Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 31 de julio de 2002
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Política

Fiesta en la plaza

Desencadena la euforia una imagen televisiva del Papa

JOSEFINA QUINTERO

Sólo fue en una imagen, transmitida a través de una pantalla gigante instalada frente al atrio de la Catedral Metropolitana, como cientos de jóvenes, religiosas, personas de la tercera edad y niños vieron la llegada de Juan Pablo II a la ciudad de México.

Convocados por la Comisión Juvenil de la Arquidiócesis de México, los jóvenes escuchaban al grupo musical Los Nahuas cuando el avión en el que viajaba el Papa arribó al hangar presidencial. Entonces los ritmos norteños y los bailes al estilo Alicia Villarreal, del grupo Límite, fueron sustituidos por el repicar de campanas de la Catedral.

La persona que dirigía las porras anunció el descenso de Karol Wojtila, pero en la pantalla de 12 por 12 metros, instalada por la empresa XL Video, pocos lograban ver la imagen, lo cual no fue obstáculo para que se desencadenara una oleada de gritos y porras mientras varios menores imitaban la conducta de sus padres que lloraban, sin saber por qué.

Una robusta mujer demás de 60 años saludaba a la pantalla y repetía: "Aquí estoy, padre santísimo, aquí estoy esperándote". En tanto, otras personas se abrazaban y entrelazaban las manos. La emoción les impedía entender lo que pasaba, pero aseguraban que ellos estaban ahí porque son "los encargados de evangelizar al mundo".

También se impuso una moda. Los jóvenes vestían playeras de colores con una imagen del indio Juan Diego frente a la Virgen de Guadalupe, aunque las muchachas provenientes de Cuernavaca las convirtieron en ombligueras para que hicieran juego con los pantalones a la cadera, el cinturón de cadena, los lentes obscuros y el paliacate.

Si bien los ritmos no eran desconocidos, y muchos de ellos podrían haberse escuchado a través de la radio, lo que marcaba la diferencia era la letra de las canciones, en su mayoría dedicadas a "Cristo Salvador". También se entonaron nuevas composiciones, elaboradas exclusivamente para el invitado de honor.

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