Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 26 de julio de 2002
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Política

Silvia Gómez Tagle

El aeropuerto, un conflicto más allá de Atenco

El problema más visible en torno al proyecto de construcción de la nueva terminal área alterna del Distrito Federal ha sido provocado por el decreto de expropiación de 5 mil hectáreas de 13 ejidos de la zona de Texcoco -publicado el 22 de octubre de 2001- y ha traído consigo manifestaciones en contra de la expropiación en las que han participado los pueblos de Nexquipayac, Tocuila, Panoaya, Francisco I. Madero, Santiago Atenco, Cuautlalpan, Chimalhuacán, Boyeros, Huexotla, San Martín e Ixtapa, y el más destacado: San Mateo Atenco.

El precio del terreno ha sido un problema central, dado que el decreto reconocía un valor de siete pesos 20 centavos por metro cuadrado. Susana Medina, investigadora de El Colegio Mexiquense, asegura en un estudio sobre el mercado de tierras que en América Latina el precio de los terrenos sin servicios oscila entre cinco y 10 dólares metro cuadrado, y que ya urbanizado se eleva de 30 a 35 dólares. Además, en el caso de las expropiaciones de Texcoco, esos terrenos van a adquirir un "plusvalor" en el corto plazo debido a la construcción del aeropuerto, lo que permitirá a los empresarios nacionales y extranjeros que participen en el proyecto multiplicar muchas veces el capital invertido, a costa del sacrifico de los campesinos (La Jornada, 29/11/01. p. 19).

Pero el problema más grave no es el precio que se pague a los ejidatarios por sus terrenos, sino el impacto negativo que tendrán estas obras en la sustentabilidad de toda la cuenca del valle de México, la cual alberga alrededor de 19 millones de habitantes del Distrito Federal y 58 municipios conurbados.

Desde hace varios años se han discutido los problemas que acarreará la destrucción de mil 851 hectáreas del proyecto del lago de Texcoco, que es la zona más baja de toda la cuenca del valle de México, donde naturalmente se juntan las aguas excedentes de lluvias y la única zona de recuperación lacustre posible. Además, el aeropuerto generará un desarrollo urbano en la zona oriente, ya de por sí sobrepoblada en los pasados 20 años.

También se han señalado las dificultades técnicas que supone la construcción de las pistas de aterrizaje y despegue en terrenos fangosos de la zona lacustre de Texcoco, además de que su cercanía obligaría a cerrar en su totalidad el actual aeropuerto de la ciudad de México, mientras otras alternativas, como Tizayuca, en el estado de Hidalgo, permitirían el funcionamiento simultáneo de ambos, lo cual aumentaría la eficiencia a menor costo.

Tizayuca tiene la desventaja de la distancia, sin embargo, ofrece a su vez muchas otras ventajas comparativas, pero el secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, tomó la decisión en favor de Texcoco desde de trabajaba para el gobierno de Ernesto Zedillo.

El ayuntamiento de Texcoco realizó el 4 de marzo de 2001 la consulta Sobre el aeropuerto los ciudadanos debemos opinar, en la cual participaron 13 mil 653 ciudadanos mayores de 18 años, la cual representó 14 por ciento del padrón electoral de Texcoco, porcentaje dentro del cual 71 por ciento manifestó su rechazo al mencionado proyecto.

Tanto en El Colegio de México como en la UNAM se congregaron especialistas para estudiar ambos proyectos y expresaron serias dudas sobre la viabilidad de la opción Texcoco en comparación con esa otra posibilidad descartada prematuramente: Tizayuca, estado de Hidalgo.

Recientemente académicos de la Universidad Autónoma de Chapingo, el ayuntamiento local de Texcoco y campesinos afectados llevaron a cabo la primera sesión de trabajo para elaborar un proyecto democrático de desarrollo en la región Texcoco-Atenco, como alternativa al del gobierno federal. La propuesta comprende declarar área protegida al valle de México, crear un programa integral de tratamiento de aguas residuales, promover el establecimiento de plantaciones forestales, ordenamiento territorial, programas de desarrollo agropecuario, de promoción artesanal, modernización comercial, de servicios e industrial de la zona, así como realizar un plan de protección y conservación de áreas naturales.

Si se toman en cuenta las opiniones de la población se evidencia que el asunto del precio a pagar por los terrenos expropiados no es el asunto fundamental del proyecto Texcoco, sino que es, sobre todo, un problema de derecho. Asimismo, si se consideraran los estudios técnicos, cuando menos surgiría la duda, porque los documentos y las opiniones de expertos permiten afirmar que hace falta una política que tome en cuenta los problemas de la zona metropolitana de la ciudad de México tanto en el contexto nacional, como internacional, y con visión de largo plazo.

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