lunes 8 de julio de 2002
La Jornada de Oriente publicación para Puebla y Tlaxcala México

 
n Necesario, lanzar el New Beetle convertible al mercado, opina
Falta reaccionar para aprovechar la recuperación de EU para VW: Juárez

Francisco Rivas Zerón n

El atraso en la producción del nuevo modelo Beetle convertible de Volkswagen y la incapacidad de los directivos de esta transnacional para reaccionar a tiempo a la recuperación de la economía de EU trajo como consecuencia, además de la caída en las exportaciones de la planta, la salida de los trabajadores eventuales en Puebla, afirmó el investigador de la Facultad de Economía de la UAP, Huberto Juárez Núñez. La armadora alemana, subrayó el académico, creó "grandes expectativas" para el Beetle, y con él alcanzó en 1999 el primer lugar de envíos al exterior; sin embargo, el impacto de la desaceleración acortó su vida real, y "sin una alternativa de relevo en el tiempo justo", quedaron fuera del mercado.
El Beetle convertible, agregó Juárez Núñez, necesitó estar listo para su colocación en el mercado a partir del inicio de 2002, para enfrentar con una oferta diferente el comienzo de la reactivación económica en Estados Unidos, pero la VW se atrasó, mientras sus competidor Ford, con el modelo Fiesta Ikon producido en Cuautitlán, estado de México, levantó sus indicadores en el exterior durante el primer semestre del año.
Los directivos mexicanos y alemanes de Volkswagen debieron tener en cuenta, sentenció el investigador de la Universidad Autónoma de Puebla, que en competencia por un nicho de venta los errores se son pagados a alto precio. En la actualidad la industria automotriz proveniente de Alemania presenta desde la perspectiva de sustitutos para sus modelos conocidos la gama más pequeña de opciones a los consumidores.
El New Beetle convertible era una carta importante para anticiparse a la recuperación, como lo hizo Ford, pero el modelo está "atorado" en las instalaciones de la ensambladora.
Sin embargo, además del comportamiento de las exportaciones para la VW -añadió Huberto Juárez-, quienes pagaron por la incapacidad de respuesta de los funcionarios fueron los trabajadores eventuales despedidos. "Ellos dicen que la cosa está complicada, pero los signos de la recuperación son latentes. No dudo que la industria maquiladora textil y la electrónica estén a la baja, pero no la automotriz, y el ejemplo son General Motors y Chrysler", sostuvo.
"Chrysler, con la producción de 35 mil unidades al mes del PT Cruiser, está vendiendo como pan caliente. En México puede considerarse cómo uno de los autos más feos, pero como les gusta a los gringos. Este automóvil tiene aspecto de carroza de muertos, y es de bajo costo; incluso a partir del éxito de la planta de Toluca construirán una más en Austria, para que funcione como una planta gemela", puntualizó.
Por lo anterior, recordó que a los consumidores de Estados Unidos"les encantaba" el New Beetle, pero después de la desaceleración el mercado asumió otro perfil -explicó-, y el primer problema de la Volkswagen fue su incapacidad de introducir una alternativa audaz ante un ambiente novedoso, diferente al de 1999 y 2000; esta empresa no se renovó.
Juárez Núñez hizo énfasis en que el problema futuro inmediato de la VW será evaluar sus estrategias para saber cómo se incorporarán a la reactivación de la economía en Estados Unidos, y lamentó que, acompañado a esta situación, "siempre previo a una revisión salarial", los directivos bajan sus estimaciones de crecimiento para negociar con los trabajadores por abajo del nivel real de la empresa.
El investigador de la Universidad Autónoma de Puebla dejó en claro que para el mercado nacional o internacional la producción del Sedan no servirá de nada para la estabilidad financiera de la compañía, debido a que no puede competir ni en precio ni en servicio con modelos como el Atos, de Huyndai; Chevy, de General Motors; e incluso el Fiesta Aikon, de la Ford.
El Sedan, agregó, será para coleccionistas, para quienes amen la marca y ese estilo. Las masas comprarán Atos y Tsuru, modelos rentables, y muestra de ello es que han tenido gran éxito en el trabajo de taxis.
Así, mientras la Volkswagen no saque al mercado el New Beetle convertible, que está parado "porque está cuadrado, porque le entra el agua y no saben cómo sacarla, o por cualquiera que sea el problema", el efecto continuará. Y saben, también, que si presentan un auto de calidad, habrán conquistado al público norteamericano, que es competitivo y exigente.

Las exportaciones, la debilidad automotriz

En entrevista, el académico de la Universidad Autónoma de Puebla consideró que la principal debilidad de la industria automotriz en México está en depender de las exportaciones y en contar con un mercado nacional deficiente.
Así, recordó que durante la década de los ochenta este sector comenzó a modificar sus estrategias para exportar lo producido en el país. Esta situación se disparó con la homologación de los productos con plantas europeas y norteamericanas, con mercancía de calidad y trabajadores productivos.
En 1990 se produjo 803 mil unidades en México, de las cuales 278 mil 558 fueron para exportar y el resto para el mercado interno, pero cuatro años más tarde de un millón 97 mil vehículos fabricados en la nación, 575 mil fueron enviados al exterior. "Esto modificó el esquema de la industria en dos sentidos: primero la producción se dedicó para los consumidores exteriores; y segundo, el mercado nacional terminó por deprimirse", manifestó.
"El año más importante de producción para el mercado interno es 1992, cuando se produjo 660 mil unidades, y después no ha habido año como ese", agregó.
Pero el reflejo de la debilidad del consumo interno se observó en 1995, cuando las empresas idearon sistemas de crédito similares a los ofrecidos en Estados Unidos, y "la gente se embarcó" -apuntó Huberto Juárez-. Así aparecieron los problemas estructurales; los clientes no pudieron pagar, hubo juicios, tuvieron que devolver las unidades.
El profesor de la Universidad Autónoma de Puebla resaltó que el volumen de crecimiento en el año 2000 alcanzó la producción de un millón 889 mil automóviles y se exportó un millón 432 mil; de éstos, el 85 por ciento para Norteamérica, y a su vez sólo el 10 por ciento para Canadá, y el resto para Estados Unidos.
"Otra vez la debilidad de la industria. Todos los proyectos de las fábricas están en el exterior y sujetos a la suerte de la economía gringa. En noviembre de 2000 se ensombreció el panorama de 2001 para Ford y Volkswagen, y ahora sólo Ford supo dejar el camino sinuoso", comentó.
Al respecto, dejó en claro que aparte del económico, el problema de Ford se sustentó en una falla técnica, relacionada con el defecto en los neumáticos de Fairestone, por el cual sucedieron cientos de accidentes, "pero hasta en ese conflicto la Ford resolvió a tiempo, no así la Volkswagen".