Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 16 de julio de 2002
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Cultura

ITACATE

Marco Buenrostro y Cristina Barros

Caza, pesca y recolección


LA RICA COMIDA lacustre del alto Lerma requiere de la caza, la pesca y la recolección. En su libro con ese nombre, Yoko Sugiura Yamamoto muestra la manera en que se realizan estas actividades. Se pesca sobre todo con un instrumento llamado fisga, que se elabora con un palo largo de madera de oyamel o de ocote, y una o más puntas, amarradas a uno de sus extremos. Este utensilio data de la época prehispánica y se utiliza por igual para pescar que para atrapar ranas.

TAMBIEN SE PESCA con chichorro, red de forma rectangular cuyo largo, ancho y tamaño de retícula depende del tipo de pez que se pretende capturar. Los artesanos de la región suelen tejerlas con lanzadera, usando hilo de algodón. Las redes cónicas con mango son comunes; el anzuelo se usa menos aunque estuvo presente desde la época prehispánica.

EN LA REGION hay más de 70 especies de aves, si bien no todas son comestibles; los patos, las gallaretas, los ánsares y las cercetas solían cazarse con trampas y redes; ahora se utilizan armas de fuego. Los huevos de pato y los zacamichis sólo se consumían a escala familiar.

ENTRE LOS VEGETALES comestibles por el hombre están la papa de agua, el apatloli, los brotes tiernos del tule redondo, llamados gallitos, y los del tule ancho. La papa de agua era hasta hace poco muy abundante, por lo que podía recolectarse no sólo para el consumo familiar, sino para vender, cociéndola antes en agua con sal para después quitarle la cáscara.

SI ESTE ENTORNO ecológico fue similar desde hace miles de años, como confirman los estudios paleoambientales, puede inferirse que estas eran las formas de allegarse los alimentos en épocas anteriores, escribe Yoko Sugiura.

LA OBSERVACION DE la manera en que se procede actualmente, permite saber que los pescadores seleccionan peces, crustáceos y anfibios en lugares específicos, desechando lo que no sirve para comer, entre otros, los caracoles pequeños, cuyas conchas acumulan; al encontrarlos en la zona arqueológica, sabemos que lo mismo ocurría en la antigüedad.

RESPECTO DE LA vivienda, se han encontrado pequeños islotes artificiales antiguos en los que existió una sola casa; los estudios de las formas de vida actuales permiten identificar espacios de diversas características, como el área del almacenamiento de los tules ya secos, las áreas para depositar desechos, las áreas de cocina (que se identifican por los restos de carbón en una disposición que coincide con el lugar del tlecuil) y las destinadas a las actividades artesanales.

UN ENTIERRO DE mujer cubierto con restos de lo que pudo identificarse como un petate, permite saber que en épocas antiguas también se tejió el tule, lo que se puede afirmar además, porque se han localizado tebolas que sirven para plancharlo; pueden parecer cantos rodados, pero se reconocen viéndolos con el microscopio.

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