Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 4 de agosto de 2002
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Política
REPORTAJE ESPECIAL

Cheney recibió subsidios para asegurar contratos con Petróleos Mexicanos

El gobierno de EU entregó apoyos a la empresa que dirigía

La firma Halliburton Corporation, de la que el actual vicepresidente estadunidense fue ejecutivo en jefe, es una de las principales proveedoras de equipo para perforación y tecnología de punta de la paraestatal mexicana

JIM CASON Y DAVID BROOKS /corresponsales

washington y nueva york

El vicepresidente Dick Cheney ha sido un gran promotor de inversión estadunidense en el sector energético de México, pero aun antes de ingresar al gobierno de George W. Bush ya estaba involucrado directamente en dicha área por medio de una gigantesca empresa texana -ahora bajo la lupa por el creciente escándalo empresarial estadunidense-, que entonces dirigía.

Según documentos oficiales del gobierno, Halliburton Corporation, la empresa de la cual el actual vicepresidente fue ejecutivo en jefe, recibió cientos de millones de dólares en subsidios y apoyos del gobierno estadunidense para lograr contratos con Petróleos Mexicanos (Pemex) en la segunda mitad de los años noventa.

Desde que Cheney dejó la firma para sumarse al gobierno de Bush, Halliburton ha negociado nuevos contratos con Pemex para proveer equipo de perforación y otros servicios para el proyecto de la cuenca de Burgos.

En julio pasado Halliburton anunció haber logrado otro contrato por 44 millones de dólares para proporcionar equipo y servicios al campo Bloque Sur de Cantarell, en Campeche, el más grande de México.

"Este contrato solidifica nuestra posición como el principal proveedor de tecnología de punta para Pemex", declaró Manuel Palomo, vicepresidente residente en México de Halliburton Energy Services.

El que Halliburton, la proveedora de equipo para campos petroleros más grande del mundo, tenga negocios en México no es sorpresa, pero el Center for Public Integrity, con sede en Washington, ha presentado una serie de interrogantes sobre por qué el vicepresidente Cheney, un feroz campeón de la libre empresa, aceptó enormes subsidios del gobierno para conseguir contratos en países como México, entre otros.

Este financiamiento público de negocios internacionales también ilustra uno de los mecanismos por medio de los cuales el gobierno de Washington asegura que empresas estadunidenses mantengan su posición dominante como proveedoras de equipo y otros insumos del sector energético mexicano.
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Según el Departamento de Comercio, en 1998 Estados Unidos proporcionaba 88 por ciento de todo el equipo importado utilizado en la industria petrolera de México.

Desde que Bush llegó a la Casa Blanca, su gobierno ha promovido activamente una creciente "cooperación" con México en asuntos de energía.

La Comisión de Energía, que fue encabezada por Cheney el año pasado para definir la política energética estadunidense, recomendó específicamente una mayor cooperación bilateral con México, y esfuerzos para "ampliar y acelerar inversión en energía, petróleo, gasoductos y conexiones de la rejilla eléctrica transfronteriza".

Sin embargo, ejecutivos del sector petrolero estadunidense han expresado su preocupación por los complicados riesgos políticos inherentes a todo negocio en el sector de energía en México y, como resultado, el Ex-Im Bank, agencia del gobierno federal que otorga créditos y garantías de empréstitos, se ha dedicado a ofrecer apoyos para este tipo de inversiones.

Durante décadas el Ex-Im Bank ha estado involucrado con México, pero en los últimos 10 años ha puesto cientos de millones de dólares a disposición de empresas estadunidenses para promover contratos en el sector energético mexicano, según una revisión de documentos de esa instituición crediticia realizada por La Jornada.

"Históricamente, México ha representado el mercado extranjero más grande del Ex-Im Bank", afirmó el presidente del banco al firmar un acuerdo en 1999 para poner a disposición 4 mil millones de dólares para la promoción de exportaciones estadunidenses.

Así fue que Halliburton, cuando Cheney era su presidente, recibió garantías de crédito del Ex-Im Bank por más de 500 millones de dólares en contratos con Pemex en 1998 y 1999, de acuerdo con documentos obtenidos por la organización independiente Center for Public Integrity.

"Bajo la dirección de Dick Cheney, un conservador tipo 'quítenme el gobierno de en medio', durante los últimos cinco años Halliburton surgió como el cochinito del bienestar corporativo, beneficiándose de por lo menos 3.8 mil millones en contratos federales y préstamos garantizados por los contribuyentes", escribió el centro al caracterizar los beneficios que Halliburton ha recibido no sólo para sus proyectos en México, sino por todo el mundo.

En México, Brown & Root Energy Services, una unidad de Halliburton, firmó varios contratos con Pemex, incluyendo varios en 1997 y 1998.

Un contrato reportado por Halliburton en junio de 1998 comprometió a la empresa a ser proveedora de Pemex en "servicios generales de administración de proyecto" para Cantarell. Este convenio, junto con otros firmados entre subsidiarias de ambas empresas, fueron negociados con el apoyo de garantías de empréstitos otorgados por la Casa Blanca, y con ello se ha asegurado que Halliburton siga siendo la empresa estadunidense más grande involucrada en la modernización de lo que se describe como el campo petrolero más grande de México.

Además, en octubre del año pasado el Ex-Im Bank aprobó un préstamo de 130 millones dólares para ayudar a Halliburton a conseguir contratos con Pemex para proveer de equipo al proyecto de desarrollo de gas de la cuenca de Burgos. Las otras empresas involucradas en el proyecto financiado por el Ex-Im Bank también son de Texas, como M-I Drilling Fluids LLC, Dowell Schlumberger, Tetra International, Weatherford Inc., Peerless Manufacturing y Owen Oil Tools.

Aunque actualmente Halliburton está bajo investigación de la Comisión de Valores (SEC, por sus siglas en inglés) por posibles irregularidades contables durante el periodo en que la empresa era conducida por Cheney, no ha surgido ningún indicio de que los contratos con México hayan sido de ninguna manera ilegales o que violaron alguna norma.

No obstante, la relación de Halliburton con Pemex sí exhibe el interés de largo plazo que este gobierno, y en particular el vicepresidente Cheney, tiene en ampliar la participación empresarial estadunidense en el sector de energía de México.

Este interés por parte del gobierno estadunidense no se limita a petróleo y gas.

En 1998, el Ex-Im Bank también otorgó una garantía de empréstito para financiar una venta por 169 millones de dólares de generadores de turbina de gas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

En mayo de 2000, durante el último año de la presidencia de Bill Clinton, el Ex-Im Bank ayudó negociar un nuevo tipo de contrato con la CFE relacionado con la construcción de la planta generadora Bajío, en Guanajuato. Este convenio involucró a dos empresas privadas estadunidenses, la Bechtel International y General Electrical Power Systems, para la construcción de una planta eléctrica de 601 megavatios, con la condición de que la paraestatal mexicana compraría electricidad de esa planta durante los siguientes 25 años.

"Esta es la primera de una nueva serie general de proyectos independientes de fuerza (eléctrica) en México, que abrirá más oportunidades a exportadores de Estados Unidos, al tiempo que se ayuda a México a incrementar la producción de fuerza para su propio pueblo", explicó el entonces presidente del Ex-Im Bank, James Harmon.

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