Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 12 de agosto de 2002
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Política
Iván Restrepo

De nuevo en su casa, el cóndor de California

Una buena noticia: el cóndor de California regresa hoy a su milenario hábitat natural, la sierra San Pedro Mártir. Ubicada a cien kilómetros al sureste de Ensenada, la región tiene una enorme importancia ecológica y además se encuentra muy conservada. El clima mediterráneo que la distingue (veranos secos y calientes e inviernos lluviosos) hace que su vegetación sea única en nuestro país. Entre otras riquezas naturales endémicas, que solamente allí es posible hallar, destacan 15 especies de plantas, 20 subespecies de aves y cinco especies y tres subespecies de mamíferos. Existen nueve especies de coníferas. En San Pedro Mártir viven cientos de ejemplares del imponente borrego cimarrón y en la parte norte de la sierra habitan los kiliwa, una de las últimas culturas de cazadores y recolectores que sobreviven en la costa del Pacífico norteamericano.

El Gymnogyps californianus es el ave más grande de Norteamérica. En nuestro continente sólo el cóndor andino lo supera en tamaño por cinco centímetros. Llega a pesar hasta 10 kilos y mide tres metros de punta a punta del ala. Esta gran ave vivió en la Sierra San Pedro Mártir hasta finales de los años treinta cuando no se le vio más allí. En Estados Unidos el número de ejemplares fue a la baja hasta ser apenas de 27 hace 15 años, debido a la intoxicación por plomo por ingerir fragmentos de bala proveniente de los cadáveres de los cuales se alimenta.

Bajo estas condiciones, el California Condor Recovery Team (CCRT) del Servicio de Vida Silvestre de Estados Unidos inició un programa de recuperación de la especie en cautiverio para no permitir que se "extinguiera con dignidad", como pedían algunos grupos "conservacionistas" de aves. Hoy el número de cóndores asciende a 211; los tres últimos nacieron en vida libre en el Cañón del Colorado, hijos de tres parejas nacidas y criadas en cautiverio.

La recuperación ha sido exitosa, pero la tarea todavía no concluye, pues se necesitan poblaciones que puedan mantenerse y crecer en libertad. Esta imponente ave se alimenta de carroña pero los grandes vertebrados salvajes, cuyos cadáveres eran su principal fuente de supervivencia, no son tan abundantes como en el pasado posglacial del continente. También disminuyó otra fuente de alimento, la ganadería extensiva.

La recuperación de la especie exigió un manejo intensivo de las dos poblaciones en cautiverio, ubicadas en el Wild Animal Park de San Diego, California, y en el Raptor Research Center de Boise, Idaho. También, de las poblaciones en libertad en el Cañón del Colorado, Arizona, y Big Sur y Sespe, California.

Los programas de reintroducir el Cóndor en varias regiones enfrentan tres amenazas: 1. la presencia de tendidos eléctricos, que causaron la muerte de un número significativo de ejemplares, hasta que fueron entrenados para evitar postes y cables; 2. la ingestión de plomo presente en cadáveres en el medio natural, y 3. la tolerancia a humanos. Afortunadamente para el cóndor y para México, ninguna de estas amenazas abunda en San Pedro Mártir, lo que lo hace un lugar ideal para la reintroducción exitosa de la especie.

A esta región llegan hoy seis ejemplares que permanecerán en cuarentena en un aviario especial para ser liberados en septiembre. No ha sido tarea fácil lograr el regreso a nuestro país de esta ave gigantesca y única. Es el esfuerzo de un equipo internacional formado por funcionarios de México y Estados Unidos (sobresale la labor del doctor Exequiel Ezcurra, presidente del Instituto Nacional de Ecología), de Baja California y California, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Ensenada, la Universidad Autónoma de Baja California, el Observatorio Astronómico Nacional, el ejido Bramadero, la Zoological Society of San Diego y el California Condor Recovery Team del Servicio de Vida Silvestre del vecino país.

Como anota el doctor Horacio de la Cueva (destacado impulsor del feliz retorno), para lograr la conservación el ser humano algunas veces defiende un paisaje, otras busca frenar una fuente de contaminación o toma medidas para prevenir la extinción de una especie. Pero rara vez tiene la oportunidad de contribuir al rescate de una especie. Y esto es precisamente lo que se logró con el cóndor de California. Ahora depende de todos que no vuelva a desaparecer de México, como lamentablemente sucedió en el pasado reciente.

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