El 26 concluye la exposición de óleos y pasteles

Reabre la galería del IFAL con muestra de Ofelia Márquez Huitzil

MERRY MAC MASTERS

El Instituto Francés de América Latina (Ifal) volvió a abrir las puertas de su galería con la exposición Proche et lointain/Cerca y lejos, de 17 óleos y cuatro pasteles, de la pintura Ofelia Márquez Huitzil, que se puede ver hasta el viernes 26. Desafortunadamente, la muestra recibió muy poca difusión, incluso el día de la inauguración una parte de la pequeña galería estaba destinada a la venta de joyería, cuya huella todavía se aprecia.

Cerca y lejos se divide en dos tipos de formatos: los pequeños, que son una aproximación a escenas cotidianas y los espacios grandes que vienen a ser paisajes "absurdos". En todos Márquez Huitzil mantiene su interés, en mayor o menor grado, por la mitología griega.

Respecto de los cuadros más íntimos, las figuras estructuran la composición. Muchos son escenas retomadas de vasos griegos; sin embargo, los personajes llevan indumentaria prehispánica.

Al trabajar los formatos más grandes, la pintora siente una "invitación'' a expresarse con mayor libertad en el "espacio" del lienzo. Las "atmósferas" y "profundidades" de la tela le pueden sugerir un paisaje "absurdo". Es decir, "un paisaje inmenso en donde se pierden los personajes", como Ulises de regreso a Itaca. Es el precio del mito, asegura la entrevistada.

Si el formato pequeño se presta a jugar con colores, texturas y formas, en el grande se imponen la libertad de la mancha, las transparencias, se abre el espacio. Para Márquez Huitzil, la tela grande "cobra otro sentido: evoca los elementos de un paisaje que no existe, incluso, se puede ser interno". Dice: "El cuadro cuando pintas te abre a otras formas del mundo. Te da espacios que no existen pero que quieres ver. Es lo que te motiva a entrar a otro mundo. No tiene que ser una montaña, sino que se hace más abstracto todavía. O sea, lo que uno resiento cuando está en un paisaje así de inmenso, esas atmósferas. A lo mejor te la da un color, una transparencia o una mancha. Eso es lo que tiene la pintura. Es un poquito como ponerse a nadar en una alberca, esa emoción que no te limita. Siento que la pintura es una liberación, una apertura a la vida".

En cuanto a su empleo del mito, Márquez Huitzil dice: "A lo mejor allí me estoy proyectando. En las historias de héroes o diosas, como que veo una interpretación del mundo. Es lo que le da sentido a la vida. No me puedo quedar nada más en una botella de cocacola, criticar lo que veo o reflejarlo crudamente. El mundo es más: tengo derecho a disfrutar y soñar lo que vivimos".