Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 26 de julio de 2002
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Política

Luis Javier Garrido

El despojo

El intento del gobierno de Vicente Fox de despojar a los campesinos mexiquenses de sus tierras para construir un nuevo aeropuerto en Texcoco ha fracasado ante la resistencia popular, pero la necedad oficial de no reconocer este hecho sigue teniendo un alto costo para el país.

1. La ofensiva política de los sectores empresariales y de los grupos políticos que se verían privados del "negocio del siglo" con la construcción en Atenco del nuevo aeropuerto, exigiendo al gobierno foxista que no dé marcha atrás y que, como en los buenos viejos tiempos del priísmo, siga utilizando la mano dura contra los campesinos, se ha visto impulsada por sectores de la derecha mexicana que, temerosos de que se extienda "el efecto Atenco", es decir, la resistencia civil frente a las políticas de expoliación del gobierno, sobre todo después de la liberación de los campesinos injustamente detenidos tras la represión gubernamental del 11 de julio a cambio de los funcionarios retenidos, está situando al gobierno foxista en una difícil alternativa que podría llevarlo al absoluto descrédito.

2. El caso de Atenco podría marcar aún más el sexenio como un fracaso histórico desde la perspectiva del respeto a los derechos de los mexicanos, si Fox no entiende la importancia de reconsiderar, en serio y desde una perspectiva democrática, que ha sido un error monumental, y atendiendo a la exigencia de capitalistas y especuladores opta por la vía represiva para entregar las tierras de los mexicanos a un proyecto multinacional, aun a sabiendas de sus pocas posibilidades de éxito.

3. El gobierno no pretende comprar la tierra a unas comunidades, sino despojar a los pueblos de su modo de vida, de sus raíces, de su historia y de su identidad, terminar con su pretensión de autonomía y someterlos al rango de asalariados del neoliberalismo para que unos cuantos políticos y empresarios, entre los cuales están los priístas de Atlacomulco y los Amigos de Fox, puedan enriquecerse en nombre del progreso.

4. La muerte del campesino José Enrique Espinoza (24 de julio), brutalmente golpeado por la fuerza pública durante la represión del día 11, es, como han dicho los ejidatarios, consecuencia de esta visión oficial y responsabilidad directa de Vicente Fox y del gobernador Arturo Montiel, quienes están asociados en el negocio del aeropuerto y decidieron el operativo, y muy especialmente de Fox, quien habría decidido en un principio que el gobierno mexiquense le hiciera el trabajo sucio para poder lavarse las manos. La tentativa del gobierno mexiquense de pretender que el campesino había muerto de diabetes, como la del emisario foxista, Francisco Curi, de señalar que no era ejidatario, muestran el cinismo de quienes tienen ya las manos llenas de sangre.

5. La campaña gubernamental en los medios, tendiente a presentar el movimiento de resistencia de Atenco como "violento", ha tenido que ceder a la realidad de las imágenes de la televisión y a las crónicas de los diarios, que han mostrado a los campesinos mexiquenses defendiendo legítimamente sus derechos, de manera que el gobierno foxista está más que nunca cuesta arriba en su pretensión de deslegitimarlo, aunque no parece haber cedido gran cosa. El machete, por más que los ignorantes de la realidad del campo mexicano pretenden que conforme al artículo 9 constitucional no se puede usar en reuniones públicas porque es "un arma", no es sino un instrumento de trabajo, parte de la indumentaria cotidiana de mujeres y hombres del campo. El machete, dice el Diccionario de la Real Academia Española, es también un "cuchillo grande que sirve para desmontar, cortar la caña de azúcar y otros usos".

6. El Poder Judicial federal, al que de acuerdo con muchas evidencias el gobierno de Fox ha presionado para que se tarde en fallar las controversias constitucionales de 2001 sobre la contrarreforma en materia de derechos y cultura indígenas, a fin de intentar debilitar en este lapso por la vía policiaco-militar la resistencia de los pueblos indios y del EZLN, ahora es presionado para que decida lo antes posible el conflicto sobre el nuevo aeropuerto, que ya es muy poco probable que se concluya en este sexenio, pues Fox parece ignorar que la lucha jurídica de los campesinos aún puede durar varios años y que, de seguir por esa vía, va a ser el suyo un sexenio de conflictos legales en el que lleva todas las de perder.

7. La responsabilidad histórica de la Suprema Corte es muy grande ante la pretensión de Fox de anteponer el proyecto trasnacional para apoderarse de los recursos básicos de los mexicanos por sobre los fundamentos de la Constitución de 1917, que consagra los derechos fundamentales de la nación y de las comunidades, y hace del derecho a la tierra piedra angular de nuestra nacionalidad. La ambición de hacer prevalecer los intereses económicos dominantes sobre los fundamentos de la Constitución fracasará porque el país ya ha cambiado, y de las decisiones de la Corte dependerán la paz y la tranquilidad del país.

8. La afirmación de Fox de que el aeropuerto no se construirá en Texcoco si no lo avalan los campesinos (15 de julio) no es confiable porque a) el gobierno pretende seguir negociando con quienes estima legítimos representantes de los ejidos a través de Santiago Creel, titular de Gobernación y encargado de los cañonazos de 50 pesos por metro cuadrado, mientras b) a los representantes de Atenco y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra les sigue enviando al ex perredista y ex parmista Curi, que no es funcionario federal y no representa a nadie, y cuyos acuerdos pueden ser desconocidos por el gobierno en cualquier momento.

9. El diálogo no es para el gobierno foxista, como no lo fue para sus predecesores priístas, tal como se vio en el encuentro de Lecumberri (24 de julio), más que una vía para la imposición, sea mediante amenazas u ofertas de corrupción, pero no para entenderse.

10. Y aquí lo que acontece es muy diferente, pues debe empezar a escuchar lo que le están diciendo: la tierra y la identidad de un pueblo no se venden.

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