Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 25 de julio de 2002
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Política
CRONICAS TEXANAS

Serán mayoría en 25 años; predominan en 6 de las 10 ciudades más grandes del estado

Los latinos cambian el rostro de Texas

El alto número de ellos no garantiza un liderazgo político local más progresista

JIM CASON Y DAVID BROOKS ENVIADOS

San Antonio, Texas. En una generación la mayoría de la población de Texas será latina, y ese simple hecho ha cambiado la manera en que se puede definir al estado. En la actualidad el porcentaje de población texana que habla español es mayor que el de California, los latinos ya representan un tercio de la población y dos candidatos a la gubernatura hicieron historia aquí al realizar el primer debate mayor televisado totalmente en ese idioma.

"Dentro de los próximos 25 años, Texas será sólo un tercio anglo", explicó el analista político Andy Hernández. "Eso significa que un bebé que nazca hoy, cuando llegue a la universidad, se encontrará con un estado en el que más de dos tercios de la población será latina y negra".
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Los latinos, en particular los mexicanos, representan el factor de cambio más importante en este estado, con un impacto visible en su dinámica política, social, económica y cultural. Juntos, mexicano-estadunidenses y mexicanos ya constituyen una cuarta parte de la población. Hernández, experto en tendencias políticas latinas a escala nacional y estatal, calcula que la población combinada de latinos y afroamericanos en Texas ya supera 50 por ciento del total (en el censo federal de 2000 estos sectores conformaban 48 por ciento de la población, y continúan creciendo).

Seis de las 10 ciudades más grandes del estado son de mayoría latina, y ningún candidato a un puesto estatal puede ignorar o evitar el hecho de que el futuro de Texas está cada día más en manos de la comunidad latina.

Por esta misma demografía, no es sorprendente que Tony Sánchez, multimillonario de Laredo, sea el candidato demócrata que tratará de derrotar al gobernador republicano, Rick Perry, en las elecciones de noviembre. Según la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos (NALEO), hay cerca de 2 mil latinos en puestos de elección en este estado.

Pero los expertos y las encuestas indican que Sánchez perderá ante el actual gobernador, particularmente en un estado donde las tendencias electorales se inclinan hacia los republicanos.

Otros señalan que las encuestas no están registrando una realidad potencial, que Sánchez y el candidato demócrata negro al Senado federal, Ron Kirk, generaron tanto entusiasmo en las elecciones primarias de marzo, que la tasa de participación entre latinos y negros marcó un nivel sin precedente. "Si logran generar una participación récord de los votantes en esas dos comunidades, Sánchez y Kirk podrían ganar en noviembre", dijo un analista político a La Jornada.

Pero aun si Sánchez no logra triunfar en noviembre, Hernández cree que esa elección podría ser la "última jugada" del viejo aparato político anglo en Texas. "Para la próxima elección, éste será un estado completamente diferente al que vivimos ahora", agregó.

Claro, los analistas han pronosticado la llegada de una nueva era política a Texas, encabezada por una mayoría latina en el futuro cercano, desde la elección de Henry Cisneros como alcalde de San Antonio, en los años 80.

Pero por el momento aún parece difícil la traducción de los números demográficos en poder político para los latinos, y más arduo suponer, juzgando por la coyuntura actual, que esto necesariamente generará un cambio progresista en Texas.

"Contamos con un número enorme de latinos, pero muchos no están empadronados y una gran cantidad no acude a las urnas", explicó la asesora política Laura Barberena Medrano, quien integró el equipo de campaña del candidato presidencial demócrata Al Gore. Aunque los latinos representan por lo menos 32 por ciento de la población texana, señala, constituyen menos de una cuarta parte del padrón.

Antonio González y Ricardo Castanon, del Southwest Voter Registration and Education Project, expresaron que se debe recordar que a pesar del gran crecimiento de este sector "no todos los latinos somos ciudadanos", y que sigue habiendo maniobras políticas que pretenden marginar políticamente a los latinos.

Añaden que la lucha por la representación política de los latinos tiene sus raíces en los años 60, y el avance ha sido en materia de educación para promover la participación de los latinos y convencerlos de que "su voto es su voz".

En entrevista con La Jornada, señalaron que el censo demuestra lo que los latinos ya sabían: "el futuro es ahora". Sin embargo, "de los más de 12 millones de empadronados en Texas, tenemos unos 2 millones de latinos registrados para votar". Pero la lucha latina, según Castanon, se ha convertido de "una política de protesta en una de logros".

Al mismo tiempo, permanece la interrogante de si la elección de más latinos necesariamente resulta en un liderazgo político estatal más progresista. Aunque en los años 80 Cisneros fue elegido por una amplia coalición progresista en San Antonio, muchos ya no consideran que lo sea, y el actual aspirante demócrata a la gubernatura, Sánchez, tal vez sea más conservador en algunas de sus posiciones que su contrincante republicano.

Por cierto, un veterano de la lucha por los derechos políticos y civiles latinos aquí preguntó recientemente: "¿Para esto luchamos por más de 30 años? ¿Para contar con un candidato latino blanco y de ojos azules que resulta ser banquero, multimillonario y hasta más conservador que el anglo?"

Aunque San Antonio ha sido gobernada por latinos durante muchos años, no está entre las ciudades más progresistas del país. Este año el concilio de la ciudad derrotó una propuesta para establecer una norma de "salario digno", varios dólares encima del mínimo oficial.

De hecho, el incremento exponencial de los latinos en este estado durante la pasada década ha sido acompañado por otro fenómeno, el creciente poder del Partido Republicano. Hace 40 años no había sido electo un solo político republicano en un puesto importante en Texas; hoy los dos senadores federales y la mitad de los representantes texanos en Washington son republicanos. El Senado estatal está bajo control del mismo partido, y muchos pronostican que en la Cámara de Diputados estatal también tendrá mayoría después de las próximas elecciones de noviembre.

Además, los propios republicanos entienden que el futuro aquí pasa por el mundo latino, y nadie mejor que el actual presidente George W. Bush lo sabe.

El mandatario logró captar un amplio segmento del voto latino en su elección a la gubernatura y a la presidencia. También son cada día más latinos los que se han sumado al bando republicano. Por ejemplo, Tony Garza es el poderoso comisionado de Ferrocarriles de Texas (puesto que controla tierras estatales y asuntos de petróleo) y Bush lo designó su próximo embajador en México.

Al mismo tiempo, en este estado -en Crystal City- nació el gran movimiento de derechos civiles latinos La Raza Unida, y es donde organizaciones comunitarias y sociales con perfil nacional, como Industrial Areas Foundation, encabezada por Ernie Cortez, y Southwest Voters Registration and Education Project, siguen alimentando un cambio político.

Esa larga lucha ha rendido resultados, algunos dulces y otros amargos. Pero nuevas generaciones latinas están por florecer en Texas, y tanto aquí como a escala nacional muchos están más que interesados en conocer el tipo de flor que ofrecerá este estado, ya que será un primer vistazo a parte del futuro de Estados Unidos.

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