en )Chilón, en protesta por la construcción de una vía de acceso a localidades habitadas por bases de apoyo del EZLN.

Los documentos finales se leyeron casi a las 18 horas, primero en varias lenguas indígenas y después en español. En uno, titulado Llamado a la conciencia y al corazón nacionales, los asistentes al encuentro, miembros de 285 organizaciones de 13 estados de México y de otros 13 países, sostuvieron que no habrá democracia sin el reconocimiento a los derechos de los pueblos indios, ni reforma del Estado mientras tales garantías no estén reconocidas constitucionalmente. Se agregó que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) es un factor "necesario y fundamental de la paz y de una nueva esperanza".

Definieron como una de sus prioridades defender los acuerdos de San Andrés y exigir por todos los medios posibles que se cumplan en todo su contenido, no sólo en la prioritaria reforma constitucional; que se satisfagan las condiciones para la reanudación del diálogo planteadas por el EZLN y que se reconozcan y respeten los derechos colectivos de los pueblos indios.

Clima de tensión e incertidumbre

En este mismo documento asentaron que en Chiapas, y particularmente en la zona zapatista, "se mantiene un clima de tensión e incertidumbre", y que no se han cumplido las tres condiciones del EZLN para el diálogo, mismas que el gobierno federal consideró "atendibles"; que los paramilitares "siguen contando con impunidad, ha pasado a una nueva fase ajustada a la doctrina contrainsurgente norteamericana, que provoca continuo desgas- te, violencia, división y todo tipo de conflictos".

Establecieron también que las acciones gubernamentales "concebidas a espaldas de la población" afectan las tierras y condiciones de vida en la forma más diversa; que el EZLN sigue siendo un "factor de paz e impide, con enorme esfuerzo, que la violencia se profundice y agrave". Además sostuvieron que el Plan Puebla-Panamá representa un "etnocidio".

Los asistentes al encuentro recalcaron que este es el momento de la sociedad civil, que debe "recuperar la iniciativa" de tal forma que contribuya a "forjar un nuevo pacto social y político que constituya un nuevo Estado".

Este llamado a los mexicanos, concluyeron, "es también perentorio y exigente a los tres poderes del Estado, y en especial a las autoridades federales y del estado de Chiapas, para que honren sus compromisos, aprendan a mandar obedeciendo, respeten la dignidad del pueblo y de la nación entera y cumplan cabalmente con el mandato que se les ha otorgado".