Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 8 de julio de 2002
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Política

Iván Restrepo

Askareles: algo huele muy mal

Violando todas las normas ambientales sobre la materia, desde hace nueve meses se encuentran en los puertos de Altamira, Tampico y Veracruz 500 toneladas de bifenilos policlorados, mejor conocidos como askareles, sustancia extremadamente peligrosa, originada en los acumuladores, cuyo manejo exige medidas extremas a fin de evitar una tragedia. Tan indeseada carga es propiedad de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que contrató a la empresa Ecología, Laboratorio y Consultores de México (Ecolac) para realizar su traslado y envío al exterior, pues nuestro país no cuenta con la tecnología para incinerarla. Para esa operación la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) le dio el permiso correspondiente. Sin embargo, esas toneladas estaban virtualmente abandonadas.

Además, hace un mes se descubrió que los contenedores con askareles estaban etiquetados como "material eléctrico de exportación". Todo indica que la operación de hacer pasar por blanco lo que es negro fue una maniobra de la CFE y Ecolac. De ello dieron cuenta las autoridades portuarias que advirtieron sobre la necesidad de resguardar los askareles, pues son muy vigilados internacionalmente por ser "altamente cancerígenos y no degradables". De igual forma señalaron que se desconocía fecha de partida y el destino final de los contenedores.

Una vez descubierto el engaño, funcionarios de la Semarnat dijeron a La Jornada: "no sabemos por qué Ecolac se desistió y dejó el material abandonado. Eso toca explicarlo a la CFE". La respuesta vino por conducto del director de la paraestatal, Alfredo Elías Ayub, quien pidió disculpas a las autoridades portuarias, pues "ignoraba lo hecho por otros funcionarios de la CFE". Ni una palabra más. Tampoco sobre los méritos de la empresa Ecolac, seguramente suficientes para responsabilizarla de tareas que requieren capacidad y profesionalismo. Mientras, la dependencia que en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) se encarga de los puertos y la marina mercante ordenó presentar denuncias penales contra los responsables de no informar sobre el almacenamiento de una sustancia tan peligrosa y de no tramitar en los tiempos requeridos su salida del país. Según la normas ecológicas, los askareles pueden permanecer en almacenamiento un máximo de seis meses. En esas terminales llevan nueve. También se supo que se investigará la responsabilidad que tienen en este asunto la Semarnat y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Alertada de lo que puede estar pasando con otras sustancias tóxicas y peligrosas depositadas en los puertos, la SCT ordenó una revisión exhaustiva de la carga, abandonada o no.

No es la primera vez que a la CFE le descubren askareles en sitios indebidos. Hace cinco años almacenó en la periferia de la ciudad de Perote, Veracruz, mil 200 tambos, cada uno con capacidad de 200 litros, en una bodega semiabierta que no reunía las condiciones que se exigen para ello. La gente de Perote no sabía de la existencia de esas sustancias hasta que hace tres años las lluvias inundaron zonas periféricas y la bodega.

Este caso puso al descubierto diversas violaciones a las normas ambientales federales. Por ejemplo, la autorización oficial para almacenar en un sitio determinado sustancias peligrosas. Aunque en estos casos es obligatorio un estudio de riesgo, no se efectuó. Por su parte, la responsable de la ecología en Veracruz, Keyla Franco, adujo que los reportes demostraban que no había nadie afectado por askareles. Tan clarividente experta ignora que los efectos de tan peligrosas sustancias tardan a veces años en manifestarse, pues son persistentes y bioacumulables, pueden ocasionar cáncer y afectar el sistema hormonal del ser humano. Eso sí, impuso una pequeña multa a la CFE. Luego del escándalo que se armó los tambos con askareles fueron enviados al exterior para su incineración.

Las irregularidades descubiertas recientemente muestran que por corrupción o desidia las autoridades permitieron violaciones a ordenamientos legales muy claros. Ahora los funcionarios no tienen el expediente fácil de echar la culpa al sexenio anterior. Si la CFE, la empresa Ecolac y otras dependencias mintieron y cometieron irregularidades, las instancias responsables de cuidar la salud y el ambiente deben informar con veracidad. Y, por supuesto, sancionar a los culpables, no ser tapadera de algo que huele mal. Por último, una pregunta inocente: Ƒestán a buen resguardo las miles de toneladas de askareles que hay en diversas partes del país?

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