Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 16 de agosto de 2002
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Cultura
ENTREVISTA/HECTOR VASCONCELOS, EMBAJADOR DE MEXICO EN DINAMARCA

La lista de libros para los escolares se debe modificar

FALTO LA PRESENCIA DETERMINANTE DE ESCRITORES E INTELECTUALES

Cualquier selección de obras que excluye La Odisea y El laberinto de la soledad es un proceso fallido. Con ciertas salvedades, casi podría hacerse la biblioteca ideal con los textos excluidos. No se justifica omitir a Cervantes y Shakespeare

CESAR GÜEMES

En un solo enunciado Héctor Vasconcelos deja en claro su postura respecto a la relación de libros para las bibliotecas escolares dada a conocer en reciente fecha: ''La lista no debe permanecer como está".

Embajador de México en Dinamarca, Vasconcelos se formó en Harvard, Cambridge y Oxford; fue director del Festival Internacional Cervantino durante cinco años y primer secretario ejecutivo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Desde su oficina en ese país europeo responde a La Jornada.

-Existen notorias ausencias en la lista de marras. ¿Cuál es su postura? ¿Cuáles sus sugerencias al respecto?

-La lista no debe permanecer como está. Debe ser modificada o, al menos, adicionada. Cualquier proceso de selección de libros que lleva a la exclusión de La Odisea, por una parte, y El laberinto de la soledad, por otra, es un proceso fallido. Con ciertas salvedades, casi podría hacerse la biblioteca ideal con los textos excluidos. No puede haber justificación alguna para que no hayan quedado incluidos Cervantes y Shakespeare.

''La idea de establecer bibliotecas de aula es espléndida y de ello hay que felicitar a la Secretaría de Educación Pública. El problema está en el contenido de esas bibliotecas. Estas selecciones no se pueden hacer al margen de los hombres pensantes de México, de los escritores y los humanistas. Entiendo que la presencia de éstos en el proceso de selección fue limitada y tardía. ¿Por qué no se tomó el parecer de Gabriel Zaid, Alejandro Rossi, Carlos Monsiváis o Carlos Fuentes, por citar unos cuantos nombres? ¿Se consultó institucionalmente a El Colegio Nacional?

''En cuanto a las exclusiones: ningún adolescente mexicano debiera llegar a los 18 años sin haber leído El laberinto de la soledad y Sor Juana o las trampas de la fe, que son muy probablemente los libros más importantes que se han escrito sobre México. No hay mejor visión de conjunto acerca de México que El laberinto; no se ha escrito un texto que permita una mejor comprensión de 300 años de nuestra historia colonial que Sor Juana o las trampas de la fe. ¿Y dónde está en la lista Martín Luis Guzmán? Ningún niño o adolescente mexicano debería dejar de leer El águila y la serpiente o La sombra del caudillo. El hecho de que no estén las obras esenciales de Carlos Fuentes en la lista es una negación radical de nuestra realidad cultural. Nadie puede entender el México moderno sin La región más transparente o La muerte de Artemio Cruz. La ausencia de Alfonso Reyes es grotesca. Deberíamos enseñar a leer y pensar a los niños mexicanos con las obras de Reyes. Leer Visión de Anáhuac podría ser un requisito de ciudadanía. ¿Y dónde están esos modelos para escribir el castellano que son los textos de Torres Bodet? En fin, cualquier lista de libros para bibliotecas escolares debe empezar por todos los libros mencionados."

-El debate generado en torno a la lista es sobre la pertinencia de que primeros lectores se acerquen a obras consideradas excesivamente densas, que los alejarían de la lectura misma. ¿Sería este un criterio pertinente?

-Con el criterio que afirma que no hay que dar a los lectores obras densas, mi padre nunca habría editado su famosa colección de ''clásicos" en la SEP. Si él divulgaba ediciones de Esquilo en los años 20, creo que bien podemos editar a Homero para los niños hoy día. Pero tomemos este caso. ¿Dónde está la densidad en La Odisea? Entre las muchísimas lecturas que esta obra ofrece, está la que consiste en verla como un cuento, el más maravilloso de todos. ¿Qué los niños no se divierten con el encuentro entre Ulises y los cíclopes o las sirenas? Hasta la fecha recuerdo la hilaridad que me produjo, a los ocho años, el encuentro entre Ulises y el cíclope llamado ''Nadie". Este asunto de la densidad depende también de la elección que se haga entre las obras de un determinado autor. Quizá la introducción a Shakespeare no deba ser El rey Lear o Hamlet, pero, ¿por qué no Romeo y Julieta, Macbeth o Ricardo III? ¿Cuál es la densidad que podría encontrar un joven en El águila y la serpiente?

-Como mexicano e hijo de escritor, ¿de qué forma describiría su formación literaria? ¿Cuándo empezó, con qué titulos y con qué ánimo se acercó a ellos?

-Precisamente el primer libro que me leyó en voz alta José Vasconcelos, que algo sabía de estas cosas, cuando yo tenía ocho años, fue La Odisea. Seguimos después con La Ilíada y La Eneada. Más tarde vinieron Esquilo, Eurípides, y los Diálogos de Platón. Conservo aún el ejemplar de la Apología de Sócrates con la hoja separada en que interrumpimos la lectura un día antes de su muerte, cuando yo tenía 14 años. Evidentemente a él no le parecían estas lecturas inadecuadas para un niño. Pero mi verdadera formación literaria, así como en todos los demás terrenos, se dio cuando ingresé a la Universidad de Harvard a los 18 años y tomé ahí los cursos básicos de literaturas inglesa, francesa, española y alemana, así como un curso de épica y drama.

-Una de las aristas de la selección oficial de libros es que no sólo afectan el quehacer diario de las escuelas, sino que la lista se inserta en el marco de la política nacional. Esta inserción, ¿hablará de la salud o la enfermedad de esa esfera ciertamente amplia?

-En efecto, la importancia de esta selección de libros es medular, porque tiene que ver con la formación de la conciencia de los niños y jóvenes mexicanos y el papel del Estado en ello. Parecería que el problema esta vez estuvo en las comisiones que hicieron la primera selección de las obras enviadas por las editoriales. Como ha dicho Víctor Hugo Rascón Banda, el proceso debió haber sido a la inversa: primero las sugerencias de los grandes escritores. Habría que conocer la membresía de la Asociación Mexicana de Fomento al Libro y a la Lectura Infantil y hay que ver si no hubo, en alguna parte del proceso, intereses confesionales. En todo caso, insisto en que debió haber habido, desde el inicio del proceso, una presencia determinante de los escritores y los intelectuales de México.

-A propósito de la más reciente visita del Papa se inició una discusión sobre el laicismo y el compromiso social para la calidad educativa, ¿cuál es su punto de vista?

-Dar un paso atrás en el laicismo del Estado mexicano sería negar la esencia misma de cerca de 200 años de tradición republicana. Después de todo, muchos mexicanos, desde los tiempos de Hidalgo y Morelos, han muerto en defensa de un México liberal y plural. Sostener y fortalecer el laicismo en el Estado y en la educación es la única manera de no dividir nuevamente a la nación. Me cuento entre quienes piensan que no habría que revivir la pugna entre clericales y liberales. Es una pugna que ya desgarró a México en el siglo XIX y en el siglo XX y nos volverá a desgarrar, si no lo evitamos, en el XXI.

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